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Komaeda encoge los hombros, desvía la mirada hacia cualquier lugar del dormitorio, juega con las manos al escuchar el gruñido del azabache y respira con profundidad para no llorar, sabe que en estos momentos las lágrimas no ayudarán en nada, no harán que su enfermedad deje de avanzar o que se vaya.

—I-Izuru —sabe que está molesto—. Por favor, no te eno...

—Cómo puedes pedirme eso cuando dices que no te importa morir.

Interrumpe apretando las manos en forma de puños.

— ¿Acaso no me amas? — Siente una opresión en el corazón— ¿No quieres estar conmigo? ¿El formar una familia? ¿Acaso ya olvidaste todo eso? — Cada palabra lástima al omega— ¿Por qué eres egoísta? ¿Por qué quieres dejarme, Komaeda?

Muerde el labio hasta el punto de hacerlo sangrar, la vista está completamente nublada, reprime un sollozo y niega a cada reclamo.

—Prometí que iba a curarte y eso haré —agarra otra jeringa y se la inyecta para sacar sangre—. No interesa el precio que tenga que pagar.

—N-no —murmura apartando el brazo—. No quiero.

Gruñe.

—Komaeda, es la única forma de detener la enfermedad —intenta de ser racional—. Mientras tanto, seguiré...

— ¡No quiero!

Hace que la jeringa caiga al suelo junto con las otras dos, el rojo está encendido debido a la cólera, está siendo muy paciente con el albino, pero si continúa así de terco no va a quedar de otra más que usar la fuerza. Aunque lo lastime, le haga daño, aunque no lo desee; no dejará que muera, es la Esperanza Definitiva de Preparatoria; así que va a encontrar la cura cueste lo que cueste. Debe hacerlo, la sola idea de imaginar el cadáver de su omega hace que un gran, inmenso, desagradable sentimiento tome control de todo su ser.

—Koma...

Niega con la cabeza gacha.

—Ya no quiero —el tono es débil—. No quiero que sigas buscando una cura —aprieta las sabanas—. Duele....ver como albergas falsas esperanzas...no quiero que al final...todo esa esperanza...se derrumbe.

Se sienta a su lado.

—No son falsas esperanzas —el tono es seguro—. Encontraré, no, haré la cura y...

— ¡No hay cura! — El gris lo reta—. Izuru, deja de mentirte, sabes...maldita sea...sabes que no hay cura.

—La hay, voy a...

—Creaste "una cura" —hace comillas con los dedos—. No funcionó, por más que seas la Esperanza Definitiva no vas a poder hacerlo —mira el rojo con dolor—. No puedes curar mi talento, Kamukura Izuru.

Rugue.

Se pone de pie.

Agarra otra jeringa.

—No quiero verte sufrir, Izuru —la débil voz hace que se detenga—. No sabes cuánto me duele verte de esa forma —las feromonas de tristeza hace que el pecho se le oprima—. El que te esté causando tal dolor...tal desesperación... —evita insultarse—. Sabes que debí morir hace tiempo, Izuru.

Bloquea su análisis.

Solo quiere oler la vainilla, perderse en aquel aroma tan sublime, estar en los brazos del omega, su omega.

—Entonces, ¿quieres que te vea morir? ¿Quieres que pase cada maldito día como si fuera el último?

Permanece callado.

Impredecible © (Kamukoma/Omegaverse) [Primera Temporada] |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora