—¿Realmente lo harás?
—¿Tengo opción?
—Siempre la hay.
—Para mí no.
—Tú siempre creyendo que eres diferente al resto, vagando entre fantasías tratando de escapar de una vida infame y deprimente. Claro que hay opciones y tú ya te decidiste por dejarte vencer y como siempre de tu parte ha sido una pésima elección.