Capítulo 2

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La vida de Chen era de supervivencia constante. Las personas que eran infectadas, en su mayoría, se volvían completamente locas. Esto era algo que a Chen se le parecía a las películas de zombies pero sin que te persiguieran muertos vivientes y sin estar en un cine comiendo palomitas mientras ves todo. Esto era mucho diferente.

Chen había aprendido a racionar la poca comida que le quedaba, y había encontrado un lugar para vivir, o esconderse por lo menos. Era una casa medio derrumbada,pero que tenía un pequeño escondite donde nadie nunca le vería. Aquel escondite se trataba de una esquina de dos paredes, con un tercer muro medio caído de forma vertical, que se usaba también de techo, todo esto dentro de unas ruinas.

Chen dormía sobre su ropa y se abrigaba con una chaqueta rota que encontró por la calle, mientras abrazaba la tableta de chocolate que su madre le había regalado.

Pero había un gran problema, y ese era la escasez de alimentos. Un día, nada más levantarse, se dio cuenta de que no le quedaba más comida salvo la tableta de chocolate, pero no pensaba comérsela. Esa tableta era lo único que le quedaba de su madre.

No le quedaba más opción, necesitaba moverse de allí e ir a otro lugar a buscar alimentos, pero era arriesgado.

Salió de su escondite y estiró todas sus articulaciones. Estaba tan delgado y sucio, que si se mirara a un espejo ni se reconocería a sí mismo. Empezó a andar por la calle, mirando a todos lados con temor, debía estar alerta ante cualquier movimiento. Pasó delante de varias tiendas de comida y supermercados, todos estaban abandonados y vacíos. Siguió caminando durante todo el día hasta que dio la noche, pero no quería rendirse, si se quedaba quieto en algún lado y se dormía, quién sabe lo que podría pasar. Además, estaba tan débil que tal vez ni consiguiera volver a abrir los ojos.

Alzó la vista y miró a lo lejos el gran muro que le había traído tantas desgracias. Las luces se asomaban por él. Sabía que estaba muy bien vigilado pero Chen recordaba rumores de que los desperdicios los tiraban fuera del muro, lo que significaba que la comida en mal estado también la tiraban allí.

Con más ganas que antes, puso rumbo a los muros. En un par de horas, o tal vez un poco más, llegaría.



Bien, ya estaba cerca de los muros de Edén, ahora solo necesitaba acercarse a ellos sin que le descubrieran.

Una gota de lluvia cayó en su mejilla y después vinieron muchas más. Un señora con una niña en brazos se acercaba a las puertas de los muros para suplicar que la dejaran pasar. Chen podría haber aprovechado ese momento para recoger el agua de lluvia y poder beber, pero prefirió empezar a correr y pegarse al muro todo lo posible. Así, avanzó rápidamente hasta uno de los laterales donde se encontró con montañas de basura que para él fue una oportunidad para sobrevivir. Primero, tomó un cubo y lo colocó en el suelo para que se llenara del agua que caía. Lo segundo fue ir al montón de comida en mal estado y buscar algo que fuera aprovechable, no iba a correr el riesgo de enfermarse de la tripa, eso le haría perder mucho líquido y más nutrientes, sería su muerte.

Tomó varias frutas bastante negras y se fue a otro de los montones, donde tuvo la sorpresa de encontrarse con objetos eléctricos que al parecer ya no funcionaban. Chen soltó las frutas en el suelo y rebuscó entre los artilugios eléctricos. Tomó una máquina de 3D y comprobó que, efectivamente, no se encendía. Pero cerca de allí había la batería de un coche antiguo. Tomó la batería y varias piezas más y las unió a la máquina 3D, luego lo conectó a un pequeño portátil y tapó todo con una funda de plástico para poder enchufar los cables y que no se mojaran. Metió una de las manzanas en mal estado que había cogido del otro lado y la metió en la máquina. Hizo una fórmula rápida en el ordenador y la máquina empezó a transformar la manzana en mal estado en una reluciente.

Edén { SECHEN / CHANBAEK }Where stories live. Discover now