Capítulo 9. El edificio de la Verdad

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Nota de la autora: Esta escena es un poco pervertida, así que no me hago responsable de cualquier trauma emocional o psicológico.

MARATÓN 1/3

Prov. Rapunzel.........

Al abrir los ojos me encontré con que Jack y Hans jadeaban y yo con la bandera en la mano, en eso recuerdo que ganamos, mi respiración era moderada y pesada, pensé que mi cabeza estallaría, pero recordar lo que Jack hizo en la noria me dejaba sin aliento ¿Cómo subió tan rápido allá y sin que me diera cuenta? Sólo conseguiría la respuesta a esa pregunta de una sola forma. Pero será arriesgado, debo saber la verdad, no quiero que mi relación sea a base de mentiras.

Me levanté como pude y vi que todos estaban volviendo al tren, bueno algunos de los osados se iban a un edificio del que se veían varios cables resistentes para soportar gran peso, pienso que sería mejor hablar con él en privado. Esperé a que Hans se fuera, para que Jack se quedara. Suerte que la noria estaba a una hora de Osadía.

Él no me miraba, estaba muy avergonzado y lo sentía, el rubor de sus mejillas era notorio, pero con paso firme me dirigí hacia él pero lo evité para que me siguiera, hasta la cabina de control, él se quedó boquiabierto y frunció el ceño, bien, está enojado, ahora vendrá para regañarme, así que lo espero cruzada de brazos. Él cierra la puerta con fuerza pero evito sobresaltarme.

—Eres muy cortante conmigo —soltó y yo me encogí de hombros.

—Veo que somos dos lo que opinan lo mismo —no podía mirarle a los ojos, estaba enojada.

— ¿Qué tengo que hacer para me beses? —me derretí ante ese comentario, pero debo ser fuerte y resistir a la tentación de probar sus labios.

—Tú dime —volví a decir más cortante pero él hizo caso omiso y pegó mis labios a los suyos.

Al principio me resistí pero no puedo dejar de disfrutar esos gloriosos labios, rodeé su cuello con mis brazos y él con sus manos recorrieron desde mi espalda hasta mis caderas, me sentó en el panel de control, todo lo hizo sin despegar nuestros labios. Ahora pedía paso a mi boca, esperé a que su lengua me atrapara y nuestras lenguas bailaban. Bajó un poco la chaqueta para dejar mi hombro desnudo y lo besó, lamió y chupó, mientras yo gemí. Lo tomé de la nuca cuando me miró a los ojos, llenos de lujuria al igual que yo. Después regresó a mis labios pero era lento para bajar sus besos a mi cuello, ladeé mi cabeza para que tuviera más acceso, él repartía besos que me estaban excitando, gemí otra vez y él acarició mis muslos. Lo detuve de inmediato.

— ¿Qué pasa princesa? —preguntó sensual y yo me sonrojé.

—Jack, te amo, pero no quiero avanzar si no me dices la verdad —acaricié su nuca y él suspiró.

Parecía que fuera una tortura para él pero no quería dar otro paso si no había sinceridad en la relación es decir, todos lo merecemos aunque fuera la más dura que se pueda pensar. Amo a Jack pero no pienso que la relación funcione si él me oculta cosas y siempre le digo la verdad, le dije todo lo que él quisiera saber de mi pasado y más, le he contado lo que se les ocurra, claro que tengo ciertas respuestas que nunca le dije porque eran realmente personales o incómodas, pero lo importante es que él tiene muchos secretos, eso lo sé de sobra. Jack no es una persona muy dada a expresar sus emociones pero él es más abierto conmigo aunque él no se fíe realmente de las personas, eso es un claro síntoma de una gran inseguridad y por mi modo de ver las cosas él guarda un oscuro pasado al igual que un secreto.

Después de momentos intensos de silencio, por fin se armó de valor y me dijo:

—Punzie, yo tengo un poder al igual que tú —comenzó y no dejaba de mirar sus candente ojos azules—. Yo puedo congelar y manipular cualquier cosa que se relacione con el frío, Jeanine jamás supo de mí, ni de mi divergencia gracias a ti, pero yo soy como le espíritu del invierno y eso me da la posibilidad de no morir y puedo volar.

The Big Four in DIVERGENTWhere stories live. Discover now