Capítulo 2: Sucios bastardos.

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Jimmy, desde su moto, contemplaba como Laura se alejaba lentamente. Se sentía abatido e inmóvil. Apoyó las manos sobre los frenos de la moto.

La quería tanto... Y hasta ese momento no se había dado cuenta. Era una sensación indescriptible, nueva para él, pues nunca había dependido emocionalmente de nadie y pensaba que nunca sentiría aquello por nadie y menos por "una niña consentida de ciudad". 

Se sentía mal. A cada paso que daba Laura, Jimmy moría por dentro. Pero no podía hacer nada, conocía a Laura y sabía que sería inútil. Estaba destrozado. Por primera vez en su vida había perdido a alguien que le importaba y sentía un dolor desgarrador en el pecho. No esperaba esa respuesta por su parte, él había sido sincero.

—Te amo... Whatsername... —susurró para sí mismo, observando como Laura desaparecía en el horizonte, pensando que nunca más volvería a verla.

Enfadado, arrancó su moto. Los frágiles rayos de sol mañaneros cubrían su espalda. Se dirigía en dirección contraría a Laura; él volvía a la casa de los Anti-Idiots.

Velocidad al máximo. La ira le controlaba, dirigía sus manos, su cabeza, su cuerpo entero. En lo único que pensaba era en matar a Brad, en hacer que sufriera tanto como estaba sufriendo él, por su culpa, por sus engaños, por su manipulación. Nadie jugaba con Jimmy y menos un gilipollas como Brad. Mientras aumentaba la velocidad de su moto pensaba como matarlo, destriparlo, hacerle sufrir de la manera más cruel. Jimmy rugió en mitad de la nada, estaba enfadado, rabioso cual perro, nunca había estado así. Aumentó aún más la velocidad de su moto, provocando que algunas lágrimas saltaran de sus ojos, justificándose que era por la brisa mañanera pero en su interior sabía que era por el dolor que sentía.

Fue a primera hora de la mañana cuando llegó a la casa. Bajó de la moto rápidamente; parecía un león hambriento. Apretaba sus puños con fuerza y mantenía el ceño fruncido.

Un Anti-Idiot aparentaba vigilar la casa. Él observó algunas botellas de whisky a su alrededor.

"Escoria. —".

Jimmy volvió a rugir, intentando contenerse, pero ya le era imposible. Le pegó una patada en el estómago, provocando que aquel borracho que estaba tirado en el suelo se despertara de un profundo sueño y se pusiera a gruñir de dolor.

Cogió una de las botellas de whisky que había tiradas en el suelo y pegó un gran trago. Posteriormente la tiró contra la casa, haciendo que se cayera una teja del tejado.

Lleno de rabia mezclada con alcohol, tiró la puerta de otra patada y entró, dejando atrás los lamentos de  aquel Anti-Idiot borracho.

—BRAD —gritó—. ¡Hijo puta, baja ya y no te escondas, sé que estás ahí!

Nadie apareció.

—¡Cabrón, ven ya o será peor! —volvió a gritar.

Brad comenzó a bajar por las escaleras, perplejo.

—¿Qué pasa...? —Éste se quedó congelado al ver a Jimmy, que le creía muerto. Contuvo la respiración, observando el rostro rojo de cólera de Jimmy y la respiración extremadamente agitada que demostraba su pecho.

Jimmy, sin pensárselo, se tiró encima de él, provocando que bajaran el resto de las escaleras rodando. El rubio le pegaba puñetazos al castaño mientras éste intentaba protegerse, colocandose los brazos alrededor de la cabeza.

—¡Capullo! —gritó Brad, tras pegarle un cabezazo a Jimmy, que le provocó una herida en la frente e hizo que las ganas de matarle aumentaran.

Jimmy rugió, cegado por la rabia.

Los Anti-Idiots que allí vivían se acercaron para ver la pelea, pero ninguno les paró. Les gustaba el morbo y ver a esos dos, que eran buenos amigos, peleándose era algo increíblemente bueno. Se podía escuchar como algunos animaban a Jimmy y otros a Brad, gritando como locos.

