Intermedio: Una En Un Millón

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-Mamá, ¿Por qué tengo que cubrirme la cabeza cuando salgo?, ¿Por qué no puedo jugar con los otros niños? - pregunté ansiosa y triste.

-Porque eres especial pequeña, tan especial que todos querrían tenerte, pero tu te perteneces solo a ti -

-¿Por qué? -

-Lo entenderás cuando crezcas, pero hay algo que siempre debes recordar, nunca, nunca dejes que nadie te arrebate tu persona, tu y solo tu debes ser quien elija en que quieres convertirte - mi madre me miró con firmeza y amabilidad.

-Esta bien Mami - dije de forma triste, yo quería salir a jugar.

Luego llegó mi padre a la casa, se quitó su grueso abrigo y su capucha, dejando ver su piel clara y su cabello albino - Logré traer un poco esta vez - mostró una bolsa con alimentos a mi madre y a mi.

-¡Papi! - Grité emocionada al verlo, se había ido 2 dias atrás y no sabía nada de él -¿es verdad que hoy comeremos? -

-Hoy podrás comer hasta llenarte, florecita - mi papá me besó la mejilla y me cargó, era maravilloso sentir que volaba en sus brazos.

-¡Eres el mejor papá del mundo! -

Mi mami también parecía ansiosa por abrazarlo, pero esperó pacientemente hasta que mi papá me bajó.

-¿Qué tal la pezca? -

-Asombrosa, encontré un arrecife virgen un poco lejos de la costa, nadie va a pescar allí y los peces abundan, las cosas mejorarán a partir de ahora - fueron las palabras de mi Papi.

-¿Me llevarás a ver los peces? - pregunté.

-Por supuesto, pero primero hay que conseguir dinero para comprarte un encanto, no puedes ir toda cubierta de pies a cabeza como lo hago yo -

-¿por qué no? - pregunté curiosa.

-Porque pensarían que eres un rico malvavisco y te comerían - mi papá comenzó a hacerme cosquillas y a morderme.

-¡Haaa! - grité y grité mientras corría por la casa con papi persiguiendome, era muy divertido como me llenaba de besos siempre que me atrapaba.

Mi Mami solo sonreía al vernos.

A la mañana siguiente, papi se volvió se a ir, era común que hiciera eso, tenia que trabajar para traer comida a la casa y debido a ello, a veces no lo veía en días.

-Mami, ¿Juegas conmigo? -

-Claro que si amor -

Pese a que no podía salir a jugar con los otros niños y no teníamos mucho dinero, era feliz con Mami, y yo ya estaba creciendo, por lo que podía ayudar con muchas cosas, pronto incluso podría salir de pesca con papá, así regresariamos con mucho más peces y mamá viviría como una reina, ninguno volvería a tener hambre.

Quería crecer ya.

Los siguientes meses casi no vi a papá, solo una o dos veces por semana, pero las cosas empezaron a mejorar, me traía juguetes de vez en cuando e incluso me compró un encanto para emergencias.

Sin embargo, luego tardó más en regresar, por una semana completa no lo vi, luego pasó otra y otra, las comidas de Mami comenzaron a reducir, así que decidí comer menos también.

Luego llegó un hombre a casa, un amigo de papá, ya lo había visto antes, aunque el no a mi, siempre que había alguna visita me escondían en un cuarto, aunque yo veía todo por un hoyo en la pared de madera.

No pude escuchar mucho, pero el hombre le dijo algo a mi Mami con una mirada triste y mi Mami también se puso triste, comenzó a llorar y el hombre la abrazó. ¡Yo también quería abrazarla! Pero no podía, mis papás siempre me decían que bajo ningún motivo saliera.

Reina Salvaje (volumen 7 - 14)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt