Capítulo 9.

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*Jisa*

En aquel hospital, al ser de pago, hacían ciertas cosas que otros hospitales no. Por ejemplo, me dejaban quedarme a dormir con Step.
Abrí lentamente los ojos. Lo primero que vi fue a Step, dormido.
No pude evitar sonreír. Se veía tan lindo.
Pasé la punta de mis dedos por su mejilla, suavemente, lo que hizo que él hiciera una mueca.
Eché la cabeza hacia atrás y reí. Cuando lo volví a mirar, el ya estaba medio despierto.
-Hum, Jisa...
-¿Qué, Steppy?
-Tengo sueño...
Me subí a horcajadas sobre él, pillándolo desprevenido. Besé su cuello.
-Me da igual...Hay que despertarse.
Lo besé y él sonrió contra mis labios.
El sonido de los golpes contra la puerta me distrajo. Maldecí bajo mi aliento y fui a abrir la puerta. Ante mí, una enfermera bajita, rubia y sonriente con una bandeja llena de pequeños vasitos con pastillas.
-Tome.
-Gracias...
Cogí el vasito y cerré la puerta.
-Toma, Steppy-Le dejé el vasito sobre la mesa junto a su cama.
Me senté a los pies de la cama y miré hacia Step. Él estaba tumbado, con las manos entrelazadas tras su cabeza, vestido tan sólo con unos pantalones grises de chándal, y mirándome, sonriente.
-¿Qué pasa?
-Que te quiero-respondió.
Sonreí. Pero, entonces, recordé el lugar en el que estábamos y el por qué y mi sonrisa se esfumó.
-Hum, Steppy, ¿tus voces...?
Su expresión se tornó seria.
-Siguen aquí.
Asentí. Miré la hora y me espanté.
-¡Dios, Step! ¡Me tengo que ir al instituto!
Lo besé cortamente en los labios, cogí mi bolso y salí, no sin antes dirigirle una última mirada a Step.

*Step*

Al Jisa irse, mi aburrimiento no tardó en aflorar.
Miré la hora; 10:05 a.m.
Me levanté de la cama, me puse una camiseta blanca sin mangas y salí al pasillo.
Caminé hasta la sala común del pabellón adolescente.
No entres...Están locos...
Agité la cabeza y entré. Era una sala grande, amplia y bien iluminada, llena de estanterías, mesas y sofás.
Me senté en un sofá y comencé a mirar a la gente que allí había.
Junto a la ventana, había una chica, con pelo rubio descolorido, muy delgada y temblorosa.
Sentados en una mesa, había un grupo de tres chicas hablando. Realmente, no comprendía que hacían allí.
En el sofá frente a mí, al otro lado de la mesa, había una chica con el cabello corto de color castaño y ojos celestes, extremadamente delgada, que me sonreía.
Junto a ella, había un chico muy delgado también, pálido, con grandes ojeras y cabello rubio descolorido, que me sonreía con un punto pícaro.
-Hola, soy Manon-dijo la chica, con voz aguda.
-Yo Danny-dijo el chico, amablemente.
-Hum, yo soy Step.
Ambos me sonrieron.
Se apartaron un poco el uno del otro, dejando un hueco en medio.
-Ven, ven.
Me levanté y me puse entre ellos.
-¿Eres nuevo?-preguntó Manon.
-Sí.
-¿Por qué estás aquí?-preguntó Danny.
-Esquizofrenia aguda y trastorno ansioso-depresivo-respondí, rascándome la nuca-¿Y vosotros?
-Anorexia y bulimia nerviosa y tendencias suicidas-susurró Manon.
-Bulimia nerviosa y depresión. Nivel 93 en la escala Goldberg-dijo Danny.
Asentí lentamente.
Ambos me contaron sus historias y yo les conté la mía.
¿Cómo es posible que personas tan buenas como ellos hayan pasado por cosas tan horribles?Eso no es justo.

Pink hair, dark soul.Where stories live. Discover now