Capítulo 5: Feliz cumpleaños.

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El beso continuó ante la mirada de varios curiosos.

Whatsername permanecía eufórica mientras se entregaba por completo a aquel beso tan pasional. Sentía que, por fin después de tanto tiempo, se había quitado un peso de encima.

Atrás quedaban ya las tardes en las que intentaba suicidarse, el bullying, el beso de Brad, las palizas contra Amanda y el terrible dolor al perder la virginidad de una manera tan brusca e injusta; atrás quedaba ya Christian, y con él, Jingletown. Atrás quedaba todo. Porque en aquel preciso instante, el tiempo permanecía parado y ellos dos eran los únicos capaces de moverse, de bailar al son de la vida rodeados de curiosas miradas. Ellos eran dos balas perdidas; disparadas y condenadas a vagar sin rumbo. El resumen de sus vidas era trágico y sutilmente desastroso. Se encontraron por casualidad y ninguno de los dos sabía a lo que les podría llevar un simple: "Eh chica, ¿te llevo?". Los hechos estaban escritos por un paciente y destructor escritor que no tuvo piedad pese a que sus personajes le rogaban. Sus vidas habían sido designadas para permanecer ocultas bajo la dura tapa de un libro. Y ellos, ocultos entre cuatro partes, atrapados en el interior de cada capítulo, buscando su propio ser a cada frase, a cada palabra, a cada letra. Pero allí estaban ellos, dos completos desastres que al final y después de todo, habían vencido a este escritor y lo habían batido. Este escritor, que se creyó que podía jugar con ellos, como títeres de un circo, que podía manejar sus vidas y destruirlas, reduciendo a cenizas la esperanza, el amor y la alegría..  Querido escritor, has perdido. Ahora ellos escriben las últimas líneas de este libro, el libro de sus vidas.

Con un simple susurro en su oído por parte de él, ambos se alejaron. Qué importaba ya la guerra. Qué importaban las bombas, las minas, las granadas.. Qué importaba que la gente muriera, cuando el amor puede contra cualquier cosa y, aquella noche, nadie les privaría de lo que sentían, nadie se interpondría entre ellos.

Los rápidos e impacientes pasos de Jimmy condujeron a Whatsername al interior de la modesta habitación en la que dormía él, que en otro tiempo había sido una sala de tortura.

Una vez dentro, volvieron a besarse con más intensidad que antes. Fundiéndose en aquel beso. Jimmy acarició la cintura de ella y Whatsername posó sus manos en la nuca de él, despeinándole. Hace algo más de cuatro meses, cuando se reencontraron, estuvieron a punto de hacerlo pero aquel no era el momento, ni el lugar, ni la situación más idónea. 

Jimmy empujó delicadamente a Whatsername haciéndola caer sobre la cama y él hizo lo mismo. 

—Necesito que seas mía. —susurró mirando directamente a sus claros ojos. 

Ella sonrió. También lo necesitaba, aunque más que eso, lo quería. Se deshizo de su camiseta al igual que él. Podía escuchar su respiración agitada que se combinaba con la de ella. Sentía los húmedos labios de Jimmy por su cuello y sus agitadas manos acariciando cada milímetro de su cuerpo, excitándola. 

Lo que ocurrió aquella noche fue algo más que unas simples caricias y un par de inocentes besos. Ni Jimmy ni ella eran vírgenes pero era la primera vez que lo hacían juntos. La primera vez que ambos sentían un torbellino de emociones tan intenso que les impedía respirar con facilidad, entre jadeos y miradas furtivas. 

—Feliz cumpleaños, nena. —susurró Jimmy observando como el reflejo del alba se posaba en el rostro de Whatsername.

Ésta abrió lentamente los ojos y al verle no pudo evitar sonreír. Se desperezó tranquilamente meditando las palabras que acababa de escuchar. Había sido una noche maravillosa pero estaba terriblemente cansada.

—¿Cómo sabías que hoy es mi cumpleaños? —preguntó curiosa.

Jimmy sonrió sin mostrar los dientes. Se acercó más a ella mientras las sábanas rozaban sus cálidos cuerpos. Comenzó a besar el cuello de Whatsername con ternura.

1. Rage and Love (Green Day)Onde histórias criam vida. Descubra agora