Capítulo 12: Brad

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Las semanas pasaban y Jimmy seguía sin aparecer. El carácter de Laura se había visto reducido a  resignación. Apenas había salido de la habitación y a menudo pasaba las noches en vela. Comía, obligada por Brad, que cuidaba de ella. Este había empezado a mostrar un cierto interés por Laura, aunque ella no se daba cuenta o quizás quisiera aparentar que no se enteraba. Ella estaba demasiado ocupada en superar aquello, pues vivir se había convertido ya en una condena. Algo en su interior había muerto. La habían traicionado de la manera más cruel. No sabía que dependía tanto de Jimmy emocionalmente. Él había sido una droga, más fuerte que la novocaína, y ahora le tocaba pasar el mono.  

Y sin saber cómo, el final del verano les pilló. 

16 de septiembre. 

Brad observaba en silencio a Laura, sentado en el suelo, como hacía cada día. Sacó un cigarro y lo encendió mientras veía como ella se sentaba en el sofá y no hacía nada. Hacía un mes, apróximadamente, que Jimmy había huido y desde aquel día, Laura había dejado de hablar progresivamente. Ni siquiera conversaba ya con Brad. Dio una gran calada al cigarro.

—Deberías irte. —sugirió él, pero no obtuvo respuesta.

Se levantó del suelo y se dirigió al viejo sofá. La encontró mirando el suelo mientras parecía estar pensando.

—¿Me has escuchado? —preguntó Brad elevando la cara de Laura con su dedo índice para que le mirara.

Ella le miró fijamente.

—¿Soy una pesada carga para ti y por eso tengo que irme, para que tú estés a gusto?

—No digas tonterías.

—Déjame, sólo quiero estar sola. —respondió, cruzando los brazos.

—No puedes quedarte aquí sólo por esperarle, no volverá.

—¿Cómo lo sabes?

Brad se sentó a su lado y posó su mano sobre la rodilla de Laura, cariñosamente.

—Porque viene de vez en cuando, sólo cuando está en peligro.

—Aparta la mano. —ordenó ella. Brad la miró, divertido y sin apartar la mano. Se acercó más a ella, consciente de que hacia aumentar su nerviosismo.

Le encantaba sacarla de quicio. No podía negar que había empezado a sentir algo por ella. Cuando la miraba directamente a los ojos sentía todo el dolor que reflejaban, pero aún más sorprendía la dureza de aquella mirada tan singular. Era una chica muy interesante, aunque nunca hablaba de su pasado, por alguna extraña razón siempre daba alguna absurda excusa. Pero, ¿quién de todas las personas que vivían allí no habían tenido un pasado oscuro?

Brad dio la última calada al cigarro y posteriormente tiró la colilla al suelo y se sumergió en sus propios pensamientos.

Aún recordaba cómo era cuando tenía la edad de Laura, dos años atrás. Cuando toda su vida cambió. Él era un estudiante más en Lonely Road hasta que a la localidad llegó Jimmy y se hizo su mejor amigo. Jimmy era un chico raro, apenas se comunicaba con nadie pero a la vez era muy guapo, lo que lo hacía muy interesante ante los ojos de las chicas. No mostraba entusiasmo ni atención ante nada. Ellos dos eran vecinos y a causa de ir al instituto juntos, se hicieron amigos.

Jimmy le hizo ver el mal que hacían los Idiots y cómo de reprimidos los tenían a ellos, pero él no creía que fuera totalmente así. Brad pensaba que estaba loco. Un día le convenció para salir de Lonely Road e ir a Jingletown en la moto que Jimmy tenía. Brad dudaba si ir, pero al final accedió. Aquel fue el primer día en el que Brad mató a una persona, no por accidente, sino porque Jimmy le incitó. Él le decía a Brad que hacía lo correcto, que si querían acabar con aquella situación tenían que hacerlo de raíz, por eso asesinaban a personas de alto poder, como políticos o policías.

Los muertos se sumaban. Y un día, el padre de Jimmy denunció a su hijo tras haber encontrado un cuchillo manchado de sangre escondido en su habitación. Los padres de Jimmy hablaron con él, para convencerle y que aceptara ir a un psiquiátrico y esa misma noche, Jimmy asesinó a sus padres y obligó a Brad a hacer lo mismo.

Éste no supo por qué lo hizo, pero lo hizo y se sintió sucio, asqueado. Era la primera vez que manchaba sus manos con sangre inocente, de quiénes le habían dado la vida. Sin embargo, no pudo hacerle daño a su hermana y cuando se exiliaron Jimmy y él, porque la policía les buscaba, se la llevó consigo.

Brad se entregó poco a poco a la novocaína. Era lo único que le hacía olvidar, pues lo mantenía lo suficientemente tonto como para no pensar. Pero desde que se fue Jimmy la dejó, consciente de Laura estaba sola. No quería hacerla daño.

Realmente Laura le había devuelto las ganas de vivir, las que perdió hace mucho tiempo. Esa chica le daba la vida, cada vez que la miraba sentía que volvía a ser aquel chico de 15 años inocente.

Abandonó sus pensamientos. Se acercó aún más a Laura y posó, delicadamente, sus labios sobre los de ella.

1. Rage and Love (Green Day)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora