20. Accidente

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Despierto por el sonido de los sinsajos. Se siente tan pacífico. Me doy cuenta que estoy desnuda, me tapo con la cobija, tantos años y todavía me da pena que Peeta me vea desnuda.

-¿Sabias que te ves mucho más hermosa sin la cobija? -me dijo Peeta. No sabia que estaba despierto. Siento los colores en el rostro.

-No -digo y suelto una risita,

-Si, mi amor, ¿y sabes que me encanta? -me dijo viéndome con esos hermosos ojos azules que tanto amo.

-¿Qué? -digo y me sonrojo.

-Que despues de tanto tiempo te sigas ruborizando - dijo y me dio un dulce beso en los labios.

-¡Mami! -escucho el grito de mi bebé.

-Creo que nuestra princesa ya despertó -dice Peeta con una sonrisa.

-Eso creo -deje un corto beso en sus labios -. Te amo -le susurre.

Me puse de pie y puse rápidamente mi pijama.

Camine al cuarto de Willow, abro la puerta y veo a mi bebé brincando en su cuna.

-¡Mamá! -chillo y abrió sus pequeños brazos.

-¡Bebé! -la tome en mis brazos y llené su carita de besos.

-¿Dónde está mi par de princesas? -Willow al escuchar la voz de su papá, recorre toda la habitación con sus ojitos azules.

Veo como su cabecita se mueve en busca de su papá.

-¡Pa-pá! -chillo y abrí los ojos como platos.

-¿Escuchaste? -pregunta Peeta detrás mío.

-Si -susurro.

-¡Willow! -Peeta la tomó en sus brazos y la lleno de besos.

-¡Mamá! ¡Papá! -chilla mi bebé y después suelta carcajadas.

Peeta lanza al aire a mi bebé y mi corazón lo siento en el pecho.

Las risas de mi bebé llenan la casa.

Ella es el corazón de nuestra casa.

-Mami -Willow extiende sus brazos hacia mi y la cargo.

-¿Bebé, quieres desayunar? -planto un beso en su frente.

Mi niña asiente.

-Pues creo que iré a preparar el desayuno a mis dos princesas -Peeta deja un beso en la mejilla de Willow y a mi me besa los labios.

-Me parece bien -digo y comienzo a desvestir a Willow para meterla a bañar -Pequeña, ¿vamos a bañarnos? -le pregunto a mi bebé y ella asiente frenéticamente.

Cuando ya está lista para bañarse, la pongo en la tina y le dejo su patito de hule.

Obviamnete la puse en la tina de de ella, que es pequeña, ya termine de quitarme la ropa, la metere conmigo.

La vuelvo a tomar en mía brazos y nos meto a las dos en la bañera.

-Willow, ¿sabías que te amo, bebé? -acaricio su pequeña espalda.

-Mamá, mamá -su vocecita de bebé resuena en el baño, Willow pone su mano en su boquita y me lanza besos.

Suelto una risa y le lanzo besos como ella lo ha hecho.

-¡Mamá! ¡Mamá! -golpea el agua con sus manitas y se agita frenéticamente.

-¿Y tú cuándo duermes? -pregunto con una sonrisa-. Eres una bebé, tienes que dormir.

La risa de mi bebé es como música para mis oídos.

Amo a esta niña.

Sus ojitos me recuerdan tanto a Patito, claro que su cabello pues no, ya que es castaño como el mío.

Cuando terminamos de bañarnos, me pongo una bata para cambiar a mi bebé primero, no quiero que coja un resfriado.

Le pongo un mameluco con un elefante pequeño, unos calcetines en sus pies y un pequeño moño en su cabecita.

-Te ves hermosa, mi amor -beso su mejilla y la dejo en su cuna jugando en lo que yo me cambio.

Me pongo unos shorts cortos y una blusa casual. No creo que salgamos.

Cepillo mi cabello y lo dejó suelto.

Cargo a mi bebé y bajo para desayunar.

Cuando llegó a la mesa, todo está servido, Peeta esta terminado de calentar el biberón de Willow.

-¡Ahí estas, la más hermosa de todas! -Peeta dice. Willow se retuerce en mis brazos para llegar a su papá-. ¿Y quién dijo que era para ti, pequeña? Era para tu madre -Peeta cruza los brazos y Willow al escuchar eso hace un puchero.

Unos minutos después le cae una lágrima y comienza a llorar.

-Mamá -mi bebé esconde su carita en mi cuello y llora.

Peeta con el ceño fruncido toma a nuestra bebé y la carga.

-Era una broma, bebé, amo a tú mamá, pero te amo más a ti, sólo no le digas, ¿si? -Willow deja de llorar, asiente y abraza a su papá.

La escena me conmueve demasiado.

-¿No me vas a dar beso? -me pregunta Peeta.

-No, ya dijiste que quieres más a Willow -bromeo y cruzo los brazos.

Peeta toma mi cintura y me besa.

-Te amo.

De pronto todo comienza a ponerse negro.

Lo último que percibo es el llanto de mi bebé y Peeta haciendo una llamada.

Los juegos del hambre: Yo lo amo, él me ama, ¿cuál es el problema? (#1)Where stories live. Discover now