Pronto la sangre de Brad, procedente de su nariz, manchó el sucio suelo de la casa.

Jimmy se levantó y empezó a pegarle patadas en el estómago. Comenzó a toser con fuerza al tiempo que tapaba su nariz ensangrentada en la que sin duda debía tener una gran hemorragia. Se encogió aún más al notar el pie de Jimmy contra su estómago con tanta fuerza.

Jimmy estaba descontrolado, desatado. Estaba disfrutando viéndole así. Él era más fuerte que Brad y lo estaba demostrando, aunque éste último también poseía mucha fuerza, pero debido a la novocaína sus fuerzas no eran demasiadas.

—Hijo de puta. Mereces morir. ¡Whatsername se ha ido por tu puta culpa! —gritó Jimmy, cesando las patadas.

—No Jimmy no... —respondió Brad, aflijido—. Si se ha ido ha sido por ti... Porque la has dejado por Amanda... —la comisura derecha de su boca ascendió, mostrando una media sonrisa—. Mira que cambiarla por Amanda... Hace falta ser cabrón... —terminó de decir, cachondeándose de Jimmy—. Eres un mal novio y no te mereces a alguien como ella. Yo la quiero y ella a mi también.

Esto último fue la gota que colmó el vaso; la ira que había invadido en cuerpo de Jimmy creció aún más, si eso era posible. Levantó a Brad por las solapas de la chaqueta de cuero y le pegó un puñetazo en el labio. Brad cerró los ojos, conteniéndose el dolor y contratacó, devolviéndole el puñetazo, quedándole el ojo morado.

Jimmy, harto de Brad, le agarró por el cuello y le condujo hasta estrellarle contra la pared, provocando una gran nube de polvo. Apretó aún más su mano, estrangulándole.

—Te juro que te mataré Brad, te lo juro. Eres un hijo de puta. Has dejado que se intente suicidar, has dejado que se vaya, has dejado que piense que soy un cabrón. Pagarás el haberme delatado, cabrón. —Jimmy seguía apretando. A Brad le faltaba oxígeno. Jimmy sonrió, observaba como las fuerzas de Brad se agotaban, como jadeaba pidiendo oxígeno y como, poco a poco, moría lentamente. Brad le miraba fijamente, sus ojos reflejaban miedo, arrepentimiento, pero Jimmy disfrutaba. Él era un sádico, un monstruo y le habían arrebatado a lo que más quería.

De repente, sintió cómo una fuerza exterior le empujaba, apartándole de Brad.

—Eh, ¡deja a mi hermano, capullo! —gritó Amanda, con lágrimas en los ojos, agarrando a Brad, que había caído al suelo. Amanda vio la marca que Jimmy le había hecho a Brad en el cuello y el cuerpo magullado de su hermano, que tosía con violencia.

Se levantó y le plantó cara al amor de su vida; a Jimmy.

—¡Eres un puto monstruo! —gritó, histérica, volviéndole a empujar.

La ira que sentía Jimmy se hizo visible. Sus ojos verdes se tornaron de un color rojizo. Rugió. Loco de rabia le pegó una bofetada en la cara a Amanda. Ésta cayó al suelo, a causa de la fuerza del golpe y comenzó a llorar.

Él observó la escena: los dos hermanitos tirados en el suelo, sobre un charco de sangre. Brad tosiendo, más muerto que vivo y Amanda llorando a lágrima viva sobre la pierna de su hermano.

Jimmy bufó, mirándoles con asco y posteriormente escupió en el suelo.

—Sucios bastardos, merecéis la muerte. —contestó y salió de la casa, dejando a su paso una sensación de confusión mezclada con miedo. Crugió sus nudillos, caminando hacia su moto mientras se limpiaba la sangre de las manos.

1. Rage and Love (Green Day)Where stories live. Discover now