Granada | Fruta Prohibida.

065. Nico: El Apasionado.

Su cabello, sus manos, sus ojos, sus pestañas, sus muslos, su abdomen, sus piernas, su piel, sus senos, su boca, joder, esa boca.

Está tumbada en la cama, su cabello empapando todo por completo.

Sus manos se enredan en mi cabello.

Y sus ojos se ponen blancos al sentir uno de mis dedos abrirse paso.

Sus pestañas rosan sus mejillas.

Una lágrima pasa inadvertida cuando me siente morderla suavemente.

Sus muslos me rodean.

Y su abdomen se contrae.

Y sus piernas alzadas por sobre mis hombros se tensan por completo.

Y sus senos rebotan al moverse ella, rosados y suaves.

Todo mientras mi boca se encarga de complacerla.

-Oh, Nico...- Gime ella, su espalda se arquea a la vez que su suave voz escapa entre sus labios.- Por favor... Un poco... Nico...

Separo más sus piernas, uso dos de mis dedos para darme más acceso a ese punto del deseo al que ella tanto quiere que llegue.

No se lo doy. Paseo mi lengua de forma casi inadvertida por el punto del que emana más calor, pero no la dejó sentirse satisfecha.

-¡Nico!- La frustración es evidente en su voz, está irritada de no poder alcanzar el orgasmo aún, y yo lo sé.

-Ya sé, ya sé...-Subo, dejando besos suaves rozar su piel de forma ligeramente húmeda.- De verdad lo quieres, ¿Ah?

Frunce el ceño, con su rostro completamente sonrojado, y hace un puchero dejando salir un sonido suave de queja.

-Si...-Toma mi rostro entre sus manos, y me da un beso.- Por favor...

-No sé...-Llevo mis dedos a su intimidad, irritada como ella misma, y acaricio ligeramente, ocasionando que un sonido parecido a un lloriqueo escape de su boca.- ¿Qué me das a cambio?

-Eres sucio...-Murmura ella, antes de hacernos voltear, colocándose sobre mi hábilmente.

Sus besos bajan lentamente por mi abdomen, hasta llegar a la zona pélvica.

Su lengua recorre espacios lentamente, casi queriendo torturarme por haberla hecho sufrir hace un rato.

-o-