13. Celos

1.4K 160 77
                                    

—¿Q-qué..?

—No pienso volver a repetirlo, Fred.

No sé de dónde conseguí las fuerzas necesarias para decirlo, pero me dolió tanto.

Fred se levantó y en cuanto se trató de acercar a mí, me hice a un lado evitandolo.

Fred

Aún seguía sin poder creerme lo que estaba pasando.

Ella me terminó. Ya no la tendría más conmigo.

Todo lo que temía que pasara, pasó, y por un lado siento que lo merezco, pero no deja de dolerme.

—Y aunque todo haya terminado, puedes seguir quedándote aquí. Y sólo lo hago por Gold, él definitivamente no tiene la culpa de esto, así que a partir de mañana quiero que te mudes a esta habitación, especialmente... Para huéspedes. Sólo no quiero verte seguido por la casa, y si lo hago, no quiero que me dirijas la palabra. Después de todo, te irás en un año.

Ella acabó de dejar todo tan claro, su indiferencia me causaba daño, pero sus lágrimas me decían todo lo contrario, querían que me quedará, que la consolara y le dijera ese te amo que siempre suele salir sin permiso.

—¿Te estas rindiendo? —murmuré— Vaz a dejar que ellos ganen y logren romper esto. 

—No Fred, ya aguanté suficiente de todos, incluso de ti con ella. No me mires como la mala del cuento, yo no he caído en las redes de nadie, yo he perdonado todo, no te he fallado. ¿O sí? —preguntó, permanecí callado. Aceptando todo lo que ella decía y reprochaba, yo era el que siempre fallaba. Y ella no merecía tal cosa...

—Lo siento, tienes razón —respondí rendido—. Voy... A respetar tu decisión, cariño.

- - -

No sabía exactamente cuantas veces había repetido ya que odiaba la habitación de huéspedes.

Pero poco a poco en esta semana la cual se me ha hecho eterna, fui entendiendo que la habitación no era el problema. El único problema en la habitación es que ella no estaba.

El único problema en la cama, es que no había nadie a mi lado. El único problema en el ambiente es que ella no se reía conmigo.

El único problema conmigo es que no la tenía a ella.

Verla de tres a más veces por toda la casa era como una pequeña pero letal tortura. Ella nunca me volteaba a ver, y sin embargo, yo me quedaba observándola como idiota hasta que se fuera.

Nahel ni siquiera me a dirigido la palabra, sé que por dentro quiere matarme, pero prefiero evitarme cualquier problema con él ahora. Gold era el único que me mantenía cuerdo en esta casa, el único con quien podía hablar y el cual me hacia mantenerme recto ante la situación.

Tn

—Deberías ir, no es como si tuvieras que pedirle permiso a alguien.

—Creí que necesitaba el tuyo —respondí, Nahel arqueó una ceja soltando una risa nasal llena de sorna.

—¿A mí? ¿Tú? Por favor, ¿a tus veintitrés no crees que es algo ridículo?

—Bueno, contigo nunca se sabe —me defendí.

Él río por última vez desviando su mirada de la mía para conectarla nuevamente en el televisor.

Estar con Nahel se trataba de no mostrar el que me dolía haber terminado con Fred. Él ya lo sabía, pero si lo notaba era capaz de ir hasta donde Fred y partirle la cara, o viceversa.

Mi Chica {Fred & Tú} EDITANDO #O2 ✔️Where stories live. Discover now