Capitulo 8

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"A la mañana siguiente, nos levantamos y sin perder tiempo nos decidimos hacer las cosas, ella se encargaba de lavar la ropa usada y de lavar los desechos y recipientes de los caballos, aúnque me fue dificil convencerla de hacer este tipo de cosas, así que le propuse que sería por turno, 1 semana para ella y 1 semana para mí, con el fin de que se hiciera fácil las cosas, nos daríamos el tiempo le enseñarle al otro como hacer las cosas bien, ella me enseñaría todo lo que es limpieza y orden y yo a las manualidades y caza.
Esta vez tuve suerte, me traje 6 conejos y 2 ciervos, les saque una vez más sus pieles y la dejé secando está vez, mientras hacía una pequeña fogata para calentar la carne, también me dediqué en buscar semillas o alguno que otro fruto para cultivar y hacer miles de receta en mi mente que se deja fluir, cuando ya se había terminado de secar, llame a Maureen que la interrumpi en sus quehaceres, y le enseñé hacer los cortes y los detalles como para hacer una capita, necesitaba de materiales de sastrería para enseñarle más pero era suficiente por hoy. Llego la noche y mientras ella miraba por esa ventana que la había hecho con mucho cuidado empecé a ordenar y apagar el fuego, quería decírselo en la oscuridad, cuando lo hice, ella me devolvió la mirada angelical, esa misma mirada de hace 2 días, está vez le dije lo que sentía por ella y que no es fácil dejar de verla a los ojos, y menos con su cuerpo bien cuidado, Maureen me silenció con su dedo índice y tan sólo me dijo algunas palabras que decidió mi destino.
-Yo ya tengo todo lo que siempre he deseado, alguien que se preocupa por mí y de hacerme feliz.
Con eso nos dejamos llevar por la sensación de amarnos por siempre, la besa y no quería separarme, seguimos así hasta llegar a la cama y finalmente hacerle el amor, despojandola de su virginidad y que de eso sería por siempre para mí como yo para ella, no era sueño, era la otra cara de la moneda que no sabía ver, nos movimos como feroces animales, Maureen ya no era aquel princesa que se veía tan tranquila, era extraordinaria y no quería fallarle en eso, nos satisfacimos como nunca, como si fuera el último día que nos viéramos, fue de verdad un acto romántico, dejando huir su voz delicada y haciéndole cariño, diciéndole lo hermosa que es y que su cuerpo está bien recibido en el mío, no quería separarme de ella jamás y moriría por su sonrisa desde ahora."

Un triste sueño logradoWhere stories live. Discover now