42. ¿Te calmas o te calmo?

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Los celos me hierven la sangre. Es muy inteligente porque aprovecho que venía una canción lenta y así Peeta la tomaría de la cintura. Ella hace el esfuerzo porque Peeta se le acerque más pero ni siquiera la toma bien de la cintura.

-No te preocupes, descerebrada. Sabes que Peeta no es así. Es esa ofrecida - me dice Johanna pasando un brazo por mis hombros - ¿Sabes que vas a hacer?

-¿Qué? -dije volteando a verla.

-Ven -dijo tomándome de la mano llevándome a una mesa-. Hola soy Johanna y ella es mi mejor amiga, Katniss. Está buscando a un hombre demasiado bueno y para bailar también. ¿Algún voluntario?

-¿Me permites esta pieza? -me dijo un hombre verdaderamente guapo. Cabello castaño y ojo gris. Como yo.

-Claro -dije tomando su mano.

Nos fuimos a la pista y él tomo mi cintura y yo rodee su cuello con mis brazos.

-Así que ¿Katniss, cierto? -dijo con una sonrisa.

-Sí. ¿Y tú? -pregunté.

-Cierto. Perdón. Soy Diego -me guiño un ojo-. Cuéntame de ti

-Pues, no tengo mucho que contar. Tengo 26 años. Dos hermosos hijos -dije pero me interrumpió.

-¿Hijos? ¿Estas casada?

-Sí. Y más te vale que sueltes a mi mujer o las pagarás caro -me interrumpió Peeta tomando mi mano y viéndolo furioso.

-Peeta ¿qué haces? -dije furiosa. Me guia a un lugar. ¿A dónde? No sé. Lo único que sé es que seguimos en la fiesta.

-¿Se puede saber qué hacías con él? -me dijo mirándome furioso con sus ojos azules.

-Lo mismo que tú con Clementine -dije cruzándome de brazos.

-Tu misma viste que ella se me acerco. Tú fuiste con el -me dijo cabizbajo.

-¿Y? Yo hago lo que quiera -dije furiosa.

¿Qué esperaba? ¿Qué me quedara sentada viendo como bailaba con otra?

-Está bien. Es tu vida. Perdón. Si ya no quieres estar conmigo solo tienes que decirlo. No es obligatorio que me dañes así -zijo viendo el piso mientras se limpiaba una lagrima

-Peeta, yo no -inmediatamente me arrepentí de mis palabras.

-No digas nada -dijo y se fue.

Voy a buscarlo y veo como Clementine se acerca a preguntarle cómo está.

-Peeta -digo y ambos me miran.

-Katniss, no le hagas más daño -Clementine me mira desafiante.

-A ti no interesa lo que sucede en mi matrimonio -me acerco a ella-. Eres una zorra -río-. ¿Te calmas o te calmo?

-¿Cómo te atreves a hablarme de esa forma? -grita ofendida.

-¿Cómo me atrevo? La atrevida aquí eres tú. No puedes ir la vida ofreciendote a los hombres, y menos a los casados. Respetate -hablo.

-No estoy de ofrecida. Tú eres la ofrecida, tu esposo se va un poco y tú ya te vas a revolcarte con otros.

-No vuelvas a hablarle así -dice Peeta acercándose a ella.

-Peeta, mereces algo mejor -dice ella en tono de súplica.

-Tengo lo mejor -Peeta me mira a los ojos y sonríe.

Los juegos del hambre: Yo lo amo, él me ama, ¿cuál es el problema? (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora