Suicides [V-Hope]

Capitulo 44

Ahí me encontraba en frente del departamento de Hoseok, de hecho en su puerta dudando si entrar o no. No saben las miradas y la vergüenza que recibí hasta llegar aquí, además tuve que correr como si estuviese en un maratón para que el recepcionista no me vea. No sé cuándo me convertí así...salir vestido en piyama, no pagar el taxi y además entrar a hurtadillas a un edificio.

Di una respiración profunda y abrí la puerta con las llaves que me entrego YoonGi, retrocedí sorprendido por lo que mis ojos captaban, todo estaba desordenado absolutamente todo, sus floreros tirados al piso sus cuadros rotos...sus muebles caídos

(el departamento es asi, imaginenselo todo desordendo)

No puede ser...

Corrí hacia dentro con terror de que Jungkook ya se haya enterado y pudiera hacerle algo a Hoseok, no estaba en la cocina ¿Dónde está? Con desesperación lleve mis manos a mi cabeza, solo pensando en la idea de que no pueda verlo nunca más 

-¿Hoseok?- Lo llame preocupado mientras pasaba por su mini sala tropezando con algunas cosas -¿¡Hoseok dónde estás?!- Fui a su cuarto y estaba todo de patas arriba, con pánico limpie las pocas lágrimas que había en mis ojos, no, no por favor

La puerta de su baño estaba semi abierta dejando ver una tenue luz, con apuro corrí hacia ella entrando con la esperanza de que por favor este ahí

-¡Hoseok!- Lo llame sin saber si estaba en ese cuarto, al recorrer la habitación con la mirada sentí un alivio profundo con una mezcla de pánico –Hoseok...-Corrí hacia su cuerpo cayendo al suelo, llore al verlo en la tina llena de agua, traía su ropa puesta

-¿Hoseok estas bien?- Saque su rostro del agua tomándolo de la nuca con delicadeza- Por favor Hoseok...- Mordí mi labio por los nervios de verlo en este estado, no respondía- ¡Hoseok!- Lo llame pero no reaccionaba

Con mis únicas fuerzas que me quedaban lo saque llevándolo hacia su cama donde le saque su ropa tapándolo con una manta gruesa que encontré tirada, su respiración seguía en pie por lo tanto despertara en algún momento. Sus labios estaban morados y fríos ¿Cuánto tiempo paso en esa agua helada? Seque su frente con mi manga posando su cabeza en mi regazo para poder ver mejor su rostro.

-Despierta...-Rogué a no sé a quién rayos, pero quiero que despierte.

Nos encontrábamos en el lugar donde quería estar, debajo del árbol donde escribíamos nuestras letras. Ambos apoyábamos la espalda al tronco del árbol y no nos podíamos ver, pero nos podíamos sentir, el silencio y la tranquilidad era única