Capitulo 6: Todo es culpa de la droga.

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Un rayo de luz se colaba entre las persianas, o mejor dicho, la luz se colaba por completo entre las ventanas... Pero ¿Que mierda? ¿No se supone que a noche había cerrado todo? Un momento, ¿Por qué mi cama se siente tan suave? y ¿Por qué hay mas almohadas de lo usual? y sino me equivoco es hasta mas espaciosa.

Louis abrió lentamente sus ojos, dándose cuenta de inmediato el error que cometió. El dolor de cabeza lo golpeo con fuerza y todo a su alrededor comenzó a girar. Tuvo que esperar unos minutos, hasta que se creyó completamente capaz de abrirlos solo unos milímetros y podía levantar parte de su cuerpo. 

Aquella habitación era espaciosa, casi del tamaño de todo su apartamento, las paredes eran blancas y tenían cientos de fotografías, que desde su punto de vista solo se veían como un manchón, las ventanas eran grandes y modernas. Dos puertas se encontraban justo en la pared de su izquierda, que seguro eran algún armario y baño. También había una especie de cómoda con un montón de lociones y perfumes costosos, artículos que no sabia definir que debían ser para el cuidado del pelo y la cara, y un gigantesco espejo. Justo a cada lado de la cama en la que se encontraba -–la cual tenia un estilo victoriano, con barrotes en cada punta y unas cortinas traslucidas de color verde. Y las sábanas tenían un color verde musgo, a demás de cientos de almohadas con variantes de este color-–, habían dos mesitas de noche con su respectiva lampara.

Okey ¿Donde coño estoy? ¿Acaso me acosté con una especie de niño pijo? Mierda... en la que me he liado.

Cuando por fin sabia que podía al menos sentarse, lo hizo. Cada musculo del cuerpo le dolía y su cabeza le palpitaba con fuerza. No quería levantarse, la verdad es que ahí entre todo ese revoltijo de sábanas, se sentía muy cómodo y calentito... pero no podía postergar el hecho de que estaba en una casa de algún desconocido, con el cual pudo o no tener relaciones. Así que debía tomar al toro por los cuernos y encarar la situación, conclusión, ver quien carajos era y luego ver si debía o no huir.

Se acerco lentamente al borde de la monstruosa cama y como pudo dejo que sus piernas colgaran en el borde... Joder, ni siquiera podía tocar el suelo con sus pies. Se estiro y dejo que un lánguido bostezo se escapara de entre sus labios, se rasco suavemente los ojos y por fin, juntando todo el valor que no tenia se levanto de la mullida superficie. Un escalofrió viajo por su espalda, el piso estaba muy frio y solo llevaba puesto un suéter negro que le quedaba diez veces mas grande casi pareciendo un vestido, que en su vida había visto y sus boxers negros ajustados.

Ahora definitivamente había subido a un 60% el hecho de que seguro tuvo sexo desenfrenado. Dio varios pasos sin mirar a los lados, encarando la puerta solitaria situada al otro lado de la habitación. Subió la mano hasta el pomo y con suavidad la giro, abriéndola sin hacer ni un misero sonido. Cuando la tuvo unos centímetros abierta, una voz viajo a sus oídos y la reconoció a pesar de las pocas veces que la había escuchado.

-Tranquilo, el esta bien.- su voz grave sonaba cansada- El estaba un poco alterado, dijo muchas cosas y casi hiere a Ed.- un suspiro resonó en la sala de donde provenía la voz y solo una pregunta resonó en su mente ¿Con quien hablaba? y ¿Estan hablando de mi? Okey, son dos preguntas- No, no vengas... cuando este despierto lo llevare y... en serio, yo lo llevo... si, no, no dormí casi en la noche estaba preocupado... pero... esta bien, te espero. Cuídate tampoco suenas muy bien.- y al parecer la llamada termino, porque luego de eso solo se escucho silencio y pasos, pasos que cada segundo iban incrementando anunciando que esa persona se acercaba.

Louis no supo porque, pero esa valentía que había tenido se esfumo en un segundo y sin preocuparse si había cerrado o no la puerta, regreso a la cama, escondiéndose entre los cobertores y los almohadones. Tomo la posición que supuso tener antes, cerro los ojos con suavidad y dejo que su respiración se apaciguara, dejando que su pecho subiera y bajara muy lentamente. Escucho como la puerta fue abierta en su totalidad y otra vez los mismos pasos, sintió como esa persona luego de haberse parado justo a su lado, le toco la mejilla con mucha gentileza -–casi como si fuera un objeto de cristal, que en cualquier momento podría romperse-–. Y luego nada, simplemente extraño su calor. 

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⏰ Cập nhật Lần cuối: Jul 16, 2014 ⏰

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