Capítulo 9: Manos a la obra

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Bruce

El menor se encontraba en su taller haciendo lo de siempre, "Tal vez me pasé un poco con Steve" pensó, ¿por cuánto tiempo más iba a continuar con esta farsa? Realmente extrañaba a su Capipaleta, pero como dicen el orgullo puede más.

Suspiro enojado, ya hace rato que había terminado de comer y por un descuido de Dummy tiró el plato de la mesa quebrándolo, -Robot malo, eso no se hace. –le regaño a lo que solo recibió un asentimiento del robot.

Las puertas del taller se abrieron dejando entrar Bruce, tranquilo como siempre, con su bata puesta, el pelinegro le echó un vistazo al lugar, y encontró a Tony trabajando, se acercó hasta él.

-Hola Brucie... -le sonrió el menor. -¿Qué me cuentas? –dejó lo que estaba haciendo para prestarle atención a su Brother.

-Venía a hablar contigo, Tony. -observó el plato roto e hizo una mueca de confusión, pero continuó a lo que iba.

-¿Sobre qué? –cuestionó confundido, pero por el tono de voz que usó el científico, sabía a lo que se refería.

-Si sabes que fue todo un malentendido, ¿Entonces por qué no lo perdonas? –preguntó, sabía que con él era el único con el que en verdad podría confiar por completo, sin mencionar a Rhodey o Pepper.

-No es así de simple, mira. –el castaño se sobó el puente de la nariz llenándose de grasa sin que se diera cuenta. –Steve no confió en mí, y en una relación eso no se puede dejar pasar por alto. Además la forma en que le lo dijo no me gustó. –caminó hacia el sillón y se sentó. –Me hizo sentir como una Puta.

-Dudo que el Capitán te haya dicho eso.

-No me dijo puta, me dijo piruja... -frunció el ceño. –Te soy sincero Bruce, realmente me dolió.

-Tony...

-Sé que es complicado, lo sé, pero a veces un poco de tiempo no hace daño.

-¿Lo amas? –le preguntó el pelinegro siendo comprensible, éste todavía se encontraba de pie. –Estoy completamente seguro que Steve te ama y quiere hacer todo lo posible para que lo perdones y que estén juntos otra vez...

-Un momento... -el castaño pareció reflexionar lo que escuchó de su amigo. -¿Te mandó el anciano? –preguntó acusatoriamente.

-Eh... ¿No? –el doctor se puso nervioso. -¿Sabes qué? Tengo trabajo que hacer, luego hablamos. –Caminó hacia la salida del taller y ahí fue donde el millonario lo perdió de vista.

-Oh... -fue lo único que soltó el genio con una sonrisa burlona, para después continuar con su trabajo.

Fuera del taller, en la sala para ser más exactos, el científico llegó con el Capitán que lo estaba esperando. -¿Cómo te fue? –preguntó el rubio.

-Se dio cuenta que tú me mandaste...

-No importa. –le animó al científico dándole palmadas en el hombro. –La siguiente que me va a ayudar es Nat.

-¿Ayudar a qué? –James preguntó mientras iba entrando a la sala, con una mirada curiosa quería saber lo que su amigo planeaba y vaya que sabía a lo que se refería.

-A nada. –le contestó seco el Capitán, Bruce solo se quedó sin decir nada, no era bueno meterse con esos dos en situaciones como esas.

-Ya veo. –el castaño sonrió y eso no le gustó a su amigo. –Creo que iré a molestar al chaparrito un rato. –caminó con dirección al taller. –Oye Steve, ¿Cómo le haces para evitar hacer tuyo a Tony en cualquier momento? Hay como le tengo ganas... -dijo con malicia, "Debí tomarle una foto a su rostro".

EngañadosWhere stories live. Discover now