Mi Eterna Maldición (Re-escribiendo)

Capítulo 10

Academia Kuho: Pasillos

Nuestro queridísimo profesor sustituto se encontraba caminando por los pasillos de la escuela aburrido, sin tener nada en mente de que hacer para distraerse en este receso y espera de una clase donde sea nuevamente el profesor.

Luego de que kurama le informara sobre el familiar de Asia, permaneció amargado por el resto de la noche y este día. Naruto sabía la respuesta, por lo cual lo dejo dormir para que recuperara un poco de humor para aguantar más estupideces.

Obviamente cuando Asia volvió, naruto la regaño por Salir sin decirle nada, por lo cual a la próxima le informaría donde iría. Aunque el rubio sabía perfectamente donde iba y con quien, pero le interesaba el drama de padre preocupado por lo cual le negaría la próxima salida, solamente para ver qué haría la Gremory.

Snif snif

-¿Mm?

Un olor extraño lo hizo parar.

Snif snif

Sep... un olor extraño y conocido por el rubio.

Se rasco la mejilla y su mirada se apeno un poco por el pobre idiota excitado.

Por el rabillo del ojo pudo ver una puerta conocida para él.

"vestidores femeninos"

Su mirada se irrito y suspiro.

No dudo ni por un segundo y tomo el pomo de la puerta. La abrió y entro, capturando todas las miradas de las alumnas.

Snif snif

Aspiro el aire suavemente y camino entre las alumnas. Muchas de estas estaban a punto de hacer un escándalo por el profesor enmascarado, pero al ver su tranquilidad y acciones lo dejaron ser, claro, sin apartar la mirada.

Lo que ellas no sabían, era que él ya las había estudiado totalmente, y al parecer llego en el momento justo antes de que Koneko se quitara su ropa interior.

Con lentitud camino hasta pararse frente a un casillero y lo vio aburrido.

Snif snif

-Apestan a excitación, salgan.

Muchas se confundieron, hasta que el casillero se abrió y revelo al trio pervertido totalmente aterrado.

-Oh, antes que nada.-del bolsillo de su saco procedió a sacar un par de pañuelos blancos y comenzó a ponérselos a los tres.-Listo, nos retiramos señoritas.

Con lentitud se llevó al trio pervertido con una soga que les ataba las manos y los arrastraba hasta la salida.

-Pervertido...

-¿Hm?

Busco el origen de la voz y vio a Koneko viéndolo con desprecio, algo sorprendente si contamos que la niña solo miraba monótonamente todo el tiempo, debe odiar a los pervertidos.

Las demás estudiantes se cubrían como podían ante la mirada oculta del rubio maestro, iban a gritar, sí, pero algo paso que las sorprendió.

Se llevó la mano libre a su cara, levantando su pelo y revelando sus ojos azules como el mismísimo cielo que la miraban totalmente desinteresado, como si su cuerpo no le llamara la atención, y menos estar rodeado de jóvenes semidesnudas.

No causaban ningún efecto en esos ojos.

-No me agradan los pervertidos.-el trio pervertido alzo los hombros asustado.- y si me interesaran unas simples niñas ¿No me haría igual que estos idiotas?