Cuatro

3.8K 258 2
                                    

Una vez el hombre se retiró, junto a todos los líderes de los clanes, pude estar tranquila.
En la sala solo quedamos Lexa y yo, puesto que Clarke también se había marchado.
- Me siento orgullosa de tu reacción hoy, fuiste rápida y precisa.
Estoy escuchando bien o ¿Lexa me dijo que estaba orgullosa?
Una sonrisa se planto en mi rostro, era mucho viniendo de ella.
Fue cuando vi sus ojos verdes bajar hasta posar la mirada en mis labios.
Acorte la distancia, estaba a centímetros de sus labios, que tanto había soñado, cuando el maestro entra a la sala y me veo obligada alejarme.
- Heda, con permiso, Henna llega tarde a sus entrenamientos.
- Suspendo todo entrenamiento que tenga hoy. Dejenla descansar.
Titus asintió a la orden de su Heda y se retiro.
La mire, aun no entendía, ¿Darme el día? Si hace unos días atrás me había puesto aun mas horas.. ¿Estaré muy mal físicamente? O ¿Sera por que hoy la defendí de aquel ataque extraño?
- Necesito que me des tu opinión desde un punto de vista diferente, como de aprendiz. -La mire atenta mientras seguía hablando.- El ataque de aquel hombre.. ¿Que fue?
- Con el debido respeto Heda, creo que intentan asesinarte. No fue casualidad que la aprendiz de la Nación del Hielo matara a casi todos los sangre nocturnas y quisiera matarte... Creo que están conspirando para sacarte del trono.
Se quedo en silencio, procesando la información, todo encajaba, pero estaba haciendo una acusación bastante grande. Hablábamos que quieren matar a la Heda.
- Tiene sentido... -la escuche susurrar.- reforzáremos los guardias en cada uno, no podes estar sin guardias.
- Lo mismo para ti Heda, no soportaría verte morir. -lo último lo dije para mi.

No podría, ni quiero seguir si ella no esta acá.

Con su permiso, me dirigí a la puerta, no llegue a abrirla que entraron apresuradamente y saque mi espada,  modo ataque.
Vi que era Clarke, quien corrió a los brazos de Lexa y se fundieron en un beso. Guarde mi espada y les di una última mirada.
Entre habitación, apenas tenia decoración, sólo estaban las armaduras, armas que hasta ahora fueron echas por mis manos, la cama, grande que podrían entrar cinco personas y aun no estarían apretados.
Me dirigí al sector donde se encontraban los sillones, tirándome a uno.
¿Así se siente el amor? El dolor que sentí al verlas juntas, al verse besarse, era inexplicable, y aunque todos sabíamos que tenían una relación, nunca hiciero demostraciones en público, sentí mis mejillas mojadas, deje salir el dolor, me permití, por primera vez hace mucho, llorar por alguien.
Me acosté tarde, pase de largo la cena, sentí movimiento detrás de mis puertas pero debían ser los guardias cambiando su turno. Las puertas se abrieron y una figura se hizo presente. Las puertas se cerraron detrás de la figura, me levante y me coloque rápido la bata, levantandome.
No dijo nada, solo se quedo parada, a mitad de la habitación. Comenzó acercarse, lento, aun estaba todo oscuro, vi, con la poca luz que tenia la bata de Lexa, asi que dedusque que se trataba de ella, también pude ver que en su mano colgaba su cuchillo.
- ¿Heda? ¿Esta todo bien?
No respondió, fue acercándose mas y cuando vi que no era ella, ya era tarde, estaba muy cerca.
Estaba pérdida.
La persona desconocida comenzó a atacarme, sin parar, me defendia con mis brazos, intentando parar sus ataques, lastimando mis brazos al descubierto.
Pude empujar a la persona, me dio tiempo para llegar hasta mi cuchillo y comenzo atacar de nuevo, evite cada uno, aunque no impedía cortarme cuando intentaba protegerme con mis brazos.
La puerta se abrió de golpe, aproveche que la persona que me ataca se distrajo y lo tire, poniéndome arriba y descubriendo quien era.
Nunca en mi vida lo había visto, ni siquiera en Polis.
Titus era quien había entrado, atrás de el venían dos guardias y detrás, la Heda.
Sentí un dolor en mi estómago.
Lo último que vi antes de que todo este negro es a un guardia matando al chico debajo mio.

LexaWhere stories live. Discover now