Capítulo 4.

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Capítulo 4

Sentí sus labios contra los míos. Suaves, carnosos, cálidos, deliciosos. No podía ser que estaba dando mi primer beso con alguien a quien no conozco.

No. Prometí besar a la persona indicada. No. No.

Me detuve en seco y retrocedí asustada

—Besas horrible, sirvienta. Pensé que me darías una buena paja con esa boquita, pero no. Adiós. —retrocedió, se dio la vuelta y subió a su recámara.

¿Pero qué…?

Lo miré avanzar y encerrarse en su dormitorio.

Di mi primer beso con alguien horrible. Dios mío. Las lágrimas recorrieron mis mejillas y me las limpie intuitivamente. No. Yo quería dar mi primer beso con alguien a quien amase. No con alguien idiota y estúpido que trata a las personas como mierda.

Vi la hora, ya eran las ocho. Tomé mi bolso y salí de la casa cabizbaja para que los demás no vieran mis ojos hinchados y rojos. Mientras el aire me pegaba en la cara, este hacia que las lágrimas salieran frenéticamente.

Paré en seco con la bici. Me sequé las lágrimas.

—Deja de llorar, Gomez. Deja de llorar. —me dije a mi misma y retomé el curso hacia mi casa. Cuando llegué, mis dos hermanas ya se habían dormido. Estaba totalmente cansada. Los pies me ardían como nunca y sentía mi cuerpo pesado por haber llorado. Decidí llamar a alguien que me alegraría el día.

—Hola, tonto. —susurré tratando de no sonar ahogada, pero fue inevitable, mierda.

—Hola, Selena. ¿Estás bien? —él sonó dulce y calmado.

—Ehm, sí, sí. ¿Quieres venir a mi casa? Tal vez a escuchar música o hablar sobre mi nuevo y horrible trabajo —dije y se me vino a la mente la sensación de haber besado a Harry. Toqué mis labios y sollocé lo más bajo que pude. ¿Por qué hizo eso? ¿Qué le hice yo para que me hiciera esto?

—Voy para allá. No para escuchar música, te pasa algo. Estoy allá en dos minutos. —y antes de poder contestar me colgó. Mierda. ¿Cómo sabía que me pasaba algo?

A los diez minutos Logan se encontraba frente a mi puerta.

—Vayamos a la azotea. —Logan y yo desde pequeños nos íbamos a mi azotea a leer libros de la biblioteca y observar el atardecer.

Cuando subimos, el atardecer ya había pasado, pero no importaba. Ahora no. Nos sentamos en la orilla del techo y colgué mis piernas.

— ¿Qué tal el primer día de trabajo? —dijo calmado y mirando hacía el horizonte donde se encontraban las montañas. Las estrellas comenzaban a aparecer como destellos.

—Normal…Ya sabes, aburrido, cansado…Odioso. —y la imagen de Harry volvió a aparecer en mi mente. Apreté los ojos para borrar el pensamiento.

— ¿Qué pasa? —dijo serio. Logan tomó mi mentón y lo alzó para que lo mirase a los ojos, a sus hermosos ojos azules.

—Logan…Me…me han besado. —dije y volví a cerrar los ojos, mientras una lágrima salada caía en mi falda.

— ¿Qui...quién? —dijo Logan impactado, tenía los ojos desorbitados y boquiabierto.

—El hijo de los dueños. Harry Styles…Me trata como mierda, Logan. Como si fuera su sirvienta. Y hace rato, él corrió hacia mí y me besó…me tomó por sorpresa. Yo no quería, Logan… —mi voz quedó colgada en un hilo— Sabes que yo quería dar mi primer beso a la persona indicada. Y él llegó simplemente y…me besó, me besó Logan. —esta vez di rienda suelta al llanto.

—Ese hijo de puta…—Logan se levantó bruscamente— Le destrozaré esa carita de niño rico, para que aprenda…Maldito maricón…—avanzó hacia las escaleras para bajar a mi casa pero le detuve el brazo con todas mis fuerzas.

—No, Logan, no…—sollocé— si le dices o haces algo me echarán. Y ahí pagan bien, necesito el dinero. Sólo estaré un par de meses —mentí. Un par de años, quizá. El pensamiento me estremeció. Saber que estaría con ese idiota por más de un mes me asqueaba.

