Trabajo

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El aire gélido del bosque del invierno hacía que ambas hadas llevaran los ojos entrecerrados y una vista un poco más limitada, a cada paso que daban hacia el interior.

Llevaban recorrida cerca de la mitad de su camino cuando Lord Milori apareció de entre los árboles para interrogarlas sobre qué era lo que querían, sin embargo el temperamento de Nyx no colaboró demasiado para facilitar su travesía.

ㅡEs en serio, nosotras simplemente venimos a ver a Periwinkle, tenemos algo que decirle sobre Tink, su hermanaㅡdijo Fawn con un deje de desesperación propio de quien tiene algo urgente que atender.

ㅡNo me agrada estar recibiendo y atendiendo a las hadas cálidas, les pido que arreglen sus asuntos lo más pronto posibleㅡagregó Lord Milori mientras volaba en dirección a las casas de las hadas de escarcha.

ㅡSi no le gusta escoltarnos no tiene por qué hacerlo, somos lo suficientemente buenas e inteligentes como para llegar a nuestro destinoㅡmurmuró Nyx y Milori simplemente la ignoró.

Todos continuaron su camino hasta llegar a los aposentos del guarda libros para preguntarle acerca del extraño acontecimiento.

El hada, al tener ya una avanzada edad tardó un poco en atenderlos, sin embargo en cuanto escuchó la historia de Tink y Trence decidió darse prisa y resolverles todas sus dudas.

ㅡ¿Entonces sintieron calor?ㅡpreguntó cuando Fawn llegó a la parte en la que Nyx golpeó la roca con su lanza.

ㅡSí, se sentía igual que cuando la baba de los caracoles se reseca en la piel y deja esa sensación de quemazón y escozorㅡdeclaró Fawn mientras daba cuenta de las galletitas que el amable hada les había dado.

ㅡEsto es extraño, la última vez que escuché sobre algo así fue hace mucho tiempo, recuerdo que un hada me comentó de algo así pero no recuerdo que haya pasado algo más allá de que cambió su talentoㅡdijo el hada como si de algo común se tratase.

ㅡ¿Es posible cambiar de talento sin utilizar los polvillos de colores de Zarina?ㅡpreguntó Nyx escéptica.

ㅡPor supuesto, se trata de una roca blanca que da la impresión de ser totalmente inquebrantable, era una especie de diamante...ahora que recuerdo hay una leyenda no tan vieja, habla de un hada de vuelo veloz que, junto con un chico del bosque de invierno encontraron la roca y se fueron de Nunca jamás

ㅡ¡Esa era la roca!, Tinkerbell y yo la encontramos enterrada en la playa, era tan solo un pedazo lo que se lograba ver, pero estaba tan enterrada que por eso Nyx tuvo que golpearla para poder obtener un trozo de ella.

ㅡ¿Y tienes ese pedazo?ㅡpreguntaron Lord Milori y el guardián de libros al mismo tiempo, a pesar de que el primero había estado callado durante toda la conversación.

ㅡMe temo que no, todo desapareció en cuanto el clima se enfrió, incluso tuve que llevar a una de las exploradoras a la enfermería por que sus alas se enfriaron repentinamenteㅡinformó Nyx.

ㅡPero es que Tinkerbell y Terence estaban con nosotros, todos estábamos juntos y misticamente ellos dos fueron los únicos que desaparecieronㅡrecapituló Fawn.

ㅡPero la roca también se fue con ellos, por lo menos tienen a la mano aquello que los llevó a donde quieran que estén, y tomando en cuenta que Tinkerbell es muy curiosa, supongo que ahora mismo está intentando averiguar cómo utilizar esa roca para regresarㅡsentenció el guardián de libros, no sin antes apuntar todos los datos obtenidos para analizar todo en conjunto una vez que estuviera desocupado.

Pero es que el guarda libros no podía estar más equivocado, pues los esfuerzos de Terence y Tink para pasar el día en Tierra Firme se centraban más en obtener comida que en buscar una forma de regresar.

Pide un deseo 《terminada》Where stories live. Discover now