¡No quiero un alfa! » YOONMIN OMEGAVERSE «

Lazo

Sus jadeos eran fuertes e incesantes.

Los besos habían subido de tono y los roces pasaron a ser caricias necesitadas.

Sus labios juntos encajaban perfectamente y sus manos, a veces entrelazadas, a veces acariciando el cuerpo contrario, eran perfectas.

-me vuelves loco y a la vez me traes a la realidad. Eres impresionante.-murmuró contra sus labios el Alfa, para inmediatamente continuar con la sesión de besos.

Con movimientos suaves, lo acostó en la cama y acarició todo su vientre por debajo de la ropa, aumentando el placer del Omega que con cada roce estaba más que inquieto.

-Yoongi...-Gimio su nombre, su piel estaba sensible ante cualquier contacto. - por favor...Mis sentidos me están mareando.

-Todo a su tiempo.-murnuró para luego dejar un camino de besos por su cuello.

Tomó su camiseta, y la retiró para luego lanzarla lejos, dándole una imagen más caliente al Omega.

Jimin se desnudó con ayuda del mayor. No podía soportar más el calor y las hormonas atacando su cuerpo.

Lo más probable es que estuviera así de loco sólo por ser capaz de sentir el aroma del mayor. Pues en ninguno de sus celos se vio así de necesitado.

-Yoongi, me gu-gustas. -pronunció con dificultad, las manos del Alfa recorrían sus piernas y torso sin quedarse quietas nunca.- Me gustas mucho.

-Lo sé- respondió, besando sus labios. - Soy tu Alfa. Es mi obligación saber cómo te sientes, mí pequeño.

Sus dedos corrían por su cuerpo, causando corrientes eléctricas y ardor, el Omega estaban débil.

Besó su torso y con algo de necesidad, estimuló sus tetillas, sacándole gemidos de sus gruesos labios.

Yoongi sabía lo que debía hacer cuando su pequeño estaba en celo, y eso hacía con total confianza.

Tocarlo suavemente, desvestir lo despacio, sostenerlo en sus brazos con ternura, como hacía ahora que lo tenía sobre su regazo, mirarlo apasionadamente y luego, darle sexo hasta que ambos lobos estén agotados.

Debía ser ilegal poder hacer todo eso con un Omega tan perfecto. Pero Yoongi estaba allí, haciéndolo.

Sus labios pasaron de sus tetillas a sus clavículas, donde succionó fuertemente.

Se separó lo suficiente de él como para mirarlo a los ojos.

-Hazlo. Por favor.- rogó.

-Me has enamorado, y dado vuelta de cabeza a mi mundo, pequeño.

Sonrió con ternura y su sonrisa fue correspondida.

Tiró al más joven a la cama nuevamente y tocó su entrada mientras besaba sus labios con pasión.

Húmedo. Demasiado.

Aún así, metió sus dedos dentro del menor. Otorgándole un placer desconocido.

-¡Ah!-grito. Pues Yoongi no se conformó con sus dedos. Para nada.

Min Yoongi no estuvo con bromas, y metió la mano entera.

¿Ardía? Sí, bastante. Pero lo pudo soportar, pues estaba tan húmedo que al mayor no le había costado nada hacer eso.

Metía y sacaba su mano con facilidad, provocando sonidos subidos de tono y arrebataba gemidos del Omega.

Jimin lloraba. Sus piernas temblaban y su respiración era irregular. Le encantaba lo que el mayor provocaba en él.

Sus jadeos volvían loco al Alfa.

Minutos después, Yoongi acababa de dar la primera estocada mientras besaba fogosamente los labios ajenos y acariciaba sus caderas.

Estar dentro del Omega más perfecto que existe lo era todo.

Los movimientos suaves pasaron a ser estocadas profundas, los besos fueron mordidas y los pequeños jadeos se volvieron una sinfonía de gemidos.

Las miradas fugaces evolucionaron a palabras de amor y Yoongi se abrazó a su pequeño mientras este llegaba al límite.

El Omega temblaba, ese fue su primer orgasmo y logró estremecer incluso a su Alfa. El cual llegó al clímax segundos después. Llenando su interior y formando ese pequeño Lazo.

Sin siquiera pedir permiso, ni tampoco apartar la vista de sus ojos color miel, Yoongi marcó a Jimin.

Ahora el lazo estaba completo. Y se pertenecían el uno al otro.

Esa noche juraron amarse, protegerse y cuidarse el uno al otro de manera incondicional y sin pedir nada a cambio más que su amor verdadero.

Esa noche, sólo la luna fue testigo de cómo un Alfa común y corriente, sin nada especial, fue capaz de tomar a un Omega albino como su pareja.