Los Pecados del Hijo [Woogyu]

Este no es mi hogar

El amor es extraño.

A pesar de pasar meses separados, a miles de kilómetros de distancia, Sunggyu no puede amar a Woohyun menos que el día que se fue. En todo caso, parece que la emoción en su pecho, la que hace que su corazón tartamudee y las mariposas revoloteen, ha crecido.

Las raíces de su adoración se enterraron firmemente en su pecho, extendiéndose a través de él y serpenteando alrededor de su alma. Sunggyu de repente comprende cómo las parejas de larga distancia verdaderamente enamoradas sobreviven. Cada día, cada segundo que pasa desapercibido, el deseo por él se hace más fuerte.

Nunca flaquea.

Él sigue en el cielo, y él no cree que alguna vez aterrice.

Sunggyu suspira suavemente, mirando sin pensar el paisaje borroso que pasa volando.

Él no ha perdido su amor.

¿Pero qué hay de Woohyun?

Sinceramente, una parte de Sunggyu está petrificada por regresar y descubrir que Woohyun ha fortalecido sus paredes.

Que reconstruyó el muro alrededor de su corazón y la selló con tanta fuerza que Sunggyu no pueda pasar ni siquiera con la fuerza de todos los dioses. Está preocupado, pero la otra parte de él lo tranquiliza a sí mismo. Woohyun no lo habría dejado con SungYeol, no lo habría mantenido con SungYeol y continuaría protegiéndolo si su relación ya no significaba nada para él.

Sin embargo, él todavía se preocupa.

Se Preocupa de que si tal vez no ha desaparecido, haya disminuido.

"¿Qué tienes en tus pensamientos?"

sunggyu se sobresalta, sorprendido por la dulce voz de Yulian. el lo mira por el rabillo del ojo, orbes avellanas haciendo contacto rapido antes de volver a enfocar la ventana. "Oye. La única razón por la que te dejamos salir del maletero fue porque tuvimos que hacerlo. Eso no significa que puedas hablar", SungYeol dice bruscamente desde el asiento delantero. Había cambiado con Daya en su última parada de descanso. Yulian está en el suelo, bajo los tacones del vendedor de armas (ciertamente asesino).

"Sería un dolor en el trasero encubrir una muerte", tararea Daya, sus uñas negras tocando su teléfono. "Tenemos que mantenerlo con vida hasta que Woohyun decida qué hacer con él".

"No busco nada con él. Mi objetivo es Sunggyu", SungYeol resopla, mirando al frente una vez más. Sunggyu sonríe.

"Aw, me quieres, ¿verdad?"

"Tú.. Eres un hámster molesto".

"También te quiero, gacela", Sunggyu chilla dulcemente, batiendo sus pestañas. Yulian se ríe entre dientes y Daya le clava el talón en la espina dorsal. "Daya, vamos".

"Es un poco molesto".

"¡No ha hecho nada!"

"No lo sé. Solo espera a que el Señor Oscuro le ponga las manos encima". ¿Qué pasa con estas referencias?

Sunggyu pone los ojos en blanco y golpea suavemente el brazo de Daya. El contrario resopla, pero levanta su pie y lo coloca al lado de la cabeza de Yulian. "Y para responder a tu pregunta", el joven se dirige al muchacho de ojos azules.

"Estaba pensando en Woohyun".

"¡Oh, el Príncipe de la Oscuridad!"

"¡Daya!"

"Lo siento."

Yulian arruga la nariz en un gruñido. "¿Él es el chico en tu pantalla de bloqueo?" Sunggyu exhala profundamente antes de asentir. "¿Tú novio?" Una vez más, Sunggyu asiente. "Así que ... ¿Quién diablos es él? ¿Tiene gente con pistolas que te recoge y te lleva a una pista de aterrizaje privada?"