7

1K 77 21
                                    

Ya habían pasado unos días desde que lo hicimos por primera vez. Las tardes transcurrían sin mayor complicación, me temo que también sin ningún avance. Me sentía de alguna manera más motivado, aunque también me dolía, de alguna forma, que todas las pruebas siguieran sin refutar mi teoría. Odio perder. Pero ojalá perdiera esta vez. Ojalá pudiera ser un incompetente y no darme cuenta de que tú ibas a matarme cuando tuvieras oportunidad, y que todo esto tan solo era un juego estúpido en el que yo solo había decidido meterme. Había caído en tu trampa por mucho que me dijeras que no. Yo lo sabía, y... Odiaba saberlo. Odiaba saber que todo esto era una trampa tuya. Sabía que iba a morir.

Un flash vino a mi cabeza, recordándome las horas pasar en el orfanato, sin nada que hacer. Estando muerto en vida. Sin entretenimiento. ¿Cómo se sentiría la muerte?

Eso nadie lo sabe mejor que tú, Kira. Tú eres el único que juega a ser Dios, decidiendo quién vive y quién muere. Dime, ¿qué sentirás cuando yo caiga desplomado al suelo?

¿Sentirás algo de dolor?

¿Sentirás felicidad?

¿Echarás de menos algo de mi?

Tiraste de la cadena, haciendo que la mano sobre la que estaba apoyado resbalara y pegara un pequeño trompicón para equilibrarme. Te miré con cara inexpresiva. No quería que pensaras que estaba volviendo a pensar en Kira. Bueno, en ti.

-¿Tienes algo, Ryuzaki? -dijo tu padre.- Pareces muy concentrado.

Dudé un poco en qué contestar. Mordiendo mi dedo, y mirando al infinito, dislumbré una pequeña escapada a toda la verdad.

-Sinceramente, creo que estamos haciendo el idiota. -dije en voz baja.

Un "¿qué? " resonó al unísono en toda la habitación. Tal y como esperaba.

-Tan sólo eso. No llegamos a nada a no ser que Kira cometa un traspiés. Y más ahora ligado a que este Kira es completamente diferente al que conocemos. -cogí unas cerezas.- Quizás deberíamos interactuar directamente con nuestros sospechosos de ser Kira, o por lo menos descartar que lo sean. No nos van a caer peras si no movemos el árbol. -suspiré.

-¿A qué te refieres Ryuzaki? -dijo Matsuda.

-Me refiero a que tengo que estar seguro de que Light no es Kira. Es inútil buscar más sospechosos... -te miré, desafiante, pero sin expresión.- ...si quizás lo tenemos al lado.

-¡Ryuzaki! -gritó Soichiro.- ¡Deja de tratar a Light de esa manera! ¡No se lo merece!

Me gustaría saber que dices en unos meses.

-Quizás tengas razón. Aunque sigo pensando que yo estoy en posesión de ella. -comí la última cereza que quedaba.- Matsuda, alcánzame la tarta. Si puedes, claro.

-C-Claro,Ryuzaki... -afirmó, el a mi parecer más estúpido investigador de todos.

Seguimos trabajando durante largas horas. Horas simbólicas. No íbamos a llegar a nada. Podía verlo en tus ojos, Light. Sabías que por mucho que buscáramos no íbamos a encontrar nada. Lo tenías todo planeado... Lo sabía.
Conforme las horas iban pasando, mi tarta iba desapareciendo. Una vez mi tarta pasó a estar entera dentro de mi, todos habían vuelto a irse. Últimamente teníamos muchos  ratos solos. ¿No crees, Kira?

-Ryuzaki, me pareces asombroso. De verdad.

Me sorprendí un poco.

-Bueno, gracias supongo. -jugaba con mis pies.- ¿A que se debe eso?

Te levantaste bruscamente y te pusiste frente a mi. Tal acción casi provoca que cayera de mi silla.

-Me dices que no quieres que sea Kira, pero no haces nada más que andar fastidiando y intentando demostrar que lo soy. -agarraste mi cabello, echándome la cabeza hacia atrás. Empecé a asustarme.- ¿Por qué no en vez de intentar demostrar que lo soy, por qué no buscas cosas que te lleven a pensar que no lo soy? ¿Por qué quieres llevar siempre la razón incluso sabiendo que nos va a perjudicar? ¿¡POR QUÉ!?

-Compréndeme, yo...

Me soltaste una bofetada.

-¡No comprendo una mierda! Me montas el pollo llorando diciendo tan solo estupideces que probablemente ni pienses, te declaras para hacer que me enterezca. ¿De qué vas L? -lloraste.- Pues te diré una cosa. Empecé jugando contigo, sí. Era todo para que te dejaras de convencer de que soy Kira. Pero la verdad es que me dueles. Porque yo si te quiero, L. Yo sí. -secaste tus lágrimas.- Pero dudo mucho que una persona como tú pudiera sentir amor más allá de la curiosidad. Eres gélido, Ryuzaki. Ni si quiera pude ablandarte haciendo todo lo que hice...

-Light, yo...

-¡NO ME HABLES! ¡Ojalá te dejes de gilipolleces ya y no tenga que estar a tu lado más!

No iba a llorar como tú. Pero no iba a negar que habías hecho una herida en mi corazón.

-Sabes que odio perder... Pero...

Volviste a pegarme, esta vez una patada que alejó mi silla, y por tanto a mi, unos cuantos metros de ti. No sabía que decirte. Me estaba poniendo histérico. No quería perderte...

-Light yo si te quiero.

Capté tu atención.

-Solo que, odio tanto haber estado equivocado tanto tiempo y, también odio que todavía piense que eres Kira. Nadie lo pasa peor que yo, te lo aseguro. -pausa.- Lo siento. Siento ser como soy. No puedo evitarlo. No estoy acostumbrado a esto. Perdóname.

Sin haberme dado cuenta, había jugado con tu ternura, provocando que la tuvieras hacia mi y tuviera más posibilidades de que olvidarás lo ocurrido. En este momento, me odié profundamente. Odiaba manipular y darme cuenta de todo sin pensarlo. Te acercaste a mi y me besaste. Un simple roce de labios.

-Perdóname tú, a veces soy yo el que no sé comprenderte. Siento haberte pegado pero, fueron impulsos y...

-No importa... Creo que me las merezco. Aunque duelan. -te sonreí.

Me abrazaste. ¿De verdad me aceptabas tal y como era?

-¿Sabías algo, L? -te miré, dando paso a que me dijeras lo que pensabas.- Aunque comas más dulces que un diabético compulsivo, y por ende deberías tener la boca horrible y caries como cráteres... -me besaste de nuevo.- Tienes la sonrisa más bonita que he visto nunca.

No quiero que seas Kira // Light x LDove le storie prendono vita. Scoprilo ora