「capíтυlo 34」

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Las horas transcurrieron en aquella soledad, donde el viento era su único acompañante, donde el silencio prevalencia en la oscuridad.

Sus brazos rodeaban su propio cuerpo como si fuera una manta que le proporcionaría calor, pero su interior estaba frío, estaba vacío, sin una pizca de fuerza, sin nadie que le ayudará a ponerse de pie.

Las lágrimas escurrieron por sus mejillas haciéndolo sentir débil, sus latidos eran cada vez mas difíciles de percibir. Quería no levantarse más, pero entonces recordó su única razón de vivir... Jimin.

Con todo el dolor de sus heridas, se ayudó de la pared para ponerse de pie y comenzó a caminar fuera de aquel callejón. Sus movimientos eran pausados, sus ojos comenzaban a cerrarse, pero él debía encontrar a su amado, debía encontrarlo a como diera lugar.

Su mandíbula se tenso cuando sintió su cuerpo arder. La gente que pasaba a su lado lo empujaba sin detenerse y no tenía fuerza para quejarse, era como si fuera invisible, nadie lo miraba ahora, nadie parecía querer ayudarlo, pero no los culpaba, el no merecía ser ayudado.

De pronto su vista se comenzó a nublar, se tambaleó y se fue hacia adelante esperando sentir el asfalto contra su cara, pero en lugar de eso, sintió unos brazos sujetarlo con fuerza. Sonrió débilmente, al parecer alguien lo había visto en aquella oscuridad, al parecer alguien decidió que sí merecía ser ayudado.

-¡¿Qué te pasó?!— escuchó un grito lejano y después nada.

Mientras tanto, en otra parte, se encontraba Seokjin mirando hacia el interior de un cuarto grisáceo y húmedo.

-¿Qué haremos?- cuestionó Taehyung abrazando al castaño por la espalda.

-No sé qué más hacer- confesó frustrado—. Ya intentamos separar su alma... Es imposible... Es... Es como si estuviera adherida.

-Tal vez pasaron demasiado tiempo juntos.

-No podemos dejarlo ir... No podemos dejar que siga vivo, Taehyung.

-¿Y cómo lo matamos? Nada funciona... No podemos matarlo, sólo el tiempo podrá hacerlo.

-¿Y si lo intentamos?

-Seokjin— se separó y caminó hasta quedar frente al castaño para mirarlo fijamente—, lo hemos tenido inconsciente por dos semanas... ¡Dos semanas!

-¿Y qué?

-Ni siquiera el hambre o la sed podrían matarlo.

-¿Y si lo asfixiamos?

-Ya hemos intentado eso... No sirve.

-Creí que podríamos lograrlo- respondió con la mirada perdida en aquel chico de cabellos grises que permanecía recostado en una cama con un semblante tranquilo.

-Los rituales ya no funcionan con él, no desde que aquella alma oscura se funcionó con la suya.

-Tal vez... Tal vez podríamos tenerlo de ésta manera hasta que su tiempo se acabe.

-Esa podría ser una opción... ahora que YoonGi está muerto, no hay nadie que busque a Jeremy.

Pero ellos no eran conscientes de que aquella persona que habían nombrado, no estaba muerta, sino que en ese mismo instante la luz tenue de una lámpara entraba ligeramente por la ranura de sus ojos, haciéndolo fruncir el ceño y mover su cabeza evitando así aquel destello que le cegaba.

Su cuerpo dolía menos, pero estaba demasiado tenso, sus puños apretaron lo que parecía ser una sábana y el sonido lentamente volvía a sus oídos como susurros muy suaves.

вajo la мáѕcara || уσσимιиDonde viven las historias. Descúbrelo ahora