HIGH BY THE BEACH.

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Después de decirle a Branden que no tenía problemas de ningún tipo y después de darle las gracias por ofrecerme su apoyo me quité la chaqueta y la puse en la playa para sentarme encima y que no entre arena a mis jeans.

Branden me cuenta cómo van las cosas en la escuela, lo que pasó después de que me fuí de detención, aparentemente uno de los roqueros raros decidió jugar con unas tijeras y terminó cortándole el cabello a una de las populares. Siempre lo dije, son mis favoritos.

Y lo que hizo en la barbacoa familiar del último fin de semana. Sin embargo, lo noto ansioso así que decido preguntarle.

-¿Estás bien?, Te veo ansioso. Como tenso.- le digo mirándolo a los ojos

-No es ansiedad. Estoy nervioso. - ríe. -es que te iba a hacer una propuesta pero no sé si de pronto te ofendas.- dice mientras saca de su bolsillo un cigarro.

No es cualquier cigarro, es uno de marihuana.

Río.

-Préndelo.- respondo.

En efecto, lo enciende y me explica cómo debo hacerlo pues yo nunca en mi vida he fumado.

Después de la tercera vez que lo intento ya me sale bien. Muy bien. Hasta estoy sorprendido.

Él ríe al verme.

-Perdón.- dice mientras ríe. -Es solo que jamás imaginé que dijeras que sí.-

Yo también río, aunque eso no me parece gracioso.

Y después de unos minutos estoy dándole la quinta calada al cigarro y se lo devuelvo para que él haga lo mismo.

Mientras lo hace me mira y luego suelta el humo entre los dos haciéndome cerrar los ojos.

Cuando los abro está más cerca de mí ya dispuesto a darme un beso.

Nos besamos y al separarnos simplemente nos miramos, ya cada quién perdido en su mundo.

Boy look at you, looking at me.

Doy otra calada y por un momento me olvido de dónde estoy y con quién y eso, por alguna extraña razón, me parece de lo más gracioso.

Así que me río.

Y él ríe conmigo. Se levanta, se sacude la arena y enrolla las botas de sus jeans mientras se ríe.

A mí también me da risa pero no entiendo lo que está haciendo. Solo lo veo y me río. Y él al escucharme reír también se ríe. Luego arranca a correr hacia la orilla y ahí es cuando entiendo.

Y una valentía nueva me recorre el cuerpo y decido quitarme los zapatos, enrollarme las botas de los jeans y correr tras él.

El contacto de mis pies con el agua fría del mar hace que se me dispare algo en la punta de la lengua y mi boca comienza a salivar.

-Tengo sed.- digo.

-shhh, no grites.- dice Branden y ríe.

-No estoy gritando.- susurro mientras río. -Además, estamos solos.- río a carcajadas.

Branden patea el agua y hace que me caiga en la cara. Y luego corre hacia la arena.

Yo lo persigo porque quiero cobrar mi venganza y cuando lo alcanzo me abalanzo encima haciéndolo caer en la arena mientras reímos.

ART DÉCO. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora