Lexa

Doce.

Una semana habia pasado,  una semana de entrenamientos físicos, mentales y de resistencia. 
Dix, que ya se habla acostumbrado a la rutina, había pedido que pongan una cama para el en nuestra habitación. 
Note ciertos momentos extraños,  en el cuál, me confirma una vez más,  que quieren sacar a Lexa del puesto.
Había muchas mas reuniones, al menos habia tres reuniones a la semana.
Alisa venia, en cada una de esas reuniones, solo para pasar el rato. Lo gracioso era ver la reacción de Lexa al verla, su cara mostraba un odio puro hacia ella, y luego yo recibía mi "castigo" mediante mas entrenamientos. Claro que Lexa no se alejo de Clarke, como se lo habia pedido, aun los teniamos (o eso quiero pensar) de nuestro lado.

- Despierta, Henna, es tarde. -Sentí como me sacudian.

- Ya voy -murmure sin abrir mis ojos.

Senti como me empujaban y caia al frio y duro piso. Mire mal a Dix, causante de todo esto y este salio corriendo.

Me levante, me coloque la armadura y salí agarrando mi espada. Camine hacia el area del entrenamiento, cuando llegue, no habia nadie, ni siquiera Indra, quien era la encargada de llevar a cabo mi entrenamiento.

Mire al rededor, confundida y atenta por si había movimientos. El sol aun no salía, no se escuchaba nada, ni siquiera los grillos.
Una vez mas, busque con la mirada a Dix, agarrando fuerte mi espada.
Y entonces, escuche un grito, un grito que venia de la gran torre.

Salí corriendo hacia ahí, escuche ahora mucho mas movimientos y me escondi, en una de paredes.
Sentí como pasaba gente, viendo de reojo, iban bastante armados y no podía ver si eran de mi gente o no.
Una vez que pasaron, gire y subi, con cuidado. Llegue hacia mi habitación, y abrí con cuidado.

- ¿Dix? Dix. -hable medio alto.

- Shhh.

- ¿Lexa?

Se asomo una cabeza, desde abajo de mi cama. Corrí hasta ella y si, era Lexa.

- Me han lastimado, pense que.. Pensé que te habian matado. -le sonreí, como pude y la deje arriba de mi cama.

Puse un mueble en la puerta, impidiendo que alguien entre, y corri hacia la cama.
Su pierna sangraba, mucho. Agarre una venda de mi armario y la ate bien a su pierna, para poder parar el sangrado.

- ¿Que paso Lexa?

- Atacaron, muchos pueblos estan en contra de que siga como comandante. Me quieren matar.

Sabía, sabia que algo tramaban, pensé en ir a Arkadia, pero descarte la idea, no sabia si ellos tambien tramaban algo.

- Debemos irnos al bosque, Heda. No podemos confiar en nadie.

- Tengo.. Tengo una idea. Deberías asumir como comandante.