Capítulo 1 extra (Carlisle)

284 7 0
                                    

"¿Adónde iremos ahora?" me pregunté preocupado, mientras conducía saliendo del pueblo. Otra vez deberíamos mudarnos, aunque esta vez no estaríamos huyendo de los hombres lobo, por suerte. Otro accidente. Otra vez Jasper. ¿Cuántas veces les había dicho que debían cazar seguido? Mis tres hijos creados tendían a hacerme caso en forma instintiva, obviamente. Y Bella, cuando no se le ponía algo entre ceja y ceja, tendía a obedecer a su esposo al menos. Pero mi pequeña hada y su guerrero se inclinaban más ante sus propios instintos y deseos.

Mi amada me había llamado desde la casa, explicándome que Jasper había mordido a una humana y rogándome que volviera a casa. Le pregunté si debía recoger a los niños en la escuela, pero me dijo que no. Eso me había extrañado, y preocupado. Pero confié en su criterio, como siempre.

Me esperaba en la entrada de la casa, con gesto apenado. Junto a ella estaban Alice y Jasper, con expresiones culpables. Mi pequeña clarividente parecía preocupada, y eso me alarmó.

-¿Qué ocurre? -Pegunté, tras estacionar.

-Yo ataqué a una humana, y sigue con vida -confesó mi hijo, levantando la vista, avergonzado y asustado.

-¿Creaste a otro de nosotros sin consultarnos? -Le pregunté, ocultando la ira que comenzó a invadirme ante tan descarada insubordinación.

-Fue un accidente papá -reconoció Alice de inmediato.

Los miré a los ojos. Oscuros. Cuando no. ¿Tendría que alimentarlos yo mismo para asegurarme de que no anduvieran sedientos? Dios... ¡Si ya estaban grandes para saber que debían cazar!

-¿Dónde está? -Pregunté resignado.

-En el bosque, cerca de la escuela -respondió Jasper, asustado.

-¿La dejaron sola ahí? ¿Dónde cualquiera podría verla? -Los increpé, ya sin ocultar mi enojo ante tal muestra de irresponsabilidad.

-No es tan cerca de la escuela -alegó Alice, con temor-. Y no nos atrevimos a traerla hasta nuestra casa, por miedo a que eso pudiera comprometernos.

Respiré profundamente, un hábito humano que había conservado y que aún me ayudaba a calmarme.

-Vamos -murmuré.

Seguimos el rastro de ellos, y me sorprendió que también estuviera el de mi esposa. ¿Ella había ido hacia allá, y había accedido a dejar a un humano en proceso de transformación solo, en el bosque? La miré mientras corríamos, y como siempre ella pareció entender lo que me pasaba por la mente. Me miró con gesto de disculpa.

Cuando llegamos, me quise morir. Habían mordido a una niñita. ¿Por qué seguía con la cabeza sobre sus hombros?

-¿Por qué no la mataron? -Pregunté amargado.

-Pensamos que tal vez tú serías capaz de extraerle el veneno -explicó Jasper.

Me acerqué a la niña, y la olí con cuidado. Ya no había nada que hacer, el veneno ya había invadido sus órganos. Sólo quedaba hacer lo necesario, la triste tarea. Odiaba matar. Y odiaba sobre todo tener que matar a una niñita inocente. Al menos no sabría lo que le ocurría, y terminaría con el dolor que obviamente la mantenía completamente inconsciente de lo que ocurría.

"¡Mátenme!", gritó la niñita en ese momento, en español, lo que me hizo pensar que tal vez no estaba tan inconsciente. Aunque mantenía los ojos cerrados, había oído personas hablando a su alrededor. ¿Habría comprendido nuestras palabras, a pesar de no ser su idioma?

Bueno, como fuera, era mejor acabar de una vez. Inspiré, y le agarré la cabeza con fuerza.

-¡No! -Me interrumpió mi esposa, arrodillándose detrás de mí y quitando mis brazos de la cabeza de la niña.

No juegues en el bosque Where stories live. Discover now