Capitulo 2

10.2K 766 31
                                    


Eran casi las ocho de las noche, y aún sigo aquí sentada con mis ojos como sapos intentando imprimir varios documentos, claro si la impresora me dejase. Pero nada, aquí estoy pegándole más palos que a una estera y no quiere seguir imprimiendo. Y yo como tengo la paciencia justa, comienzo a maldecir hasta que me percato que había quedado en una hora en hablar con mi supuesto novio. Anda qué, como si no hubiera hombres y yo aquí mirando con nervios mi correo por si acaso el tal Sonyi, le hubiera dado por escribirme. Para mi suerte no había dado señales de vida. Mejor para mí ya tengo bastante con la dichosa impresora.

«La madre que te parió pedazo de bruja»; Grito con mis nervios a flor de piel. Harta de contemplar la maldita impresora, y no imprimir los documentos que me hacen falta decido apagar el ordenador y marcharme.

Una vez que marcho hacia mi casa comienzo a sentirme más aliviada. A pesar de que tendré que trabajar un poco más en casa.

Llego a casa y la encuentro silenciosa. Puedo imaginarme que el seductor de mi compañero habrá quedado con alguien. Mejor para mí, más espacio y tranquilidad voy a tener.

Nada más quitarme los tacones, me voy para la cocina, me sirvo una copa de vino rosado lo saboreo y con la copa en la mano me voy a continuación hacia el baño, lleno la bañera, le echo mis sales preferidas, pongo algo de música, el primero en salir cantando es Luis Fonsi.

Me sumerjo en la bañera, el agua tibia me calma, la voz de Fonsi me transporta años atrás cuando salía con Sergio y en una ocasión me dedicó este tema. «No me doy por vencido»
Al parecer, le pasó como Fonsi, se cambió al reggaetón y dejó de seguir componiendo estas preciosas baladas.

Tal como hizo Sergio conmigo. Me dejó como si nuestra relación hubiera sido de amigos, como si todos los planes que hicimos, las ilusiones que poníamos preparando la que sería nuestra boda, construyendo con dibujos y esperanzas lo que sería nuestro hogar. Pero claro, todo eso quedó en sueños, en mis alucinaciones diría yo. Porque todo lo que había fantaseado, incluso había puesto todas mis ilusiones en compartir mi vida con él, en un suspiro, se desvanecieron todas.

Aún me acuerdo aquel día que me llevó a la finca de sus padres, me trató como una princesa, para decirme que no podía seguir con la relación porque supuestamente no estamos hechos uno para el otro. Y para rematar, me dijo que no estaba preparado para el matrimonio.
¡Anda jodelo!, conmigo no estaba hecho y al año siguiente conoce a otra tía con la que se va casar. Pero vamos no estaba preparado y yo que sí quería casarme me deja compuesta y sin novio.

Recuerdo como aquel día lloré como una idiota. Mi corazón me dolía tanto que casi me costaba respirar, incluso llegué yo a culparme de todo.

Y ahora cuatro años después, a pesar de que aún ese dolor se remueva dentro de mí, sé que yo puedo continuar con mi vida y algún día conoceré al hombre que me comprenda y nos amemos.

Y hablando de amor, recibo una llamada, miro el número me no me suena de nada. Responderé de igual modo, no sea  Eloy que se ha vuelto a quedar en calzoncillos porque lo han sorprendido infraganti.

—Dígame.

—Buenas noches, ¿Saray?—Me pregunta una voz profunda, que no sé porque pero hasta el vello me ha erizado.

—Sí soy yo, con quien hablo.

—Hola, soy Sonyi de la agencia, como no puedo conectarme he pensado en llamarte.

—No pasada nada, pero vamos si estas ocupado lo dejamos para otro momento.

—Tengo una hora antes de reunirme para cenar.

UN NOVIO DE ALQUILER Onde histórias criam vida. Descubra agora