VI

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Despierto no muy sorprendido al ver que Matthew ya no está, las sábanas que usó como cama tampoco, la ropa de mi padre tampoco y empiezo a pensar que tal vez todo fue producto de mi imaginación.

Me siento en mi cama intentando analizar si efectivamente fue real o fue falso. No me sorprendería que en este punto de mi vida empezara a alucinar. Comienzo a pensar que todo lo imaginé y empiezo a sentirme patético hasta que una mancha de sangre en el suelo de mi habitación despierta en mí la chispa de la esperanza de creer que fue real.

Entonces decido levantarme del todo y comenzar a prepararme para la escuela.

Llego tarde, pero aún así me tomo mi tiempo para entrar a clase, en el camino veo la moto negra de Jacobo ya estacionada dentro. Así que descartada la idea de que tiene un trabajo. A Sarah le va a encantar esa noticia.

Durante las clases no tuve ninguna clase de interrupción mental, ésta vez sí me concentré. A la hora del almuerzo, junto a Sarah, bajo el mismo árbol no pude dejar de buscar a Matthew, cuando lo ví supe que todo lo de anoche no fue mi idea. De lejos sus nudillos se veían sucios pero de cerca estoy seguro que se trataba de sangre seca.

Le conté a Sarah lo que había sucedido y quedó más que encantada con la idea de que entablé una conversación de más de 2 segundos con Matthew. Sin embargo, verlo junto a Jessica, Jacobo, Anna y los demás populares me inquietaba. A pesar de que todos en la mesa estaban riendo Matthew se mantenía inexpresivo.

Hasta que por azares del destino nuestras miradas se cruzaron. Sonrió.

No fue una sonrisa de millón de dólares, simplemente una sonrisa que decía te reconozco, me ayudaste y estoy agradecido, que no duró más de un segundo pero que cambió mi día y me hizo verlo de una forma más amena.

Yo intenté hacer lo mismo, les juro que intenté sonreírle de vuelta. Pero me sentí presionado y los músculos de mi cara no responden a la presión.

Durante el resto de clases no pude dejar de pensar en esa simple sonrisa y en cómo algo tan insignificante hacía que no me sacara a Matthew de la cabeza en todo el día. Creo que mi obsesión ha ido un poco más allá.

Pero lo que más me entristece es que es muy poco probable que algún día él me vea de la forma en la que yo lo hago, realmente no me determina, hoy solo sonrió porque estaba agradecido pero no porque le interese entablar una mínima comunicación conmigo.

Para silenciar mis pensamientos tristes y no entrar otra vez en esa zona oscura de la que me costó tanto trabajo salir me pongo mis audífonos y decido irme caminando a casa.

Al salir de la escuela un ruido capta mi atención, es la moto de Jacobo, pero esta vez sin Jessica y junto a mí

Dice algo pero la música que estalla en mis oídos no me deja identificar, así que me quito un audífono.

-¿qué?

-Que te subas, te llevo a casa- dice.

-No. Gracias.

-Es lejos, no deberías ir solo puede pasarte algo. Además, aquí tengo un casco extra, te llevo.

Tomé una bocanada de aire para decirle que él no debería preocuparse por mi bienestar en un momento así, que no debería intentar reaparecer en mi vida como si nada hubiese pasado y como si él no hubiese sido el culpable de tanto sufrimiento justo ahora que me encuentro bien, quería decirle que no quiero usar ni ver ni tocar nada que tenga relación a él y que puede usar su moto para irse con Jessica a las profundidades de los Alpes suizos si así quiere. Pero no tuve que hacerlo porque un brazo rodeó mis hombros

-A volar Jacobo, viene conmigo-

Matthew me incitó a seguir caminando y mi cuerpo caminó junto a él bajo su brazo como si allí perteneciera.

Me percaté de que llevaba una nueva chaqueta, una verde con camuflado militar. Y vaya que le queda bien.

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Matthew Noszka es Matthew Myers

ART DÉCO. Where stories live. Discover now