XVIII. Mira como envejezco:

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Como dos sombras
en un reflejo,
tu juventud rebelde
y tus ojos verdes,
me hacen recordar,
lo rápido que envejezco.

Tu rostro fino
y cabello maltratado.
Me cautivas,
me llamas,
como un reflejo mío del pasado.

¿Estaré perdiendo la vitalidad
de la que antes me jactaba?
Mi cuerpo joven se siente cansado,
mi mirada desgastada,
y mis pensamientos,
cada vez,
de la dulce fantasía,
más alejados. 

 

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A través de mi almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora