Capítulo 7🌙

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NiñeroDemian🌙🌙🌙

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Niñero
Demian
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En la sala de espera mire como dos enfermeras entraban corriendo a la habitación de Angelic y me preocupé porque algo malo estaba pasando, vi salir a Diego algo desanimado y luego de un rato salieron dos enfermeras. Me levanté de los incómodos asientos para entrar a la habitación de Angelic.

—Lo siento joven, pero la paciente está sedada debe descansar —una enfermera me freno para que no entrara posando su mano en mi pecho para que no diera un paso más.

—Soy su hermano y alguien debe cuidarla —sentía un cosquilleo por mis manos al momento en que mi lobo comenzaba a aullar queriendo salir por la rabia que contenía. No ahora.

—Me quedaré yo Demian ve a descansar y mañana vienes a ver a tu hermana —la voz dulce de mi madre me tranquilizó giré mi rostro viendo su mirada maternal y una chispa de preocupación en sus ojos.

—Nos vemos mañana mamá avisa si le pasa algo a Angie —deposite un beso en la mejilla de mi madre cosa que no hacía desde hace mucho tiempo. Para ser más exactos desde que recibí la marca en mi muñeca había dejado de ser el chico cariñoso que era con mi madre.

—Vamos a casa hijo —mi padre depositó una mano en mi hombro apretando un poco para que dejara a mi madre entrar al cuarto de mi hermanastra.

Juntos salimos del hospital que como es costumbre está en constante movimiento y el ruido es apabullante cuando sales de la sala de espera. Fuera un viento frío me golpeó la cara en el estacionamiento no había mucha gente, pero si nos estaban esperando Alec y la Bailey amiga de Angelic. Caminamos hacia ellos que en cuanto notaron nuestra presencia vinieron corriendo a nuestro encuentro. Durante estos tres días no dejaron entrar a nadie ajeno a la familia para ver a Angelic hasta hoy que la vino a ver Diego.

—¿Cómo está ella? —Bailey me miraba con preocupación en verdad no lo estaba pasando nada bien, como todos.

—Está bien mañana ya podrás verla la sedaron y no permiten entrar a verla ahora —mire a Alec para luego volver la mirada a Bailey ella se notaba muy decaída no era la chica altanera que siempre veo rondar mi casa debes en cuando.

—No tuviste la culpa de nada Bailey —pose mi mano en su hombro —Angelic fue al bar para ver a Diego y pasó lo del incendio —mire a Alec pidiendo ayuda no conocía del todo bien a la castaña como para decirle algo que la ayude a levantar sus ánimos.

—Vamos Bailey te llevaré a casa —mi amigo la tomó por los hombros para guiarla hasta su auto donde se la llevo.

Mi padre que se había mantenido en silencio continúo caminando mientras yo lo seguía de cerca hasta llegar a su auto. Nos montamos cada uno en los asientos delanteros y mi padre arrancó el auto apretando sus puños en el volante. Ya veía venir una reprimenda.

—Angelic saldrá en cuatro días del hospital tu madre quiere que cuides a tu hermana —sin dejar de mirar a la calle mi padre me hablo con un tono severo y un enojo palpable en su voz.

Los aullidos a la LunaOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz