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12

Después de su conversación minutos atrás, Niall comenzó a sentirse de una manera diferente hacia Harry. Ya no lo veía como un alfa gruñón y amargado obsesionado por el control, sino más bien como un romántico empedernido al que su único y verdadero amor le había sido arrebatado.

A pesar de su mala fama en la universidad y sus malas influencias, en el interior, Niall no ansiaba más que una buena historia de amor, y a pesar de que en su cabeza la idea de enamorarse de un chico a los doce años después de haberlo conocido por tan solo dos semanas le parecía ridículo, la explicación de "nosotros los perros sentimos el doble que ustedes los estúpidos mortales" le había parecido algo razonable, pues después de todo, Niall había sentido ese incremento de sus sentidos en carne propia.

Regresó a la cabaña completamente solo, pues Harry había decidido que quería ir a cazar, solo para despejar su mente.

No bien puso en pie en el suelo de la cocina, fue interceptado por Louis, aquel beta hiperactivo y con problemas para cerrar la boca.

—¿Cómo te fue?¿no te lastimó?¿te exilió de la manada?¿intentó arrancarte la cabeza? —Louis disparó hacia Niall todas sus preguntas, sin darle la oportunidad al rubio de que respondiera tan siquiera una de ellas.

—Bien, no, desafortunadamente no, y gracias a Dios aún conservo mi cabeza, porque todavía la necesito.

—Qué extraño —masculló Louis, dándole golpecitos a su barbilla con su dedo índice.

—¿Por qué?, ¿a cuántos de ustedes les ha arrancado la cabeza y exiliado?

—No, nada de eso. Es solo que desde el momento en el que te uniste a la manada, supimos que tú y Harry no se agradaban. Harry es un poco amargado y le gusta tener a la manada bajo su control, mientras que tú eres más... liberal, siempre estás retando a Harry y todos podemos notar como lo sacas de sus casillas en ocasiones.

—Bueno, si somos justos, tengo el don de sacar de sus casillas a cualquiera.

—Ya somos dos —dijo Louis, sonriendo ampliamente.

Faltaba una semana exacta para que Gemma y Liam regresaran del viaje junto con su padre y Harry no había logrado convertir a Niall ni remotamente en el lobo que se padre esperaba.

Ahora se encontraban en el patio trasero, de frente en el bosque. Niall estaba de pie frente a Harry, Selene estaba a su lado izquierdo con una expresión aburrida en el rostro, mientras que Jonah se encontraba dando pequeños brincos entusiastas de su lado derecho.

Niall se sentía algo avergonzado, pues Harry había decidido que había llegado la hora de enseñarles a cazar, sin embargo, no había sido capaz de cambiar como la última vez. Se preguntaba una y otra vez como un niño de catorce años y una chica de quince lo habían logrado con mucha más facilidad que él.

Ahora Selene se encontraba aburrida, recostada en la hierba, mientras Jonah mantenía su postura hiperactiva, ambos esperando a que Niall fuera capaz de cambiar otra vez.

—Vamos Horan, concéntrate —exigió Harry—, no es tan difícil.

—Podríamos hacer que le disparen a Jonah de nuevo, si eso ayuda —bromeó Selene, Niall nunca se acostumbraría a escuchar las voces del resto de la manada en su cabeza.

Harry entornó los ojos hacia ella, con una mirada amonestante. Selene bajó las orejas y recostó su cabeza en el suelo de nuevo.

—Vamos Niall, no tenemos todo el día —demandó el alfa, con los brazos cruzados sobre su pecho fornido.

—¡No puedo! ¿se supone que debo llamarlo como Bruce llama a Hulk?¿o es que sale solo?

Harry puso los ojos en blanco y bufó.