6. Trabajos

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Mya

Manhattan, New York

El viernes se suponía que era el mejor día de la semana, un día que estaba entre las horas finales de una semana de trabajo y la libertad, pero el señor Malik lo hizo mi peor día por todo el año.

Insistió en encontrarnos en la sala de juntas a las tres en punto hasta las siete en punto.

Y luego, siempre se sentaba en la cabeza de la mesa, lo cual sería normal si estuviera en una reunión, pero éramos las únicas dos personas en el salón y siempre había varios asientos entre nosotros.

Hoy, él estaba usando mi traje favorito —uno negro de tres piezas con una corbata azul marino para acentuar el color. Sus gemelos, decorados con las iniciales "ZM", estaban destellando bajo la luz del cuarto, y juro que, por la manera en que estaba mirándome, quería follarme.

—¿Planeas quedarte mirándome durante la reunión entera, o por fin te gustaría empezar?

Levantó una ceja.
Bastardo...
—Me gustaría empezar.
—Bien. —Abrió su carpeta—. ¿Qué piensas de lo último de Grisham? 

—Absorbente. —Busqué entre mis notas—. Me recuerda lo que me hizo enamorarme de su escritura en la era de A Time to Kill —Sentí lo mismo. —Escribió algunas palabras—. ¿Crees que vale la pena para que encabece lista para el siguiente trimestre?

—Es John Grisham, esa ni siquiera debería ser una pregunta — dije—. Aunque, en un mundo perfecto diría que no. Pero solo porque su siguiente libro es mucho más comercial y creo que podríamos hacer muchísimo por ese.

Sus labios se curvaron brevemente en una sonrisa, pero no la dejó quedarse.
—¿Qué novela de romance te gustaría recomendar?

—Un segundo... —Pasé por otra página de mis notas—. Castrando a su Jefe.
—¿Disculpa? —Sus ojos se encontraron con los míos—. ¿Qué libro acabas de decir?
Casting a su Jefe.
Me entrecerró los ojos antes de escribir mi sugerencia.
—¿Algo en particular que sobresalió? ¿Partes favoritas?
—Probablemente cuando el jefe idiota se redime y deja de tratar a la protagonista como mierda... —murmuré bajo mi aliento, pero entonces me aclaré la garganta—. El realismo fue genial. La protagonista era una directora de películas y aprendí mucho sobre Hollywood mientras leía.
—¿Y sobre tu sección Young Adult? —Siguió por los veinte géneros que se me asignaron para leer, haciendo preguntas de consulta aquí o allá, pero como era usual, nunca dejó que nuestra conversación se saliera del tema o que se pusiera remotamente personal.
Cuando terminamos las recomendaciones de libros, cambiamos al ingreso del mes en libros electrónicos y los ajustes publicitarios, y para cuando decidió que era "libre de irme", eran las nueve en punto.
Nueve. En. Punto.
—¿Señor Malik? —dije mientras me ponía el saco.
No respondió. Todavía estaba escribiendo, mirando abajo a su papel.
¿Señor Malik? —repetí con un poquito más de frialdad en mi voz, suficiente para hacer que finalmente levantara la mirada hacia mí.
¿Sí?

Vacilé, odiando el hecho de que algo tan simple como que sus ojos se encontraran con los míos fuera suficiente para hacer que mi boxer se humedecieran.

—Este es el decimoquinto viernes consecutivo que me mantiene pasadas las seis.

—No, este es el decimoquinto viernes consecutivo que el trabajo te mantuvo pasada las seis. Si trabajaras más a lo largo de la semana, entonces tal vez serías capaz de irte más temprano.

—De todas formas —dije, manteniendo mi voz firme—, voy a tener que irme a las seis en punto los viernes como todos, para que pueda disfrutar un fin de semana completo. Si no estoy fuera de aquí a las seis, voy a descontar el tiempo de mi hora de llegada el lunes y empezar desde allí.

Naugty Boos -Ziall-Where stories live. Discover now