Mi Eterna Maldición (Re-escribiendo)

capítulo 5

- bien hecho- el castaño frente suyo sonrió.

Había cumplido la misión exitosamente, ahora era parte del séquito de rias y se volvió un demonio. Su sacred gear estaba activo y el dragón estaba despierto

Sonrió debajo de la máscara apoyándose en el árbol. El castaño se sentó a su lado mientras veía las nubes junto al uzumaki

- este mundo... esta podrido...- susurró mientras sus pupilas se agrandaban y achicaban de manera como la de un gato

- ¿eh? ¿a que se refiere? -pregunto viéndolo curioso

- si te lo explico, de todas formas no entenderías, issei -el castaño lo vio aún más confundido-... ahh~ -suspiro de nuevo- ¿qué crees que soy? -le dirigió la mirada al chico haciéndolo dudar de su respuesta

- pues... creo que... un demonio -puso pose pensativa-... tal vez... -volvió su mirada a las nubes, acción imitada por el rubio

- en realidad...- su respuesta se perdió, pues realmente... ni él mismo sabía. Había una probabilidad de que él fuera una entidad divina digan de crear su propio mundo... y Había una probabilidad de que fuera lo contrario, siendo alguien normal. Entidad o no, nadie ni él sabe, su propia presencia se podría decir que son sólo un cuerpo y alma constituida de un pensamiento que implica saber si es real o un sueño y/o jugada de su propia mente

¿Quién soy? es una de las tantas preguntas que se ha hecho antes de comenzar a viajar.

Sentia que viajar lo enfrentaría con situaciones desconocidas, con desafíos, encontraría personas nuevas y todo eso lo acercaría a la respuesta que estaba buscando.

Por eso se mantuvo en ese drástico cambio de vida: dejar todo lo que había construido, para emprender este viaje hacia el conocimiento de si mismo

Pero aún así no tenía idea... por una vez en toda su vida... no lo sabía...

-... no se que soy...- murmuró perdido en sus pensamientos mientras el castaño soltaba una pequeña risa

- je... que fastidio -el uzumaki abrió los ojos sorprendido ante el ligero cambio de voz del niño. Giro un poco el rostro y sus ojos casi se llenan de lágrimas ante su vista

Un hombre, pelo negro y amarrado en una cola de caballo alta, pareciendo a una piña. Este hombre vestía con una chaqueta color beige abierta con una camiseta negra debajo. Lo que destacaba era su pequeña barba negra junto a una sonrisa algo aburrida pero también llena de tranquilidad

El rubio desvío la mirada, debía reprimir esos malditos recuerdos, no podía dejar que su mente juegue con él de nuevo. Giro con lentitud para ver a issei viendo las nubes tranquilamente haciendo suspirar al uzumaki

-... si... que fastidio...- suspiro levantándose para comenzar a caminar dejando al castaño sólo

/medio día, en otro lugar/

Inclinó la cabeza un poco, confundido viendo a la chica preguntando a varias personas sobre un lugar, pero todas la ignoraban, pasando de largo de ella.

Bajo la mirada cerrando los ojos mientras sentía una energía salir se aquella niña rubia caminando de aqui para allá. Y reconoció ese poder, era uno de esos aparatos como el que usaba el dragón o algo así. Pero sentia como esa cosa era distinto, no de combate al no tener esa ligera aura intimidante

- eh... ¿porque... me caí?...- levantó la mirada, sorprendiendose un poco al ver a la monja rubia de cara al suelo dándole una buena vista de sus bragas al uzumaki viendo todo inexpresivo