Capítulo 7

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(Antes que nada: puto el que esté leyendo pero no vote o comente 😑)

Narrador

La mirada fija que estaba siendo dirigida a su persona la ponía incómoda...

---¿Me estás diciendo que mientras no estuve no ocurrió realmente nada? ---suspicaz, Sakurai analizó sus gestos y reacciones.

---¡Pues claro que no 'ttebayo! ---hizo el intento de sonreír; pero no era un secreto para nadie el que fuera probablemente la peor mentirosa del mundo.

---Da igual ---él guardó lo que quedaba del medicamento para el malestar estomacal---, si sigues insistiendo en ese patético intentode mentira no me quedará de otra que esperar hasta que decidas contármelo por tu propia cuenta.

---¡Realmente lo siento! ---juntó ambas manos---, sin embargo es algo que decir momento solo deben saber Bā-chan y Ero-sennin.

Cabía decir que el nombrado y sus alumnos debían de estar hablando con la Hokage, y también con otros Kages involucrados por cuestiones territoriales, sobre sus sospechas. Si todo salía bien   estarían dejando el campamento en unas horas.

《Justo cuando Ero-sennin pensaba retirarse tuvo que pasar esto... 》---se lamentó Naruko.

Por supuesto, se había ofrecido voluntaria para unirse a la misión; mas la negativa del ermitaño fue casi severa. Había dicho que sería una travesía diferente a cualquier otra en la que hubiera estado involucrada, y que el número limitado de integrantes era vital para el funcionamiento del grupo. Según su corto resumen, se dirigirían a un lugar en el cual no había puesto un pie en años, un lugar patrocinado por shinobis que manejaban muy bien la información, y eran bastante exclusivos a la hora de compartirla con alguien. 《Los olvidados》, así llamó a esos individuos. ¿Quiénes eran? No lo sabía, al principio dudó sobre si Jiraiya debería ir en las condiciones actuales en las que se encontraba. Pero él había asegurado que nada iba a ocurrirle, citando sus propias palabras: 《Va a ser un intercambio de información》.  Además no estaría solo, Nagato, Konan y Yahiko lo estarían respaldando. Sobraba añadir lo fuertes que eran.

---¿Escuchaste lo que acabo de decir? ---el pelirrosa alzó una ceja.

---¿Qué? ---preguntó, volviendo a la realidad.

---Dije que esos tipos de ahí te han estado mirando desde hace un buen rato ---señaló con el pulgar a un grupo de puertos que se encontraban  bastante animados, cuchicheando entre ellos y dando unos nada discretos vistazos hacia donde estaba ella---, es realmente molesto. Deberíamos irnos a otro lugar si ya estás mejor.

---No te preocupes, Sakkun. Mis ojos son sólo para ti ---dijo tranquilamente.

---¡No es eso, es simplemente molesto! ---el joven se adelantó varios pasos, sin dejar que la otra viera su expresión.

---¿Y ahora qué dije?

Pasados algunos metros, un bullicio llamó la atención del dúo. Tal parecía que alguien estaba causando problemas en un puesto.

---C-como dije, estos dulces ya están encargados por alguien ---dijo la incómoda encargada.

---¿De verdad no hay más? ---cuestionó, casi llorando, una voz masculina.

A la distancia, Naruko escuchaba perpleja.

---¿¡Hay alguien causando problemas!? ¡Ya le daré yo una lección! ---aseguró, yendo enojada hacia la zona del barullo.

No obstante, antes de que pudiera decirle unas cuantas cosas, otra persona se encargó de ello.

---¡Aniya! ¿¡Se puede saber qué haces!? ¡Avergüenzas a Konoha, detente! 

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