—Yo, necesito…—lo abracé fuertemente por la cintura, recargando mi cabeza en su pecho, oyendo su respiración agitada. Él se tensó por un momento pero luego me rodeó con sus brazos.

—Selena, sin ti, yo no sé qué haría…Sólo quiero que estés bien, tonta. —Susurró contra mi cabello— Selena. Mírame a los ojos —me negué, pero él subió mi mentón para que lo viese— Si te vuelve a hacer algo, sólo dímelo y reharé añicos su cara de niño rico. No me importa si te despiden, yo siempre te he dicho que puedo cuidar de ti siempre. Créeme, Selena. Eres mi mejor amiga, te conozco más que tú misma. No me puedes mentir.

Oh, Logan. Estúpido Logan, haces que se me salgan más lágrimas.

Asentí y lo apreté más a mí, él me hacía sentir protegida.

—Tengo algo de helado en casa…De frambuesa. — Oh, pero que tentación.

Amo el helado de frambuesa, y me animaba siempre. Asentí inmiediatamente y él sonrió, me conoce hasta entre los dedos de las manos.

Tomo mi mano y bajó a la casa. Le dije a mi padre que volvería en un rato y él aceptó.

Nos sentamos en el sillón de su casa, su madre trabajaba como enfermera por las noches, le pagaban bien. No, no era prostituta por sí se lo preguntan.

Puso una película de acción, con autos de último modelo, armas y muchas explosiones. Y la película me pareció sin sentido, sólo utilizaban armas y manejaban los autos aquí y allá. Logan lucía entretenido. Estúpidas películas para hombres sin sentido.

Pero yo me conformaba con mi bote de helado.

Al terminar la película el me volvió a mirar, pues en toda la película no despegó un ojo de la pantalla.

— ¿Mucho mejor? —preguntó mirando cómo me metía una última cucharada de helado. Asentí instintivamente y sonreí, realmente estaba mejor— Dame un poco, chica —dijo él y se acercó. Yo me negué a darle el bote — Oh, vamos, envidiosa. Sólo quiero una cucharada.

—Es que…yo…—me ruboricé apenada— me lo he comido todo.

Logan me miró serió y luego se echó a reír.

—No me impresiona, Selena. Tienes un apetito increíble. Lo raro es que no sé dónde guardas toda esa comida, tu estómago es más plano que una tabla.

— ¿Se supone que debo sentirme ofendida o alagada? —pregunté.

—Muchas mujeres se sentirían alagadas por decirles delgadas, pero tú eres rara, así que sí, tómalo como una ofensa —sonrió de oreja a oreja y sus famosas arruguitas debajo de los ojos aparecieron.

— ¿Me estás diciendo que no soy mujer? —levanté una ceja, tratando fallidamente de ocultar mi sonrisa.

—En teoría…sí. Se podría decir que sí. —estalló en una carcajada y no pude detener mi risa, él era jodidamente contagioso con su risa.

El me llevó a casa de nuevo, me despedí de él y entré a casa. Avisé a mi papá de que ya había llegado, mamá seguía dormida. Subí a mi recámara y me puse el pijama. En cuánto mi cabeza tocó mi almohada, caí rendida.

Esa noche, soñé con el beso.

Desperté perturbada. Soñaba que Harry me encerraba en su cuarto y quería besarme, yo corría intentando salir pero el aparecía con unas esposas.

¡Dios mío!

Me levanté y me bañe. Me puse el uniforme y despedí de mi familia, más tarde almorzaría. Quise pasar a ver un momento a Lerman, faltaba una hora para el trabajo, y la verdad es que no tenía ganas de ver el rostro del idiota ese.

Llegué a casa de Logan, pero, justo antes de gritarle, vi por la rendija de la puerta que él estaba platicando con Sarah, una chica totalmente intolerable.

Mi pesadilla de la escuela secundaria y preparatoria.

Y cuando Logan la abrazó, sentí un entumecimiento por todo mi cuerpo.

Dangerous |Harlena| »Adaptación« |Cancelada|Where stories live. Discover now