Capítulo 13

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A veces queremos un mundo perfecto, pero más que eso, nosotros queremos ser perfectos. Tener unas piernas perfectas, una cintura perfecta, un cuerpo perfecto, un rostro perfecto.

¿Pero qué pasa si ya todos somos perfectos y no lo sabemos? ¿Qué hace a algo perfecto? ¿Una pelota no puede ser perfecta porque bote mucho? ¿Y si bota poco? ¿Entonces tampoco es perfecta?

Imagínate una pared. Una pared lisa y de tu color preferido. Imagina ahora que en esa pared tan lisa de ese estupendo color, hay una mancha en el centro. Ya no sería una pared perfecta, ¿Verdad? Pero... ¿Por qué no puedes dejar de mirar esa mancha? Antes solo era una pared a la que no le tomabas mucha atención, pero ahora cada vez que pasas por esa pared no paras de fijarte en aquella mancha. Algo que ya no es perfecto cautiva más tu atención que cuando creías que sí lo era.

Los humanos somos aquella pared. Todos tenemos manchas. Todos. Por eso, atraemos la atención de las personas a la que su color preferido es el nuestro. No porque quieran eliminarnos esa mancha, sino porque aquel "defecto" les llama la atención.



—Baekhyun. —llamó el chico alto y de cabello rojo desde el marco de la puerta— Ya está la cena.

—Espera. —alcé una mano sin despegar la vista de la pantalla del ordenador.

—¿Todavía escribiendo? —suspiró— Ven pronto o la cena se enfriará.

—Si, Chanyeol, ya casi termino.

Toda mi vida han dicho que no soy perfecto. Un 99% de perfección, siguiendome ese 1% todo ese tiempo. Yo no le tomé importancia, sabía cuál era mi deber y es en lo que me centraba.

—Baekhyun. —Chanyeol volvió a insistir. Me giré en la silla para mirarle, su rostro estaba serio. No porque me fuera a regañar o algo así. A Chanyeol le pasaba algo.

—¿Qué pasa, Chanyeol? —me levanté finalmente de la silla, acercándome a él y dejando que me rodeara el cuerpo con sus brazos.

—Nada... —susurró él contra mi hombro— He recordado el día en que casi te pierdo.

Me separé un poco de él sin romper su abrazo solo para mirarle a los ojos.



Supongo que querréis saber lo que pasó después de que Chanyeol, Sehun, Chen y yo nos subieramos al coche cuando los soldados de Edén fueron a buscarnos a la ciudad.

Conseguimos salir, eso fue relativamente fácil, pero no nos esperábamos lo que vendría a continuación.

Sehun era portador de la enfermedad que estaba terminando con la población y, por consiguiente, Chen fue infectado sin darse cuenta. Cuando éste último empezó a toser sangre dentro del coche lo supimos. Entramos todos en pánico, incluso Chen nos rogó que le dejáramos en medio del camino para que no nos infectara a los demás. No se lo permitimos, claro.

—Chen, estate quieto. —le ordenaba Chanyeol que iba a los volantes del coche.

—¡No! Para el coche, Chanyeol, me voy a bajar. —Chen intentaba abrir la puerta del copiloto para salir del coche, pero el soldado ya había puesto el seguro para que no la pudiera abrir. Aquel esfuerzo por intentar salir solo hizo que Chen empezara a toser más fuerte.

Yo miré en silencio a Sehun, quien apretaba los puños sobre sus muslos y miraba a Chen desesperado. Sabía que su cabeza estaba pensando a la velocidad de la luz para encontrar una solución a aquello.

—No pienso dejarte tirado, Chen. —le volvió a responder Chanyeol.

—¿Y qué pasa si me vuelvo loco y os ataco? No, ni hablar, no pienso infectaros.

Edén { SECHEN / CHANBAEK }जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें