вajo la мáѕcara || уσσимιи

「capíтυlo 21」

La mansión de los Ferrec lucía hermosa aquella noche. Los adornos dorados y guindas le daban un toque elegante y fino, así como los adornos colgantes y candelabros en el techo.

Los empleados caminaban entre la multitud de gente con máscaras, portando charolas con bocadillos y en otras más, el vino más caro.

Los invitados al baile vestían de manera elegante, con peinados extravagantes. Las damas con vestidos adornados de lazos y moños, mientras que los caballeros portaban trajes de colores llamativos, dejando salir un olán por las mangas del saco.

—¿Puedo ofrecerle más vino monsieur Feraud?

—Si, gracias— el hombre tomó una copa mientras continuaba la plática de negocios con Louis Ferrec.

Madame Amélie se encontraba con otras señoras refinadas hablando sobre la empresa así como también de los nuevos productos que sacaría al mercado.

Y en el centro del salón, muchas parejas bailaban de manera elegante, todos siguiendo los mismos pasos, como si fuera una coreografía ya planeada con anticipación, y en cierto modo lo era.

Jimin suspiró cuando recibió a su pareja para tomarla de las manos y seguir con la danza. Las miradas por primera vez no estaban sobre él y de alguna manera se sintió aceptado, pues todos llevaban una máscara que les cubría rostro, pero aún así se sentía triste, porque le hacía falta algo muy importante... O más bien, alguien muy importante.

Desde hacía casi dos semanas que no sabía nada de YoonGi, y la idea de no verlo nunca más empezaba a aterrarle. Él quería respuestas, necesitaba saber si realmente era el asesino de los periódicos, o saber qué relación tenía con él.

Estaba tan inmenso en sus pensamientos que por accidente piso a la chica recibiendo una queja de su parte.

—Por favor ponga atención al baile, joven Ferrec, dudo que mi pie soporte otro pisotón.

—Disculpe mi torpeza, mademoiselle Feraud, no sé dónde tengo la cabeza esta noche, estoy algo distraído.

—Descuide, entiendo que aún esté asimilando la noticia de nuestro futuro compromiso.

En ese instante Jimin detuvo sus movimientos y se quedó estático en su lugar. Miró a la chica de cabellera roja frente a él y frunció el ceño.

—¿Compromiso?

La chica tragó seco y retrocedió un poco, Jimin podría ser tranquilo en ese momento, pero todos sabían lo peligroso que era.

—Disculpe la imprudencia, pensé que ya lo sabía.

El peli gris no respondió, simplemente desvío la mirada hacia el frente, y entonces pudo notar a un hombre de cabellera negra que portaba una media máscara de color azul con dorado.

Un escalofrío le recorrió cuando se dió cuenta de aquellos ojos marrones que le miraban fijamente... Una mirada que él pareció reconocer muy bien, por lo que su corazón latió con más fuerza, y aumentó al ver aquella piel pálida que resaltaban en el cuello de aquel invitado, así como sus manos de dedos largos que sostenían una copa, la cual guío hacia sus finos labios rojizos y bebió.

Si no fuera por el peinado, juraría que era YoonGi, pues no llevaba el flequillo negro cubriendo su frente, si no que lo llevaba recogido hacia atrás, dándole un aspecto más refinado.

—¿Jimin?—lo llamó la pelirroja confundida.

El hombre de traje azul marino dió media vuelta y caminó hacia las escaleras bajo la atenta mirada del peli gris.