365 Días Bajo El Mismo Techo. (A.V y ___)

Capítulo 38

Un mes después...

—¡Oh, vamos! Te dije que sería necesario comprar eso —Reclamó Alonso.

—¿Bananas, Alonso? ¿En serio? —Bufé riendo.

—Sí. Sabes que me gustan.

—Lo sé, pero ya hay en la casa.

—Ajá, en la casa. En el camino no habrá. Además, solo quedan como 3 —Rodó los ojos.

—Bien —Giré el carrito con las compras hacia la dirección de donde veníamos anteriormente. —Vamos por tus bananas.

—Te amo, ¿Lo sabías? —Dijo con una sonrisa de oreja a oreja, yo sólo solté una pequeña risa al ver cómo se tomaba muy enserio su elección.

Dejé el carrito a un lado suyo y me acerqué a el refrigerador a tomar una cajita con fresas, cuando una chica se adelantó y abrió la puerta de éste.

—¡Perdón! No te ví.

—Oh, no te preocupes —Sonreí y tomé lo antes mencionado.

—¿Amante de las fresas, eh?

—Un poco —Reí.

—Yo también —Dijo con una sonrisa.

—¡Amor! ¡Ya las tengo! —Escuché un poco a lo lejos a Alonso. Me giré para ver en su dirección, venía hacia acá. —Bueno, será mejor que me va... —No terminé la oración al notar que la chica con la que antes conversaba, había desaparecido.

—¿Con quién hablas? —Preguntó burlón acercándose con el carrito.

—No, con nadie —Sonreí con el ceño ligeramente fruncido.

—Bueno, vámonos —Besó mi frente.

—Está bien.

[...]

—Anahí los extrañó mucho —Comentó mi hermano por décima vez mientras su nena estaba en mis brazos con su característica sonrisa.

—¿Y tú a nosotros no?

—¡Muchísimo más! —Respondió July entrando desde la cocina a la sala.

—¡July! —Exclamé mientras la abrazaba después de regresar a Anahí con su distraído padre.

—¿Cómo estás, ______? —Correspondió a mi abrazo.

—¡Súper bien! ¿Y ustedes?

—Excelente. Pero cuéntame, ¿Qué tanto hicieron en su luna de miel? Un mes fuera es porque hicieron mucho —Reímos los tres. —Por cierto, ¿Y Alonso?

—Se pasó a casa de Jos a saludar a los chicos —Sonreí.

—Hey, ¿Por qué no me invitaron a mí? —Cuestionó Bryan aparentemente indignado.

—Porque eres un esposo y padre de familia responsable —Nosotras reímos ante la respuesta de July mientras él fingía estar aún más indignado.

—Bueno, y ustedes ¿Qué tienen para contar? —Sonreí.

—Pues en una semana regresamos a Nueva York.

—Oh, ¿En serio? La casa de mi padre no será lo mismo sin ustedes.

—Eso mismo dijo mi papá el día de tu boda —Argumentó Bryan entre risas. —¿Verdad, amor?

—Es cierto. Estaba muy paranoico y decía "¿Qué haré sin mi pequeña?" —Los acompañé con las risas.