Capítulo 16

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-Será mejor que busque un vuelo... Y rápido...-

El gallo salió de la casa sin que dejara rastro, tal parecia que nunca estuvo ahí.

Pasó una hora... Dos... El tiempo transcurrió tan rápido para Francisco y José que sin darse cuenta dieron las 2 de la tarde, y bien que mal sus estómagos rugían...

-Oye Panchito, creo que deberíamos descansar un poco ¿No crees?-
-¿Tú crees? Nosé... Si por mí fuera te lo hago todo lo que resta del día...-
-Eres un tonto Francisco jajaja-
-¿Eso sería un sí?-

El gallo besaba el cuello del brasileño con ternura y repetidas beses logrando que el susodicho soltara carcajadas, José lo calmó sujetando el rostro del mexicano quien lo miraba de una forma totalmente distinta... Era algo indescriptible, su mirada le transmitía al loro una tranquilidad que no se podía explicar, se sentía tan feliz pues aún no podía creer que habían hecho el amor... Porque eso era; amor. Todo parecía un sueño, un sueño del cual no quería despertar; su amigo, compañero, aquel gallo del cual se había enamorado instantáneamente hace ya varios años había correspondido a sus sentimientos y ahora... Ahora ambos estaban compartiendo una cama, abrazados y jugueteando....

(Gruñido)

-Panchito... Tengo hambre...-
-¡En la madre! Es verdad, no desayunaste-
-¿Cómo?-
-José mi mamá te dejó preparado el desayuno...-
-¿Enserio? ¿Porque no me dijiste? ¿Qué va a pensar de mi?-
-Si José ¡Agh! Bueno le diré que ya comiste...-
-Pero no he comido nada-
-Eso crees-
-¿Qué?-
-No importa, bueno ahorita nos vamos a comer algo cariño...-
-¿Y que podríamos comer?-
-Pues yo... A ti, pero no quieres-

El loro acercó al gallo a su rostro para poder besarlo, ese beso fue tan tierno; transmitía ese sentimiento inigualable, el brasileño comenzó a sentir como el mexicano acariciaba su espalda y comenzaba a juguetear con sus plumas (las de la cola 7u7), y pudieron seguir así...

(Gruñido)

-Jeje... Creo que deberíamos ir a comer ¿Verdad José?-
-Creo que sería lo mejor-

Ambos se levantaron de la cama, se vistieron y salieron de la casa, rumbo a la ciudad, donde disfrutaron de un día muy agradable: comieron, caminaron por un parque, jugueteaban y se cortejaban de una manera discreta.

Mientras tanto en Argentina...

~Cuanto pasó para darme cuenta qué...
Eres único para mí...
Oir tu voz estremecía mi ser... ¿Que no daría yo? Para tenerte junto a mi...~

-¡Agh! No queda...-
-¡Oye Tere! Ya es hora de que salgas al escenario!-
-Oh si... Claro ¡Ya voy!-

Teresa se vistió rápidamente, una camisa vaquera cerúleo, un pantalón de mezclilla, botas negras de bordados plateados y una tejana del mismo color, era el conjunto que llevaría para la segunda mitad de su concierto...

-¡Javier! ¿Que te parece?-
-Teresa Dorantes... Luces hermosa-
-¿Tu crees?-
-Claro... Ahora ve y canta como solo tú sabes hacerlo...-

La gallina ya estaba preparada para salir pero un joven del backstage le pidió que esperara un momento...

-Señorita Teresa, hay alguien que quiere verla...-
-¿Quién es? Hazlo pasar Ricardo-

Un gallo de imponente presencia, plumas rojas brillantes y una voz gruesa entró al camerino con un sobre en las manos, a la joven le pareció extraño pero aún así decidió invitarlo a tomar asiento...

-¿Gusta un poco de agua... Ehmm... ?-
-Alberto-
-Bueno... Alberto, un gusto, soy...-
-Se muy bien quién es usted señorita, y lamento traerle terribles noticias-
-¿Cómo dice?-

Eres único para mi...   You are only one for me...Where stories live. Discover now