II

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El omega asintió tembloroso sin hablar cuando el mayor lo sentó en su regazo, haciéndole sentir su erección debajo de él. Se sentía incómodo, pero no podía negarle nada a nadie, era un omega, y mucho menos al sultán. Derek comenzó a besar el cuello pálido con placer y gusto, hasta sabía bien. Era el omega más delicioso que había conocido, joder se sentía demasiado agradecido con él y no tenía porque. Derek era el alfa que se tenía que hacer desear. Llevó sus manos a las cintura acariciándola sin dejar de besar el cuello.

Stiles mordió sus labios para no ponerse a jadear como loco, no quería mostrarse tan fácil aunque se estaba dejando derretir entre sus brazos. Sus labios eran como el paraíso sobre su cuello. —Uh...mhm, sí.—
El alfa llevo sus labios de a poco besándole la mandíbula hasta llegar a la boca. Se la devoró sin aguantar más, era pequeña y delicada cómo él. Suave, inocente, labios vírgenes. Cada uno de sus sentidos estaba encendido a mil.
Stiles dió un pequeño respingo cuando comenzaron a besarlo intentando seguirlo con torpeza, dejándose llevar por el más grande, experto, dominante. Le daba un poco de morbo ser tan joven, de todas formas era muy normal. Miles de alfas se follaban a omegas de hasta trece años.

Luego de unos minutos Derek colocó debajo de su cuerpo al omega mirándolo atentamente, se veía jadeante y con las mejillas coloradas. El miedo que tenía Stiles se había reducido bastante y el olor de necesidad aumentado mucho. Hasta sentía el líquido lubricante natural que emanaba su interior cuando estaba excitado.
—Joder—Suspiró Derek quitándole las prendas finas de abajo, quería verle el pene. Seguro era pequeño cómo la mayoría de los omegas.
—S-sultán. —Gimió el contrario sin poder contenerse un segundo más. Las manos de Derek se metieron en la fina tela de bragas que llevaba puestas, haciéndolo gemir de nueva cuenta, esta vez más alto. ¿Y si alguien los escuchaba? Que vergüenza.
Se las quitó sin esperar más comenzando a masturbarlo. El omega tenía un hermoso miembro rosado, Derek casi falleció al oírlo gemir, necesitaba follarselo. Llevó su otra mano a la boca lamiéndola para luego comenzar a masajear con dos dedos la entrada del menor. Aún no paraba de tocarlo, quería ver todas sus reacciones. Sonrió pícaramente al sentir el interior todo húmedo. El omega no pudo evitar gemir de manera aguda, mostrándose vulnerable ante los toques del alfa. Suspiró y se removió, jadeando con las mejillas rosadas; esto no le desagradaba, al contrario, pero esperaba que sólo llegase a eso.
El mayor se ponía cada vez se ponía más duro, más deseoso. Deseoso ante ese pequeño cuerpo jadeante, decidió quitar su mano del miembro y concentrarse más en lo que de verdad ameritaba. El interior del omega. Agachándose entre sus piernas lo elevó ligeramente con ambas manos para comenzar a lamer la entrada con su lengua. Era apretado, caliente, casi latía.
