Capítulo 2: Derretimiento glaciar

13.5K 638 129
                                    

Dicen algunos que cuando un cubito de hielo se derrite solo se puede escuchar la melodía de unas pocas gotas chocando contra el piso. ¿Qué sabrán ellos del estruendoso glaciar que cae sobre el mar y se funde con él? Aparentemente, lo mismo que cierta «gota» insistente, condenada a ser absorbida para siempre por la tierra:

---¡Madre, no lo hagas, piensa en lo mucho que hemos esperando por este momento! ---reclamó la criatura oculta en su manga.

Kaguya lo ignoró, por primera vez en siglos sentía que estaba a punto de hacer algo bien. No le importaba que nadie lo apreciara ni estuviera allí para verlo, solo una cosa ocupaba su mente: volver a ver pronto a sus hijos y también a Aino. Debía pensar en una buena disculpa cuando se reencontraran.

Usando rápidos movimientos, realizó un Jutsu cuyo nombre Naruko no alcanzó a escuchar, la otra mujer parecía muy concentrada en ello, como si estuviera contando cada gota de su poder.


---Ya está comenzando a crecer ---afirmó, mirando su mano que poco a poco iba haciéndose casi transparente por causa del drenado de chakra.

---¿No hay otra manera...? ---Naruko preguntó. Por mucho daño que hubiera hecho en el pasado, la pronta muerte de la Otsutsuki le causaba un dolor que no se esperaba.

---No ---respondió al instante---, además, es mi manera de reponer todo el sufrimiento que le causé a otros. Es un destino mejor del que imaginé, solamente pido algo a cambio.

La joven Uzumaki abrió ambos ojos, no tenía idea de que pudiera querer la diosa en esas condiciones.

---¿Qué sería eso? ---Se atrevió a decir, vislumbrando como su brazo pasaba al mismo estado que su mano.

---Una oportunidad, una oportunidad para aquellos quienes como yo, se fueron por un camino oscuro. Después de esto, con la mayoría de sus crímenes anulados, me gustaría que los recibieran de nuevo. No pido que les den las mismas libertades que a cualquier otra persona, solo que intenten hacer algo por ellos, tal y como tú hiciste por mí ---declaró Kaguya,  sintiéndose más débil a cada momento.

Naruko lo pensó por un momento, lo que decía tenía sentido. Al estar vivos de nuevo, los mukenins perpetradores no tendrían que ser juzgados por eso.

Sabía que habían muchos a quienes les importaría un bledo, como Hidan, el Akatsuki que Shikamaru, Ino y Chouji derrotaron, pero:  también existían otros como Nagato, Konan e Itachi, que vivieron gran parte de sus vidas siendo víctimas de la injusticia, el dolor y las malas intenciones. Definición: sin importar el costo cumpliría esa promesa.

---¡Lo haré Dattebayo, déjalo todo en mis manos! ---afirmó señalándose a sí misma con el pulgar.

La mujer de largos cabellos sonrió, estaba segura de que en esos momentos podría marcharse en paz. Era casi divertido si se ponía a pensarlo, hasta hacía poco tiempo, únicamente podía pensar en volver al lado de los que nunca se preocuparon por saber de ella pero tras hablar con la chica enfrente suyo, todo cambió de forma radical, todo cambió para bien.

---En ese caso, no hay nada más que deba preocuparme, ha llegado el momento de marcharme, mis seres queridos aguardan ¿No es así, Hagoromo? ---dijo dirigiendo su vista detrás de la shinobi.

Naruko volteó anonadada ante la visión del Rikkudo Sennin, quien por primera vez había dejado de levitar y estaba parado como cualquiera otra persona.

El Reinicio De Todo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora