Capítulo 24. Ella definitivamente esta cambiando.

436 35 1
                                    

Les contare mi estado actual: estoy en shock

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Les contare mi estado actual: estoy en shock. ¿¡Qué carajos?!

— ¿¡Mi madre derribo la puta puerta?!  —exclamo si poder creerlo aún. Sí, mi madre cada vez se vuelve un poco más loca de lo normal. Es más, ahora le estoy agradeciendo a Gaby mentalmente por devolver aquel colgante. Sé que ella ha pasado por lo mismo, ya que Dennis me lo conto. Pero aun no entiendo eso que había dicho, ¿Cómo es que no quiere que pase lo mismo que ella pasó? ¿Acaso ha pasado por un camino difícil y de sufrimiento?

—Como lo oíste—asiente al segundo—. Oye, me quedare a dormir aquí… hoy, y en todos esto días, ¿no soy molestia? —dice cambiando de tema. Oculto una risa. ¿Cómo me puede decir eso si él es el dueño de esta casa?
—Dennis, es tu casa. Tu puedes quedarte todo lo que quieras —digo y él se lleva una mano en el corazón, bueno en realidad en mi pecho. Rápidamente le digo que la quite de ahí y el la quita incomodo.

—Bueno, esta situación me ha dado un poco de hambre —exclama y se levanta del sofá. Luego camina hacia la puerta del sótano haciendo que entre en pánico, pero el al final dobla hacia la izquierda yendo hacia la cocina. Suspiro fuerte. Dios mío, con todo esto me he olvidado de aquel cuadro. Tengo que hacer que Dennis, no toque el tema; no mandarlo al sótano a buscar algo; y mucho menos, que no recuerde que tiene el cuadro de la abuela ahí abajo. Porque quizás la extrañe un poco y pueda ir hacia el sótano y ver aquel cuadro… destrozado. Lo único que hice con el cuadro fue ponerlo en su lugar y ponerle la manta arriba para que se vea que no ha pasado nada ahí.

— ¡Oye, sucia! Mira, ¡encontré un gato en la cocina! —exclamo sobresaltándome. Y como había dicho, el tenia un gato en sus manos. Un lindo y precioso gato negro. Mis ojos se iluminan al instante, ¡siempre he querido un gato!—. Es igual que tú, no le gusta bañarse. 

Entorno mis ojos al escuchar lo último.

Dennis se sienta a mi lado en el sofá y pone al pequeño gato en sus piernas. El gato es pequeño, color negro, tiene los ojos verdes y parece muy cariñoso. El pequeño gato sin nombre le esta lamiendo la mano a Dennis mientras él le hace cariño.

— ¿Puedo? —murmuro. Dennis asiente y me lo da. ¡Grave error! ¡Nunca me lo tuvo que haber dado! ¡Soy fracaso de persona! El “pequeño y cariñoso” gato se había subido sobre mí y ahora mismo me está atacando, ¡me está rasguñado la cara! Comienzo a quejarme y a sentir dolor mientras tengo al gato arriba de mí atacándome. Intento quitarme el gato de encima al igual que Dennis intenta quitármelo de encima, ¡lo intentamos! Cuando Dennis logro quitarme al gato de la cara me tiro al suelo mientras siento ardor en toda mi cara—. ¡Es pequeño pero peligroso! —exclamo con horror. Dennis abraza al animal y luego lo pone frente a su cara.

—Gato malo, ¡mira como dejaste a mi preciosa cara! —ruedo mis ojos al oír como Dennis regaña al gato. Luego su cara cambia de enojada a ternura—. ¡Pero eres una ternura no puedo enojarme contigo! —seguido de eso lo abraza. Yo simplemente bufo mientras me dejo caer en el suelo. La puerta de la casa llama nuestra atención haciendo que giremos nuestros rostros hacia ella. La madre de Dennis me mira con horror y preocupada.

—Oh, Dennis, ¿Por qué estas tirado en el suelo? Ah, hola Mia—escucho como se acerca hacia mí. Dennis solo suelta un “¡Hola, señora Elena!”— oh dios mío, ¿¡qué le paso a tu cara!? —ahora si suena mucho más preocupada. Yo solo señalo al gato que carga Dennis dando entender que todo es culpa de él. Ella parece comprender—Pues, tengo que curarte esas heridas, levántate

—Oh, ¡yo lo hare! —propone Dennis dejando a un lado al gato.

Elena le da una sonrisa tierna—Gracias, en la cocina hay… —pero no la deja terminar porque Dennis ya se había dirigido hacia allá— oh, bueno…

Este chico tiene que entender que no está en su cuerpo.

—Muy bien, te quedaras aquí, quieto —gruño cuando intenta bajarse

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—Muy bien, te quedaras aquí, quieto —gruño cuando intenta bajarse. Bien, me dirán que estoy exagerando un poco, porque claro… ¡le estoy hablando un gato y no es normal!—Sí te quedas quieto ahí, tal vez te dé un poco de comida —yo aun le seguía hablando. Pero el gato parece que no entendió nada de lo que le estaba hablando porque no hizo caso a nada de lo que le dije. El solo me miro confundido y se bajo de la cama. Hago una mueca.

Dios, este gato no entiende. Pues, ¡es un gato! Obvio que no entiende.

— ¿Aun le sigues hablando a ese estúpido gato? —habla Mia llegando hacia mí. Ya le he curado algunas partes de la cara. La miro ofendido pero al ver mi cara hago un pequeño puchero ganándome una mirada confundida de Mia—. ¿Qué...?

—Mi hermosa y preciosa cara…

Rueda sus ojos— Oh dios mío, ya comenzaras…

Me rio un poco. Tengo que admitir que me siento un poco incomodo estando aquí en mi casa, de nuevo. Ya que es diferente, pues no estoy en mi cuerpo. Hay veces que quiero ir y abrazar a mi madre, pero luego recuerdo que no estoy en mi cuerpo. No sabía que la iba a extrañar tanto estado en otro cuerpo, porque la verdad es que la extraño tanto. Es que… no entiendo porque justo cuando ella comenzaba a cambiar y a comenzar con los actos de cariño yo tuve que haber cambiado de cuerpo, simplemente… eso no es justo.

Pero como sea… ahora mi plan no es enfocarme en eso. Mi plan se tratara de “tengo que relacionarme nuevamente con los amigos de Mia”. Creo que así estaré más tranquilo cuando yo pueda cambiar de cuerpo. Ella estará con sus amigos y no tendrá que hacer las paces nuevamente con ello. Aunque con Oscar no ha pasado nada, se como es él. Súper orgulloso. Aunque sé el cariño que le tiene a Mia se que no tardara en perdonarla.

—Por cierto, Mia… ¿Dónde dormirás?  —interrumpe mi madre entrando en la habitación. Mia ya le había dicho a mi madre que me quedare a dormir aquí algunos días por algunos problemas. Mi madre toda hermosa acepto.

—Puedo traer el colchón que está en el sótano… —me detengo dándome cuenta de algo. Soy Mia, ni siquiera vivo aquí y actuó como si he vivido años en esta casa. Aunque de verdad he vivido años en esta casa, pero ¡soy Mia! Tengo que repetirme en mi cabeza que soy Mia. Soy Mia, soy Mia, soy Mia—. Dennis me lo sugirió.

Le doy un vistazo a Mia pero esta se encuentra en su propio mundo, por que se encuentra paralizada y mi madre no se da cuenta de eso. Mi madre solo me mira con una sonrisa y asiente.

—Dennis… —mi madre capta la reacción de Mia. Esta se sobresalta y parpadea varias veces. La miro con los ojos entrecerrados.

—Ah —habla—. Yo... ¡Yo iré a buscar el colchón en el sótano! —tartamudea nerviosa. Se levanta de la cama casi cayéndose. Mi madre la mira con aquella mirada dulce.

—Yo… iré a ver si puedo ayudarlo —digo saliendo de la habitación pero mi madre me detiene.

— ¡Oh! Tú puedes ayudarme en la cocina —exclama—. Digamos que mi hijo y yo todos los fines de semanas nos la pasamos viendo películas. Tal vez nos puedas a acompañar —trago saliva y mi corazón se arruga al instante. Cuando estaba en mi cuerpo nunca en la vida la hemos pasado juntos, recuerdo que la odiaba. Bueno, en realidad… no la odiaba, porque es mi madre y no la puedo odiar. Creo que simplemente odiaba que no me prestara atención, que pasara de mí.

Pero algo así nunca me lo imagine.

Ella definitivamente está cambiando.



Nos leemos el domingo.

Intercambio de cuerpos.Where stories live. Discover now