Stiles dió un respingo y soltó un chillido de placer, sintiendo corrientes eléctricas recorriendo todo su cuerpo, al sentir la calidez de la lengua del chico. Tenía al hombre más atractivo que jamás hubiese visto entre sus piernas...y le gustaba. Enredó las manos entre las sábanas haciéndolas puños, que rico era todo.
La lengua poco a poco fue devorándose todo, introduciéndose en el interior del menor. Estaba apretadisimo pero se encargaría de abrírselo bien después. Sabía delicioso, sabía virginal. —Uhm— Suspiró mirando de reojo el cuerpo pálido y luego volvió a su trabajo anterior.
El menor tiró la cabeza hacia atrás, tomándose el atrevimiento de tocar el cabello del más grande, era suave y muy sedoso, claro. Sus ojos apenas podían mantenerse abiertos y sus piernas temblaban tal como las de un ciervo recién nacido. Derek soltó un bufido. No aguantaba más, los gemidos lo estaban matando necesitaba llenarle el culo de otra cosa. —Ponte en cuatro.— Ordenó firme.
El cuerpo del omega tembló, pero sabía que no podía oponerse así que simplemente se puso en aquella posición, sintiendo el lubricante escurriendo por sus piernas...bueno, al menos no le dolería.
Derek se levantó de la cama y tomó unas esposas de oro para colocárselas al omega. Muchos intentaban escapar cuando se los follaba, de todas formas Stiles parecía obediente —Esto será así al principio.— Musitó y se colocó detrás tomándolo de la cintura. No le iba a explicar nada más ni nada menos.
Con mucho cuidado se fue introduciendo mientras jadeaba ronco y profundo, demasiado alfa. Algunas lágrimas escaparon de los ojos del chiquillo. ¿Por qué a él, por qué no lo habían regresado a su casa, a los brazos de su madre? Un dolor estalló en su parte baja y en su coxis cuando se introdujo, a pesar del lubricante le dolía y mucho.
El alfa se encontraba en pleno goce, era el interior más jodidamente apretado que había encontrado. Tomó al omega del cuello comenzando a aumentar el ritmo. Este por la presión de la mano en su cuello movió ligeramente sus caderas, en un intento vago e imposible de zafarse del más grande.
–Quie-quieto— Ordenó con su voz profunda de alfa, le tenía que hacer caso y quedarse quietito. El ritmo cada vez aumentaba más al igual que el tamaño del miembro. —¡Ouh!—
Stiles cerró los ojos cuando el mayor usó su tono alfa en él, bastardo. Suspiró y se quedó quieto, simplemente resigándose a lo que estaba pasando, lo sentía casi como una violación.
Las paredes del omega no estaban reaccionando demasiado pero Derek se sentía muy caliente. Redujo el ritmo enterrándose más profundo.— ¡Agh joder! —Gimoteó antes de sentir su semilla esparcirse, su vientre revoloteaba, eso había estado buenísimo.
El menor dejó escapar un gemido ahogado de dolor cuando sintió el nudo del alfa hincharse en su interior...se sentía fatal, dolía mucho. El miembro había crecido en tamaño y no podía salir ahora.
—Oh tenemos un nudo —Jadeo Derek dejando caer parte de su peso en la espalda del menor. Estaba agitado por el orgasmo pero le molestaba que Stiles no se haya corrido.

Luego de unos minutos el nudo se deshizo, para que pudiese salir de él. El chiquillo se dejó caer en la cama, agotado física y mentalmente, su primer experiencia placentera y había sido un placer egoísta. Quería morirse.
Derek en cambio estaba feliz, le quitó las esposas al chico. Se levantó de la cama para irse directo al baño a lavarse, no había estado nada mal. Stiles era muy sensible a los estímulos en su interior.

El menor suspiró y se acomodó entre las mantas, hecho un ovillo quedándose dormido entre lamentos y lágrimas. No quería todos los lujos del palacio si ese era el precio, se sentía destrozado. Su rostro pálido lleno de lunares estaba hinchado, el instinto de omega se retorcía en su interior. Tenía miedo, muchísimo de lo que podría llegar a pasarle.

Luego de bañarse en la tina con sales marinas el sultán salió a su habitación, su esclavo se encontraba dormido. Se vistió con prendas frescas, unos pantalones de seda y apenas una "camisa" bastante ancha transparente. Al ver al menor le dió un pequeño apretón el pecho, ¿le abría dolido mucho?. El pequeño resongó un poco ante el ruido y giró su cuerpo despertándose.
—Tienes que cenar—Musitó con voz ronca el pelinegro sentándose en la cama para acariciar el cabello castaño, también tenía que bañarse, se sentía mugroso. —Y bañarte, yo lo haré.—
—No tengo mucha hambre. — Habló en un susurro respondiendo a lo primero. Se enderezó en la cama para poder levantarse e intentar bañarse sin mojarse con sus lágrimas en vez de con el agua del grifo—. ¿Usted lo hará?— Murmuró curioso levantando una de sus bonitas cejas.
–Sí, serás mi esclavo pero tengo que cuidarte. —Murmuró con una sonrisa más amigable al ver los ojos rojos del menor, casi le daba algo en el corazón —Vamos.— Susurró ofreciéndole la mano. —Tengo sales de baño.—
El pequeño al oír esto se quedó convencido, jamás había probado las sales de baño. Con suerte sabía que eran. Frotó sus brazos y se cubrió con la sábana antes de tomar la mano del alfa y levantarse, caminando apenas de manera decente. Le dolía y mucho, más al caminar.
Derek abrió la puerta dejando pasar a su esclavo, luego la cerró. Abrió una de las canillas dejando correr el agua del río Nilo.
—Te llamaré pequeño a partir de hoy– Musitó con una sonrisa pícara. Le gustaba el apodo.—Tu puedes decirme sultán, amo o Derek depende la situación.—
—Está bien.—Se encogió de hombros aferrando la sábana a su cuerpo como si su vida dependiese de ello. No quería que lo viera desnudo aunque ya hubiese pasado, quería conservar un poco de privacidad.
Derek colocó unas sales de baño con sus manos y luego miro al menor—¿Te metes con la sábana o?—Murmuró frunciendo ligeramente su ceño, ya le había visto todo, no entendía porque se ponía así con él.
El pequeño y se quitó la sábana entrando rápidamente a la bañera, dejando que el agua lo relajara un poco, haciéndolo sentir menos sucio. Le relajaba ligeramente los músculos y la sales exfoliaban su piel blanca.
El alfa se sentó en uno de los bordes de la bañera, le estaba molestando un poco que la relación vaya así. Pero bueno era el primer día— ¿De donde vienes? —Preguntó llevando sus manos mojadas a los hombros del menor. Estos eran pequeños y suaves, con pequeñas manchas.
—India, supongo que usted es de aquí.— Murmuró estremeciéndose ante los toques del más grande. No lo iba a tocar de aquella manera justo ahora, pero aún así su omega interior tenía miedo, y él también.
— Si, soy del alto Egipto desde que tengo memoria.— Musitó con una sonrisa el sultán —Antes del imperio otomano mis ancestros fueron faraones.—
—Ha de ser lindo tener esta vida desde bebé. —Murmuró arqueando suavemente las cejas, para que no se notara demasiado la ironía en sus palabras.
—Supongo— Musitó algo confundido ante el tono del menor —De todas formas conozco el pueblo, se la gente cómo vive Stiles. —Lo que más le molestaba de ser sultán es que lo tomarán por idiota, su gobierno siempre intentaba ayudar al pueblo para sacarlo adelante.
—Lo sé.—Se estremeció cuando las manos del alfa bajaron hacia su cintura, casi a su vientre bajo. No sabía cuantas veces lo había pensado, pero extrañaba demasiado su pequeña y cómoda casa.
Derek lo masajeaba ligeramente, le gustaba el cuerpo de Stiles. Era pequeño y suave. —Tienes un hermoso cuerpo—Susurró con una sonrisa. —Si no fuera porque ya me limpié estaría contigo ahora.—
—¿Por qué se toma tantas molestias conmigo? —Murmuró decidiendo relajar su cuerpo ante las manos del alfa pasearse por diversas zonas, de nada le servía oponerse.
—Me cautivaste... —Comenzó a hablar con voz segura y tomó unas cremas especiales para el cabello. —En cuanto te vi te sentí muy vulnerable, sentí que te necesitaba acá conmigo.—
Las mejillas del pequeño tomaron un ligero color carmesí al escucharlo y no pudo detenerse para decir algo. —Después va a dejarme, ¿cierto?—
—No lo sé, depende muchas cosas —Murmuró un poco apenado por lo que había dicho Stiles, ¿tan monstruo parecía? —Hasta ahora me estás agradando mucho, pero tenemos que conocernos.—
—Está bien.— Suspiró algo entristecido y se dejó limpiar hasta que salió de la bañera, tomando una toalla para limpiarse.

Obedéceme || Sterek +18 (Pausada)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora