031. Cassandra: Enamorada.

625 79 1
                                    

Las palabras resonando en su cabeza,

Cuando leí la carta por primera vez, mis manos temblaban, y quizá nunca dejaron de hacerlo por completo.

¡Ahí estaba la respuesta a mis plegarias!

Sólo debía enamorar a un dios, un dios que tuviera que ver con el Inframundo, o con cualquier lugar fuera del Olimpo, y esa deidad sería la que podría sacarme, la que podría liberarme de mamá. Podría ser libre, lejos de mi madre, lejos del Olimpo, donde todos me miran a cada segundo y están dispuestos a decirle a mamá lo que sea que estuviera haciendo.

Pero, ¿Qué dios? Me tomé décadas sólo pensando esto y, cuando eventualmente creí tener dos o tres opciones, tuve la oportunidad de ir al mundo mortal. Al volver al Olimpo estaba muy cambiada, no tenía interés alguno en los dioses que pidieron ser útiles y... Bueno, después de conocerlo siempre tuve algo por Nico que aún no sería un dios, por lo menos por años.

Recuerdo lamentar dramáticamente que él no fuera una opción... Hasta que, bueno, lo hicieron dios.

¿Y cómo supe, en pleno invierno, que había un nuevo dios en el Inframundo, que además era él? Mi mismísima madre, que con intención de advertirme, lo dijo, e incluso dijo de qué era dios, y demás... No contaba con el plan, o que comencé a merodear los campos de flores a solas, con la esperanza de que Nico llegara a mis brazos una vez más.

Sólo planeaba seducirlo y que él me liberase de mamá. Me engañé, creyendo que sería más fácil aguantar un potencial rechazo si pretendía ya no tener los sentimientos que me ahogaban cuando pensaba en él.

Cuando volví a ver sus ojos cualquier plan de aceptar con dignidad un potencial rechazo se convirtió en un chiste.

Nico, el dios de la pérdida y rey de los fantasmas.

Nico, que me puede liberar de mi madre porque me ama y yo lo amo.

Nico, mi boleto de salida.

Al volver a estar con él, mis sentimientos renacieron igual que antes, y antes de saberlo amaba a Nico aún más que en otro tiempo, en la otra vida donde ambas pretendíamos ser mortales. Cuando acepté mis sentimientos, decidí que quizá no necesitaba ser una semidiosa común y corriente, sólo a Nico.

El plan pasó de ser una semidiosa común y corriente, cosa que conseguiría con la ayuda de Nico, a ser lo que sea con tal de tenerlo conmigo hasta el último de sus días.

Ahora sólo necesito las semillas de granada.

-o-

Granada | Fruta Prohibida.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt