VI

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La cabeza le quemaba y se le hacía imposible recordar algo de aquella noche. Estaba muy confundido, apenas sentía sus piernas y un dolor intenso en el vientre.
—¿De-Derek?— Gimoteó al ver una espalda morena frente a sus ojos. No había nadie más en la habitación, solo estaban ellos dos.
Se sentó en la cama cuidadosamente y apretó las sábanas con sus puños, el dolor del vientre había pasado a su espalda baja y de ahí a su trasero. Soltó un chillido bajito adolorido.
—¡Ay, duele!— Gimoteó apretando sus ojos cafés. El alfa al escuchar este gimoteo de inmediato se despertó, el omega estaba llamándolo.
—¿Stiles?— Preguntó con el ceño fruncido examinándolo, elevó su cuerpo sentadose también.
—Me duele sultán, me duele mucho.— Volvió a jadear comenzando a llorar, las lágrimas le caían por las mejillas. No le dolía sólo el cuerpo, si no también el alma, quería volver a su casa por más pobre que fuese. Al menos allí tenía el amor de sus padres. —Ya no aguanto, quiero volver a mi hogar.— Susurró abrazando con poca fuerza el pecho moreno del mayor.
El alfa al sentirlo así tragó saliva, Stiles desde el día 1 la estaba pasando mal, al principio ni le importó pero ahora un remordimiento le atacaba.
—Stiles, eres mío, te guste o no.— Intentó decir  suave a pesar que su voz sonaba ronca por el sueño. —Y te vas a quedar conmigo hasta que yo lo decida.— Musitó acariciando el cuerpo pálido entre sus brazos.
El llanto del omega aumentó, las lágrimas eran tibias y gordas, los jadeos adoloridos.
—Está bien...— Suspiró intentando secarse las mejillas, tenía los ojos tristes. Su pequeño cuerpo necesitaba descansar. —Pero quiero amor, quiero que me abraces Sultán.—
El alfa al escuchar esas palabras sintió un revoloteo en el vientre. No entendía lo que le estaba pasando, cómo si esas simples palabras le hubieran provocado una sensación nueva. Y no era excitación, por supuesto que no. Era un dolor extraño, un nerviosismo, una culpa. Lo que le había hecho a Stiles la otra noche no tenía perdón. ¿Pero por qué le estaba importando? ¿Acaso sus sentimientos estaban saliendo a la luz luego de tantos años? Sentimientos puros, como la tristeza y el amor. Tomó fuertemente pero sin llegar a lastimar en lo más mínimo el cuerpo de Stiles. Acomodándolo entre sus brazos, acariciando su cintura.
—Tranquilo, todo va a estar bien...— Murmuró suavemente en su oído. —No me digas más sultán, llámame Derek.— A decir verdad ese apodo le venía molestando por alguna razón.
El pequeño omega asintió soltando un suave suspiro.
—Está bien, Derek— Habló en un tono ya muchísimo más relajado. El alfa sonrió al escuchar su voz calmada.
—Te llevaré a nuestra habitación y vestiré, te daré de comer.— Musitó mientras pasaba sus dedos por el cabello chocolate de Stiles. Este abrió los ojos un poco sorprendido, el sultán le iba a dar de comer en la boca a un esclavo.
—¿Estás seguro?— Murmuró sorprendido.
—Por supuesto que estoy seguro.— Le respondió, no sabía por qué lo hacía. Tal vez en parte era por la culpa que sentía de la noche anterior.
—Está bien Derek, hazme lo que gustes...—Susurró terminando de cerrar sus ojos adormilado. Las cejas oscuras del sultán se levantaron al oír ese comentario con doble sentido del menor. Era tan puro que ni siquiera se daba cuenta, maldita sea.
Con delicadeza el alfa se levantó de la cama, tenía a Stiles entre sus brazos, el pequeño se veía tan débil e inocente. Sus labios rosados e hinchados de tanto chupar, el cabello despeinado y unas suaves pecas asomándose en su nariz.
El sultán entró a su habitación, una vez allí dejó recostado al omega en la cama de tres plazas.
—¿Qué te pasa Stiles?— Murmuró en un tono algo ronco. Llevo una de sus grandes manos para acariciar el pequeño rostro pálido. El cuerpo de su niño estaba muy frío, demasiado. Afinó el oído intentando oír la respiración y los latidos del corazón. Estaba vivo, pero su cuerpo era un témpano de hielo.
De inmediato colocó su pecho contra la espalda del menor, pegándolo con fuerza para darle calor. Masajeaba su cintura y depositaba pequeños besos en el cuello del omega, lo estaba cuidando, lo estaba cuidando por primera vez en su vida. Jamás había sido responsable de cuidar algo o alguien aparte de su reino. Era extraña la sensación, sentía que si soltaba a Stiles algo malo pasaría.
—Nene estoy aquí, caliéntate.— Murmuró en su oído, de a poco el cuerpo del omega volvía a tomar color. Seguramente necesitaba bañarse y comer. —Te buscaré algo de comer.— Susurró a pesar de que Stiles tal vez ni lo escuchaba. Se levantó de la cama no sin antes taparlo para luego ponerse él una bata, no quería que todo el palacio lo vea desnudo.

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—El chico está esclavizado— Murmuró Shawn para luego darle un mordisco a su manzana. —Y Derek es demasiado controlador, no sirven como pareja, no tienen futuro.— Le comentó de forma soberbia a la cocinera que estaba a su lado.
—Shawn deberías concentrarte en otras cosas aparte del sultán, sabes que sólo trabajas para él.— Le respondió su compañera mirándolo algo mal, sentía que el beta estaba obsesionado con el sultán.
—Pero algún día va a estar conmigo ¿Quién no lo estaría? Soy demasiado sexy.— Musitó con un aire altivo.
—Yo no, a muy poca gente le interesan los betas.— Murmuró de forma seca. Shawn estaba a punto de pronunciar palabra pero un sonido lo interrumpió, Derek había entrado a la cocina. Vestía una bata color vino y se podían apreciar unos vellos en su pecho.
—Buenos días sultán, ¿En qué lo puedo servir?— Murmuró la cocinera haciendo una pequeña reverencia, el beta que antes comentaba sobre sí mismo ahora estaba callado.
—Me gustaría un desayuno grande para Stiles, que tenga proteínas.— Musitó en ese tono ronco característico de él.
—De inmediato.— Le respondió la cocinera con una sonrisa. Shawn veía la situación algo ruborizado, ¿desde cuando el sultán llamaba a Stiles así y no esclavo? Le estaba tomando cariño, mierda.
—¿Cómo está Stiles?— Murmuró remarcando el nombre con un tono casi asqueado.
—Bastante cansado, pensaba darle de comer y bañarlo.— Le respondió el alfa en un tono suave.
—Ah bueno, ya es uno más del palacio.— Le respondió el beta irónicamente.
—Siempre lo fue.— Respondió Derek frunciendo su ceño, seguidamente tomó el plato de comida que la cocinera ya tenía preparado. —Muchas gracias Nefer.—
—De nada sultán.— Respondió la cocinera con una sonrisa, le había parecido bastante extraño que el sultán la llamase por su nombre y hasta le hubiese agradecido.
El alfa se dirigió a la habitación y una vez allí cerró la puerta con llave. El pequeño omega ya se encontraba despierto, estaba parado frente a un espejo, se miraba el cuerpo casi como admirándose.
—Hey— Susurró el alfa al ver a su nene allí. —¿No pudiste dormir?— Preguntó algo preocupado.
—No, me duele mucho el cuerpo y tengo marcas.— Murmuró dándose la media vuelta para verse el trasero, tenía un rasguño. Un puchero se formó en sus labios al ver tal cicatriz.
—Oh nene lo lamento.— Suspiró colocando la bandeja con comida en una mesita y se acercó a él. Colocó sus grandes manos en la cintura pequeña de Stiles acariciandola. —No volverá a ocurrir, las cosas son diferentes ahora.—
—¿Diferentes cómo sultán?... Disculpa, Derek.— Murmuró algo ruborizado y nervioso al sentir sus manos en la cintura.
—Diferentes, voy a conquistarte Stiles, no reclamarte como si fueses mío.— Musitó de manera casi sensual en su oído, el reflejo de ambos se veía en el espejo. De a poco el alfa llevó una mano a la entrepierna de Stiles acariciándola, este soltó un pequeño jadeo. Preso entre los brazos de Derek, ya había caído rendido, no podía liberarse de la mano que lo tocaba cada vez con más intensidad.
Las bragas del omega estaban en el suelo y la mano del alfa se movía con cuidado pero intensidad sobre el miembro de Stiles.
—¡Ah De-Derek!— Chilló ruborizado sintiendo el calor en sus mejillas y vientre, le hacía cosquillas muy fuerte. Sentía un placer bonito, no feo como el de la primera vez que se acostó con él.
—¿Te gusta eh? Te ves bonito en el espejo.— Le respondió el alfa mirando con atención el cuerpo de Stiles retorcerse ante sus toques. Tenía un brazo en la cintura rodeándola y su otra mano ocupada en el pene del menor.
Apretó con algo de fuerza el glande viendo cómo comenzaba a salir un líquido pre-seminal.
—¡Más rápido! ¡Más rápido!— Chilló apretando los brazos de Derek intentando quedarse quieto para no caerse.
El alfa aumentó la velocidad de su mano y llevó sus labios al cuello pálido del omega comenzando a chuparlo, lo mordisqueaba suavemente, resistiendo a no clavarle los dientes. Si lo hiciera se crearía un lazo entre los dos, un lazo entre alfa y omega incapaz de romper a menos que suceda algo terrible. Stiles soltaba jadeos altos de manera apenada, se mordía los labios para no gemir más pero le era casi imposible. Sentía una humedad en su miembro, Derek masturbaba demasiado bien, jamás le habían hecho algo así.
—¡Derek me corro!— Gimió apretando sus ojos con fuerza, apenas habían pasado diez minutos desde que lo tocaban y ya se corría. El semen salió disparado contra el espejo manchándolo. —Ouh...— Jadeó agudo y algo ahogado mirando con vergüenza la situación, estaba realmente apenado. Manchando todo y jadeando como una zorra.
—Eso fue...— Susurró el alfa soltando el miembro de Stiles.
—Vergonzoso.— Le respondió el menor intentando recomponer la postura.
—Iba a decir demasiado caliente y excitante pero si a ti te parece eso.— Musitó con una sonrisa juguetona y dejó un beso en la mejilla de Stiles para luego alejarse.

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⏰ Terakhir diperbarui: Nov 15, 2018 ⏰

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