XVIII

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XVIII. Burbuja.








Shawn sonríe y yo me pongo de puntillas para poder besarlo.

—Sabes a fresas, ¿ya te he dicho que me encanta? —Dice en cuanto me separo de él y niego. —Bueno, me encanta.

Sonrío tontamente abrazándolo a lo que él también envuelve sus brazos a mi alrededor recargando su barbilla encima de mi cabeza.

—Te quiero tanto cor meum. —Lo escucho decir.

Y cada vez que lo decía, yo sentía exactamente lo mismo que sentí la primera vez que me lo dijo. Aún no me podía creer que Shawn tuviese sentimientos por mi, tampoco me podía creer lo bien que estábamos. Ya no peleábamos, ya no había gritos ni reclamos, sólo éramos él y yo esperando a nuestro hijo, nada más.

Me encontraba en una burbuja llena de ilusiones, y en su momento, no creí que algún día llegaría a reventarse.

—También te quiero Shawn. —Respondo rompiendo con lentitud el abrazo.

—¿Quieres que te lleve a algún lugar más privado para que te toque? En la mañana me quedé con las ganas de sentirte. —Niego mordiendo mi labio inferior.

—Parece que ahora la embarazada ganosa eres tú. —Bromeo y Shawn se ríe.

—Es tu culpa Thea, me estás mal acostumbrando, no sé qué voy a hacer cuando nuestro hijo nazca y todas esas hormonas del embarazo desaparezcan. Me voy a ver obligado a volverte embarazar tan pronto como sea posible.

—Claro, como tú no vas a presentar los malestares que fácil es decirlo. —Shawn vuelve a reírse, esta vez manteniendo su lengua entre sus dientes.

—¿Cuantos hijos te gustaría tener? —Me pregunta ladeando ligeramente su cabeza.

—Dos. —Respondo totalmente segura.

—Acabas de destruir mis sueños sobre tener diez hijos.

Yo creo que mi cara debió haber sido épica ya que soltó una carcajada que retumbó en toda la biblioteca.

Volvió a abrazarme balanceándose de un lado a otro mientras continuaba riéndose, eventualmente su risa cesó, pero yo seguía pensando en que diez hijos eran demasiados, yo nunca podría tener tantos.

—Estaba bromeando cor meum.

Más le vale, su majestad, que aunque disfrute del proceso de hacerlos, no pienso darle tantos herederos. —Shawn da un pequeño gruñido y comienza a depositar cortos besos por mi cuello, siento como saca su lengua y traza mi piel descendiendo lentamente lo cual me causa escalofríos.

—Llámame otra vez así. —Ordena ahora contra la piel que cubre mi clavícula.

Su majestad. —Repito en lo que parece más un gemido.

Sus manos rápidamente van a mis piernas alzándome, haciendo que las enrede en su cadera mientras él continúa besando mi piel, comienza a avanzar hasta que me sienta sobre una de las mesas tirando los libros que se encontraban sobre esta.

Paso una de mis manos acariciando el bulto que se formaba en su pantalón, Shawn jadea comenzando a menear su cadera hacia adelante.

—¡Me rindo con ustedes! —La voz de Niall nos interrumpe por segunda vez en el día. —¡El clima amigos, hablen del clima!

—¡Largo de aquí Niall!








⚔️⚜️⚔️







Sky me mira cruzada de brazos y yo me dejo caer de espaldas en su cama.

—¿Ahora si me vas a decir lo que te pasa? —Pregunta enarcando una de sus perfectas cejas gruesas.

Dejo salir el aire que había retenido fijando mi mirada en el techo, la verdad era que si no le había contado nada a Sky sobre mi embarazo era porque temía que fuese a juzgarme, que creyera que me había embarazado con la intención de atar al rey.

—¿Alguna vez has considerado tener hijos con Niall? —Le pregunto.

Durante todos estos meses su relación con mi amigo irlandés se había vuelto más sólida, más fuerte, aún si Niall no pasara todos los días con ella. Ambos estaban felices.

—No en realidad, yo no estoy lista para tener hijos, apenas y me soporto a mi misma y... ¡¿estás embarazada?! ¡¿Como no lo adiviné antes?! ¡Es tan obvio! Todo el castillo murmuraba pero no presté atención, ¿estás feliz?

¿Que sí estaba feliz? Si, lo estaba, más de lo que podría describir.

—Lo estoy. —Respondo colocando mi mano derecha sobre mi vientre acariciándolo, aún cuando este no hubiese crecido, eran muy pocas semanas aún como para que lo hiciera.

—Felicidades Thea, realmente espero que todo salga bien y que seas muy feliz con tu bebé, ¿cuanto tiempo tienes? —Pregunta tirándose en su cama quedando en la misma posición que yo.

—Nueve semanas. —Contesto sin dejar de acariciar mi estómago.

—¿Quien lo diría? Incluso el rey se ve tan diferente, se ve feliz, y la manera en que te mira...

—¿Cómo me mira? —Cuestiono intrigada.

—Te mira de la misma manera en la que el príncipe Nash siempre te ha mirado, dime Thea, ¿ya no sientes nada por él?

—Lo quiero Sky, siempre lo voy a querer, pero no necesariamente en una forma romántica. —Respondo no sabiendo qué digo.

—¿Me vas a decir que sólo lo quieres como amigo? Porque a mi parecer ustedes dos nunca lo fueron, ustedes fueron algo más aún si nunca llegaron a consumarlo, y sinceramente no creo que lo que sentías haya desaparecido tan repentinamente, porque debes de admitir que llegaste a quererlo románticamente, incluso me atrevería a decir que fue lo que todo el mundo catalogaría como tu primer amor.

—Si de verdad lo hubiera querido no me hubiese entregado a Shawn, y sin embargo lo hice. —Contesto negándome a recordar lo que sentía por Nash.

—Los humanos somos débiles, cedemos en el momento de debilidad, y tú en ese entonces no tenías compromiso con nadie, es lógico que con un hombre de apariencia atractiva como lo es el rey hubieses cedido ante el deseo de tu cuerpo, además sumándole que en ese momento estabas aterrada por él y lo que podía hacerte. —No digo nada. —No estoy tratando de opacar tu felicidad, tampoco estoy hablando por celos o algo así. Solo quiero que estés completamente segura de lo que sientes para que en un futuro no te vayas a arrepentir, si quieres al príncipe Nash aún estás a tiempo de hacer algo al respecto, y si quieres al rey Shawn pues que mejor, pero repito, a mi sólo me importa que tú estés bien.

—Estoy esperando un hijo de Shawn y yo... yo lo quiero a él. —Respondo totalmente segura de mis sentimientos.

—Entonces no se diga más.

H E I R   |S.M.|   #2Where stories live. Discover now