CAPITULO 7

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Rayos- protesto y me arrodillo a su lado, coloco mi mano en su espalda y la deslizo de arriba a abajo, intentando que se alivie un poco, su cuerpo esta muy frió. Una vez que ya no tiene mas arcadas y ha expulsado todo, envuelvo mi brazo por su cintura y lo levanto, aunque parezca un poco menuda, tengo mucha fuerza. Muchas veces he encontrado a mi padre en una situación parecida y he tenido que levantarlo sola, seguramente cuando sea vieja terminare con una hernia de disco.

Es mejor que deje de pensar en mi futuro prometedor. Si, claro.

Como sea, llevo a Jared a su cama y lo recuesto, bueno mas bien lo largo como un saco de papas. Se queja bastante y en verdad que me preocupa. Lo mejor será llamar a un médico. Debo avisarle a Maria para que un medico de su familia pueda venir a verlo. Lo tapo con sus frazadas, porque  esta helado.

-Jared, ya vuelvo- le digo al moribundo en la cama.

-No.

Po lo menos ya habla.

-Escucha, no estas bien, necesitas un doctor que te vea.

-Llama a Marcos, él es mi medico, él me detecto eso.

-Bien, dame su numero.

-Busca en mi celular, esta sobre mi escritorio- me arrimo a la esquina derecha de su habitación donde un hermoso y antiguo escritorio de roble se muestra. Busco y por suerte encuentro su celular. Pero cuando voy a prenderlo, el maldito esta bloqueado, como no.

-Mmm, Jared esta bloqueado- le digo

-Marca los números que te diga- espero por su momentáneo estado de lucides- 49327.

Una vez que ingreso los números a la enorme pantalla táctil, aparece un bonito fondo de pantalla del océano. Me voy a la agenda y busco el nombre del doctor, pero tardo un poco, tiene demasiados contactos aquí. Pero lo encuentro. Presiono el botón verde y comienza a sonar. Uno, dos,tres tonos, al cuarto una voz aparece.

-Hola Jared.

-Ho la- reacciona bien Anabelle- soy la empleada del señor Jared, el no se encuentra bien, vomito mucho y esta palido y tiritando.

-Voy para allá- me dice y cuelga.

Eso si que es rapidez, ojala en el hospital me atendieran así, otra cosa que odio de estas personas ricas. Bastantes malas experiencias he tenidos con los hospitales, con mi padre, con mi mama y mi hermana y conmigo misma también.

-Ya viene- le digo a él

-No le digas a nadie- asiento.

Le doy un último vistaso y salgo para ir a ver a Tomás, me olvide completamente de él. Entre de un sopetón a la pieza del pequeño y lo encuentro sentado en su escritorio con todos sus materiales regados por la mesa. Este niño es muy obediente, pese a su edad.

-Ana ¿ porque tardaste tanto?

Llego a su lado y me arrodillo para quedar al nivel del escritorio.

-Perdón, tu hermano esta un poco enfermo del estomago y me pidió unos medicamentos- le explico despeinando esos rizos rebeldes.

-¿Esta bien?.

-Claro, solo un poco de descanso y estará como nuevo- miro por sus materiales desparramados en la mesa- que tal si usamos esferas de tergopol, pero las pintaremos de una forma muy realista ¿ te parece?

-¡Genial, Ana!

Casi me deja sin timpano, que entusiasmo.

-Mira como lo hago- mientras le explico como meter las bolas de telgopol en una palillos de brochet, estoy pendiente a la llegada del Doc-¿ entendido?

-Si, yo lo hago.

-Bien- me levanto y me dirijo a la puerta- ya vuelvo Tomás.

Mientras salgo al pasillo, diviso a Maria con el ¿doctor?. Él no se parece a un doctor, esta buenísimo.

Centrate Anabelle.

-¿Qué paso?- me dice Maria con mucha preocupación- ¿Por qué no me llamaste inmediatamente?

-Lo siento, él no quería que te dijiera, Maria- estará muy enojada conmigo por ello, pero debía mantener su deseo.

Los tres nos dirijimos a la habitación de Jared, el primero en entrar es el doctor.Se coloca al lado de él y comienza a examinarlos, le hace preguntas también.

-Por favor, podrían dejarme a solas con él

Con Maria nos miramos por un momento y nos retiramos, cerrando la puerta detrás de nosotras.

-¿Qué pasó, mujer?- vaya, modo empleada malvada activado.

-No lo se, lo encontré en el baño vomitando y esta muy palido, lo levante y lo acosté. Cuando quise llamar a alguien, él me dijo que llamara a su medico, y eso fue lo que hice. Ni siquiera me permitio que te llamara a ti.

La frustración en la cara de Maria, me hace sentir culpable, ella es prácticamente de la familia. Pero tengo la ligera sospecha de que ella sabe algo, por la forma en que se precipito con él medico.

-Disculpa, Maria pero puedo preguntarte algo- me mira un momento, dejando al descubierto unas enormes ojeras, no me había dado cuenta de ello.

-Dime.

Y si fuera que ni siquiera sabe que le diría. Pero si no fuera así. Debo correr ese riesgo.

-¿Sabias que el señor tiene un tumor?

Esa pregunta fue todo lo necesario para desatar el caos en esa casa. Otro bache se hizo ese dia en mi vida, uno demasiado grande, que conllevo a muchas mas gente.

SOLO TÚWhere stories live. Discover now