The Big Four in DIVERGENT

Capítulo 1. La prueba

Capítulo 1.

Prov. Jack.

Era otra mañana común y corriente aquí en la cede de Osadía, hoy cumplo dieciocho años, la verdad no me agradan estas cosas, ya han pasado dos años desde que vi a Norte, el nunca me visito desde que elegi Osadia, pienso que aun sigue dolido porque elegi Osadia en vez de Verdad, ese año fui el único transladado de Verdad, cuatro de Erudición y tres de Cordialidad, las únicas personas que me visitaron fueron mis hermanas Elsa y Anna, Elsa era un poco fría como siempre lo ha sido, de la familia ella y yo tenemos poderes de hielo, yo los uso para ocasionar problemas mientras que ella trata de mantenerlos ocultos y suprimirlos, mientras que Anna es un poco mas optimista, alegre y altruista, si ella escoge bien, queadaria mejor en Abnegación que en Verdad. Aún recuerdo el dia de mi prueba de elección.

Estaba muy nervioso, junto a mi hermana Elsa quien era un auténtica veráz de pies a cabeza, para mi padre ella era su hija preferida, mi otra hermana llamada Anna que hoy deberia estar pasando por la prueba de aptitud, bueno, en fin, Elsa y yo estabamos en la espera de entrar a la sala en donde nos harian la prueba, daba golpecitos rapidos al piso, una voz de mujer anuncio a dos de cada Facción (incluidos Elsa y yo) caminamos por un pasillo iluminado por varias lámparas de un color anaranjado y los diez nos detuvimos frente a una puerta, el primero en entrar fui yo. La habitacion era espaciosa y una de las paredes tenía espejos y pude verme de cuerpo entero: Piel pálida que daba la impresión de que estuviera muerto, ojos azules, nariz pequeña, mi cabello era blanco (siempre me criticaban por eso y aprendí a ignorarlos), mi labio superior era delgado y el inferior un poco más grueso, ya veo el porque los de Abnegación no pueden verse en el espejo, recurrirán a la vanidad. Alguien me saca de mis pensamientos, era una chica de cabellos dorados como el sol pero era increíblemente largo aunque no se notaba por la enorme trenza que traía (en esta tenía como adornos Muchas flores de color lila y rosado), ojos de un verde esmeralda tan vivos que con solo verlos siento que me derrito, labios finos y deseables "espera, ¿Qué estás diciendo Jack?" Me regañaba en mis adentros, parecía tener catorce años, pero era demasiado hermosa "ya para Jack, ¿Te estás escuchando a ti mismo?" Me recriminé mentalmente, ella parecía divertida por mis reacciones y me dedico una hermosa sonrisa.

-Por favor siéntate en este sillón y relájate- me dijo con su melodiosa voz dando unos golpecitos al sillón blanco.

-¿Disculpa? -llamé su atención cuando ella sacaba un líquido azulado de un gabinete a mi izquierda-. ¿Me podrías decir tu nombre?- ella arqueó una ceja divertida mientras me sentaba en el sillón.

-Nunca conocí a un veráz tan curioso -dijo soltando una risa traviesa y yo me arrepentía de haberle preguntado-. Pero me llamo Rapunzel Haddock.

-Yo soy Jack Frost.

-Bonito nombre, bueno toma esto y veremos si seguirás siendo de Verdad- me entregó el frasco con el líquido del color de mis ojos y le bebo. Cerré los ojos y me dejé llevar.

Desperté en una superficie fría, era hielo, usaba mi ropa típica que usaba en tiempos de invierno, una sudadera negra y unos pantalones blancos, siempre he estado descalzo ya que nunca me gustó usar zapatos, en fin mi aspecto era diferente, mi cabello y ojos eran castaños, mi piel era un poco mas bronceada (así era antes de morir), del otro lado de donde me encontraba estaba una niña de por lo menos seis años temblando de miedo sobre una delgada capa de hielo a punto de romperse, había un cayado a mi lado y con el tiré de ella al otro lado y yo morí ahogado en el agua, después paso otra escena, me hallaba rodeado de personas encapuchadas que querían saber mi secreto mas íntimo nunca lo dije y tome una espada que surgio de la nada y apuñalé al que tenía más cerca y luego desperté de golpe. Rapunzel me miraba con cierto asombro, fue cuando ella me dijo que era divergente y que debía mantenerlo en secreto, después tuve que elegir Facción, mis resultados habían sido Abnegación y Osadía, nunca supe que elegir y decidí mejor probar la libertad, desde ese día nunca volví a ver a Rapunzel.