*Jisa*
En aquel hospital, al ser de pago, hacían ciertas cosas que otros hospitales no. Por ejemplo, me dejaban quedarme a dormir con Step.
Abrí lentamente los ojos. Lo primero que vi fue a Step, dormido.
No pude evitar sonreír. Se veía tan lindo.
Pasé la punta de mis dedos por su mejilla, suavemente, lo que hizo que él hiciera una mueca.
Eché la cabeza hacia atrás y reí. Cuando lo volví a mirar, el ya estaba medio despierto.
-Hum, Jisa...
-¿Qué, Steppy?
-Tengo sueño...
Me subí a horcajadas sobre él, pillándolo desprevenido. Besé su cuello.
-Me da igual...Hay que despertarse.
Lo besé y él sonrió contra mis labios.
El sonido de los golpes contra la puerta me distrajo. Maldecí bajo mi aliento y fui a abrir la puerta. Ante mí, una enfermera bajita, rubia y sonriente con una bandeja llena de pequeños vasitos con pastillas.
-Tome.
-Gracias...
Cogí el vasito y cerré la puerta.
-Toma, Steppy-Le dejé el vasito sobre la mesa junto a su cama.
Me senté a los pies de la cama y miré hacia Step. Él estaba tumbado, con las manos entrelazadas tras su cabeza, vestido tan sólo con unos pantalones grises de chándal, y mirándome, sonriente.
-¿Qué pasa?
-Que te quiero-respondió.
Sonreí. Pero, entonces, recordé el lugar en el que estábamos y el por qué y mi sonrisa se esfumó.
-Hum, Steppy, ¿tus voces...?
Su expresión se tornó seria.
-Siguen aquí.
Asentí. Miré la hora y me espanté.
-¡Dios, Step! ¡Me tengo que ir al instituto!
Lo besé cortamente en los labios, cogí mi bolso y salí, no sin antes dirigirle una última mirada a Step.*Step*
Al Jisa irse, mi aburrimiento no tardó en aflorar.
Miré la hora; 10:05 a.m.
Me levanté de la cama, me puse una camiseta blanca sin mangas y salí al pasillo.
Caminé hasta la sala común del pabellón adolescente.
No entres...Están locos...
Agité la cabeza y entré. Era una sala grande, amplia y bien iluminada, llena de estanterías, mesas y sofás.
Me senté en un sofá y comencé a mirar a la gente que allí había.
Junto a la ventana, había una chica, con pelo rubio descolorido, muy delgada y temblorosa.
Sentados en una mesa, había un grupo de tres chicas hablando. Realmente, no comprendía que hacían allí.
En el sofá frente a mí, al otro lado de la mesa, había una chica con el cabello corto de color castaño y ojos celestes, extremadamente delgada, que me sonreía.
Junto a ella, había un chico muy delgado también, pálido, con grandes ojeras y cabello rubio descolorido, que me sonreía con un punto pícaro.
-Hola, soy Manon-dijo la chica, con voz aguda.
-Yo Danny-dijo el chico, amablemente.
-Hum, yo soy Step.
Ambos me sonrieron.
Se apartaron un poco el uno del otro, dejando un hueco en medio.
-Ven, ven.
Me levanté y me puse entre ellos.
-¿Eres nuevo?-preguntó Manon.
-Sí.
-¿Por qué estás aquí?-preguntó Danny.
-Esquizofrenia aguda y trastorno ansioso-depresivo-respondí, rascándome la nuca-¿Y vosotros?
-Anorexia y bulimia nerviosa y tendencias suicidas-susurró Manon.
-Bulimia nerviosa y depresión. Nivel 93 en la escala Goldberg-dijo Danny.
Asentí lentamente.
Ambos me contaron sus historias y yo les conté la mía.
¿Cómo es posible que personas tan buenas como ellos hayan pasado por cosas tan horribles?Eso no es justo.
YOU ARE READING
Pink hair, dark soul.
Short StoryCuando Step Bloss, un quizás demasiado atormentado adolescente comienza una relación amorosa con la bonita y popular Jisa Luc, cree que todo irá mejor, pero no tiene ni idea de la oscuridad que se avecinaba. Una terrible enfermedad, dos adolescentes...