Diez.

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- Instinto. -le giñe el ojo y le sonreí. -¿Que hacen en polis?

- Si te molesta, me voy..

- No yo.. Lo siento, no quise sonar mal.

- Solo molestaba, no se por que vinieron exactamente. Cuando supe que venian acá y ibas a estar, me sume. - me sonrió.

- Creo que no estaría mal compañía, necesito ir a ducharme y curarme. ¿Vamos?

- Claro.

Caminamos en silencio, uno cómodo, varios de su pueblo la quedaban mirando, mi pueblo también, no lo niego, pero estos dejaban de mirarla cuando la veian a mi lado.

- ¿Sos.. temible o algo asi, acá? Nadie te ve a los ojos, solo agachan la cabeza.

- Soy, bueno, puedo llegar a ser su Heda, es el respeto que se me dio desde que descubrieron que era sangra negra.

- ¿Me podrías explicar eso? No conozco mucho de esto.

- Claro. -le di una sonrisa.- La primer Heda, contaba con sangre negra, en su sentido literal. El símbolo sagrado, se le conoce así por tener las memorias de los antiguos Heda's, es el único que elige al seguiente, si algo le llegara a pasar a Lexa. - espero que nunca- debera elegir un nuevo Heda, hasta ahora solo somos dos, Dix y yo.

- Que.. interesante. -llegamos al edificio central y la guíe a mi habitación, en donde me asegure que Dix no este.

- Wos, que grande que es. -se sentó en uno de los sillones, reí bajo por su cara de asombro. - En Arkadia, son tan pequeñas.

- Voy a bañarme y vengo, sentite cómoda.

Una vez en el baño, aprecie mi cara.
Voy a matarte Marx.
Me metí a la ducha fria una vez desnuda, deje mi musculos relajarse y deje salir un largo suspiro.
Sali, envuelta en la bata. La vi ahora acostada en mi cama, mirando la nada.

-¿Alisa? ¿Estas bien? -me acerque preocupada.

- Oh si, solo que tu cama es cómoda. -me sonrió. - ¿Tenes un botiquin? O gasas.. -río por mi cara. - para curarte.

Le señale un mueble, pequeño, en donde contenia todo eso, y mas ya que su pueblo nos traian muchas cosas respecto a eso.
Me sente en mi cama, esperando que agarre las cosas suficientes.
Pensé en lo de anoche, de mi beso con Lexa. Y pensé que, quizas todos los del pueblo de Alisa, estaban por ordenes de Lexa, que aún no la veia desde la noche anterior.
Se puso en mis piernas, cosa que me obligue a pasar mis manos por su cintura (bueno, quizas un poco mas abajo) para evitar que se caiga.

- Espero que no te duela. -paso un algodon, con un liquido que no vi, por mi mejilla derecha, luego por mi frente, y mi mandíbula.

Aunque sabia ya no tenia nada de sangre, deje que me siguiera curando.
Mi vista bajo de sus ojos azules, a sus labios. Pude notar que sus ojos hacian lo mismo, y tomando la iniciativa, la besé.
El beso que había empezado lento, se hacia cada vez más y más intenso, la senti separarse luego de un rato, abrí mis ojos y la vi sacandose la remera que llevaba, la acoste en la enorme cama, para empezar a repartir besos por todo su cuerpo.

~.~

Me terminé de poner la armadura y ayude a Alisa a levantarse de la cama.

- Insisto, es muy cómoda. -soltó una pequeña risa haciendo que le sonria.

Tocaron la puerta, Alisa agarró, o eso pensé, su ropa y se dirigió al baño.

- Adelante.

La puerta se abrió, dejandome ver a Lexa, junto a Clarke.

- Debemos ir a una reunión, es de urgencia.

-Claro, Heda.

- Veo que te estuviste divirtiendo. -murmuró Clarke, y entonces Lexa giro la cabeza, a donde la rubia señala.

El corpiño de Alisa estaba tirado arriba del sillón, sentí la mirada de Lexa, de como quemaba.
Y para darme mas suerte, Alisa salió del baño, a medio vestir.

Tierra tragame. 

LexaWhere stories live. Discover now