Capítulo 15

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Todo empezó como un juego, tal vez un entretenimiento y ahora toda situación me está trayendo atolondrado.

Al terminar de retozar con Saray con el pedazo de vibrador que se ha comprado, pude realizar algunas fantasías con ella.
Desde que lo vi caído en el suelo, se me ocurrió la idea de usar el aparato con ella.
Y así fue como con cada expresión, su forma de contraerse y gemir ansiando más me enloquecía ha tal punto que ya no puedo dejar de pensar en ella.

Cuento los minutos para salir de estas cuatro paredes y poder reunirme con ella anhelando su piel suave notando como lentamente se va encendiendo bajo mis manos ardiendo de deseo por mis besos y juntos navegamos por un mar cargado de erotismo dejamos llevar por el arrebato de la pasión diseñada solamente para nosotros.

Joder como no pare de pensar en cosas eróticas voy a tener que masturbarme y aquí en la oficina no es plan.

Eran cerca de las nueve mañana cuando me reuní con varios de los inversores.
Comienza la reunión, números, gráficos, más cuentas, más datos, más conflictos y así durante tres horas.
Termino la reunión agradeciendo su intervención y la aportación que han dado a mi empresa.
Por fin puedo decir que tengo mi propia empresa.
No veo el momento cuando Telma se entere que la acciones de mis hermanos han pasado a mis manos y ella se queda sin nada.
Ya comenzaba altarme de esta situación.
He aguantado demasiado trabajando como un tonto para que ella se lleve todas las ganancias sin mover un dedo.
Ahora que trabaje ella si quiere, y aver si es capaz de sacar la diminuta empresa que le ha quedado al flote.

Consulto mi reloj, es casi la hora de comer. Llamo a Rebeca para comer juntos. Deseo hablar con ella en privado e informarle de mi estrategia para hundir a Telma.

Y hablando del rey del Roma...
Veo cómo camina como la pantera rosa hacia mi oficina.

- Buenos días Lander, qué tal te encuentras cariño.

Víbora. Cada vez que escucho de sus labios pronunciar mi nombre más furioso me pone.

- Qué quieres Telma. Hoy no tienes cita con tú masajista.

- No, hoy quiero verte, hablar contigo Lander y por favor escúchame.

Y dale con pronunciar mi nombre, y que la escuche dice aquí la otra. Eso de oírla como que no va conmigo.

- Telma con todo mi respeto te pediría que me dejases en paz puesto que no hay nada de que hablar entre tú y yo. Todo lo que teníamos que hablar, se habló en su momento y ahora las explicaciones sobran.
Y como no tengo ni tiempo ni ganas de verte la cara me largo.

Agarro mi portafolio y me voy dejándola con la palabra en la boca para irme a reunir con mi hermana.
Conforme voy saliendo hacia la calle veo desde lejos a Mirta.
¿Esto qué es una broma o qué?
Hago como que no la he visto y me voy por las escaleras ya cogeré el ascensor en la siguiente planta.

Durante un rato hablo con algunos empleados preocupándome por su trabajo.
Si una cosa aprendí de mi abuelo fue que teniendo a los empleados trabajado a gusto todo marcha mejor y se rinde mejor.

Llego al parking, me monto en mi auto deseando de poder comer con mi hermana.

Cuarenta minutos después llegó al restaurante que me ha indicado mi hermana.
Aparco el auto y conforme voy caminando hacia el restaurante lleno mis pulmones de aire limpio sonriendo mirando hacia el mar.
Y de pronto Saray vuelve a mi cabeza, el color del agua me recuerdan al color de sus ojos y cuando la marea choca con alguna roca percibo como todo lo me transmite ella me va alterando llegando a cambiar la visión que tenía antes del amor.

UN NOVIO DE ALQUILER Where stories live. Discover now